Coronavirus: Piñera apuesta a una “nueva normalidad” con una flexibilización de la cuarentena
SANTIAGO, Chile.- Chile entró en una nueva fase de su estrategia contra la pandemia del coronavirus redoblando la apuesta y a semanas de que ocurra el pico de contagios que prevén los expertos. Un regreso a las actividades cotidianas, pero con precaución, como dicen las autoridades. El mensaje ya se propagó: varios centros comerciales se preparan para abrir sus puertas, los funcionarios públicos volverán a trabajar de manera presencial en los próximos días y las escuelas ya coordinan el retorno gradual a las clases, fijado para mayo.
"Tendremos que aprender a vivir en una nueva normalidad", dijo el presidente Sebastián Piñera en un discurso transmitido por cadena nacional y que dio cuenta de un diseño que no estuvo exento de críticas, pero que el gobierno se encargó de defender.
"¿Qué significa esto? ¿Me puedo juntar con un grupo de amigos a tomar un café? Probablemente sí. Con unos pocos amigos, con un distanciamiento social que tengamos dos metros de distancia, para poder conversar con barbijos, con lavado de manos, manteniendo esas medidas de cuidado personal", ejemplificó la subsecretaria de Salud Pública, Paula Daza.
Según el último reporte oficial entregado por las autoridades sanitarias, Chile tiene 147 muertos por Covid-19, con un total de 10.832 contagiados y 4969 recuperados. Hasta hoy se reportaron 325 nuevos casos y ocho nuevos fallecidos. Con todo, las cifras se mantuvieron a raya y la tasa de mortalidad por millón de habitantes es de un 7,6, pese a que es el tercer país con más casos de coronavirus de América Latina.
Igualmente, los testeos PCR -el más efectivo para diagnosticar Covid-19- se siguen realizando de forma masiva con más de 120.000 pruebas y la tasa de contagio por paciente con coronavirus también se redujo de 2,6 personas a 1,3.
Las principales dudas, no obstante, están orientadas a qué tan efectivas que pueden ser las cuarentenas "selectivas y dinámicas" para disminuir la velocidad de los contagios y las muertes en total. De hecho, los confinamientos se establecieron en algunos municipios del país, y se levantan o decretan dependiendo de la cantidad de contagios de esa zona específica y la propia contingencia.
"El virus probablemente va a estar con nosotros por mucho tiempo y por eso, debemos aprender a compatibilizar la protección de nuestra salud con la protección de nuestros ingresos, nuestros trabajos y la calidad de vida", manifestó el jefe de Estado.
Así, y pese a las críticas que recibió por no decretar cuarentenas totales, el diseño de Piñera no sufrió mayores modificaciones. Incluso, sumó un polémico llamado para que los trabajadores públicos regresaran a su trabajo presencial.
"El gobierno asumió una estrategia del principio del coronavirus que fue bastante clara, en cuanto a que su fórmula no sería la de una cuarentena total como en la Argentina por ejemplo, sino cuarentenas específicas, graduales y dinámicas. Por esto se generó bastantes críticas desde la oposición y de gremios, pero sin embargo los resultados fueron favorables, su estrategia se fue consolidando.
Todos se dieron cuenta que una cuarentena total era inviable, y la estrategia se terminó imponiendo", aseguró a LA NACIÓN Francisco Covarrubias, decano de la Facultad de Artes Liberales de la Universidad Adolfo Ibáñez.
"Ahora la forma de comunicarlo no fue la más pulcra y por eso debió dar muchas explicaciones de más. Existe un riesgo que si rebrota la enfermedad, el gobierno deberá dar marcha atrás y eso afectará su popularidad", agregó el también analista.
Tensión interna
Apenas el gobernante informó la medida del retorno al trabajo el ambiente interno se tensionó. La Agrupación Nacional de Empleados Fiscales (ANEF) catalogó el llamado a regresar al trabajo presencial como un acto "irresponsable y con descriterio" y el Colegio Médico declaró como "ilógica" la postura de las autoridades. Hubo llamados a protestar y reactivar el estallido social y las palabras de Carlos Soublette, presidente de la Cámara de Comercio de Santiago, le echaron más nafta al fuego.
"No podemos matar toda la actividad económica por salvar las vidas", dijo el representante gremial, que días después pidió disculpas. La oposición, por su parte, también se alineó tras el rechazo a la idea al plan del gobierno, en una medida no fue consultada al Consejo Asesor Covid-19, instancia que creó el propio Ministerio de Salud.
"Evidentemente, ningún país desea estar en cuarentena permanente por los inmensos costos económicos que ello implica; pero el retorno a la actividad económica debe ser en el momento oportuno, dictado por la autoridad sanitaria, y evitando eventuales retrocesos o segundas olas de contagios. Así lo advirtió la OMS al declarar que ‘lo peor está aún por venir’. Es falsa la supuesta contradicción entre resguardo a la salud y reactivación económica; ambas son importantes y su priorización dependerá del testeo masivo, de que se controle el contagio y ello, a su vez, deberá ser evaluado cuidadosamente", declaró a LA NACION Heraldo Muñoz, presidente del Partido por la Democracia y excanciller del gobierno de Michelle Bachelet .
En medio de las declaraciones cruzadas y de un ambiente enrarecido, los chilenos comenzaron lentamente a ocupar las calles y reactivar sus labores. La dirección del Trabajo informó que más de 300.000 personas perdieron sus empleos y los llamados de otros gremios que agrupan áreas como hotelería o restaurantes, se intensificaron en su pedido de ayuda. En tanto, y pese al anuncio que indicaba el 27 de abril sería el retorno a clases, la medida se pospuso y los estudiantes deberán volver en mayo, cuando ocurra el pico de contagios.
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