Coronavirus: pese a las advertencias, Trump quiere "abrir" el país para Pascua
WASHINGTON.- Pese al avance del nuevo coronavirus en Estados Unidos, y la advertencia de que el país podría convertirse en el próximo epicentro de la pandemia, el presidente, Donald Trump, se mostró otra vez urgido por "abrir" el país y frenar la caída libre de la economía, y sugirió una fecha para flexibilizar las medidas tomadas para frenar el brote: el domingo de Pascua, el próximo 12 de abril.
Apremiado por el daño que el virus le infligió a la economía –y a sus perspectivas de ser reelecto–, y bajo presión del tejido corporativo de Estados Unidos, Trump insistió por segundo día en que el país "no está hecho para estar cerrado", y que era factible volver al trabajo y mantener la "distancia social", a contramano de las recomendaciones de expertos, la Organización Mundial de la Salud (OMS), y de las férreas cuarentenas que impusieron otros países, como China, Italia, España o la Argentina.
"La gente se muere por la gripe, pero no cerramos el país por la gripe", dijo Trump, en una larga entrevista en la cadena Fox News en los jardines de la Casa Blanca. "Vamos a abrir este increíble país porque tenemos que hacerlo. Me encantaría abrirlo para Pascua. Es una fecha importante por otros motivos, pero lo haré importante por esto también", anunció.
Trump dijo que el domingo de Pascua era un "día muy especial" y que "sería genial tener todas las iglesias llenas", y, luego, en una conferencia de prensa en la Casa Blanca junto a su equipo, Trump dijo que había elegido esa fecha porque "es un momento hermoso".
Anthony Fauci, el experto líder de la Casa Blanca, atenuó después las expectativas: "Podés mirar a una fecha, pero tenés que ser muy flexible. Tenés que evaluar la factibilidad de lo que tratás de hacer", indicó. Fauci también sugirió que la apertura podría ser gradual.
Apenas unas horas antes, la Organización Mundial de la Salud (OMS) había advertido que el avance del virus mostraba una "aceleración muy grande" en Estados Unidos, y que el país tenía el potencial de convertirse en el nuevo epicentro de la pandemia. Y Andrew Cuomo, el gobernador de Nueva York, el principal foco del brote en el país, también había dicho que la curva de la pandemia, lejos de aplanarse, estaba empinándose.
"No hemos aplanado la curva, y la curva en realidad está creciendo", afirmó Cuomo.
Estados Unidos ya es el tercer país con mayor cantidad de enfermos detrás de China e Italia, y la cantidad de casos detectados se duplica cada tres días y ya superó los 50.000, al llegar a 52.145, según la Universidad Johns Hopkins, detrás de China e Italia. Las víctimas llegan a 677. Más de la mitad
Aun cuando los expertos y las experiencias de otros países –el cierre total de Wuhan, en China, duró dos meses– señalan que aún falta lo peor de la epidemia, y que Estados Unidos debe ampliar sus esfuerzos para frenarla, la caída libre de la economía generó presión para ir en el sentido opuesto: levantar restricciones y prohibiciones, y volver a la vida normal y permitir que la primera potencia global avance a toda marcha, tal como ocurría antes del azote del virus. "La salud pública incluye la salud económica", fue el mensaje que brindó Larry Kudlow, principal asesor económico de Trump.
"La salud pública incluye la salud económica", fue el mensaje que dio ayer Larry Kudlow, principal asesor económico de Trump.
Kudlow dijo que el rescate total a la economía rondará los US$ 6 billones: dos billones del plan de estímulo fiscal del Congreso, y cuatro billones adicionales de la Reserva Federal.
La ansiedad por liberar al país del corsé que impuso la pandemia se agigantó con la avalancha de pronósticos apocalípticos para la economía. Las últimas proyecciones de los bancos de inversión de Wall Street prevén una caída histórica de la actividad para el segundo trimestre –Morgan Stanley estimó una contracción anualizada del 30%, la peor en 74 años–, y advierten que la recesión de la economía podría llegar a ser peor que la Gran Recesión que siguió a la crisis financiera global, o incluso la Gran Depresión que se desató en 1929.
Uno de los miembros del board de la Reserva Federal, James Bullard, dijo el desempleo podía llegar a dispararse hasta el 30% en los próximos meses debido al cierre de la economía para contener la propagación del coronavirus. Un recuento de la agencia Bloomberg estimó que más de 47.000 locales comerciales cerraron sus puertas en los últimos días en el país.
La caída libre de Wall Street se tomó un respiro ayer, ante el inminente acuerdo entre republicanos y demócratas en el Congreso para sacar un inédito paquete de estímulo fiscal por unos US$ 2 billones. El índice Dow Jones saltó un 11,3% –la mayor suba desde 1933–, mientras que el S&P 500 avanzó un 9,4 por ciento.
Como contracara de la ansiedad por la economía y del mensaje de la Casa Blanca, Cuomo fue una de las voces que puso el acento en la crisis más urgente y el riesgo de multiplicar las muertes. El gobernador dijo que no se puede poner un precio a una vida.
"Mi madre no es prescindible. Su madre no es prescindible. Y nuestros hermanos y hermanas no son prescindibles. No vamos a aceptar la premisa de que una vida humana es descartable. No vamos a ponerle una cifra en dólares a la vida humana", afirmó en su conferencia de prensa.
El debate desatado por la pandemia quedó a la vista con dos etiquetas que quedaron al tope de la lista de Tendencias en Twitter: #ReopenAmerica, o "reabrir Estados Unidos", y #NotDying4WallStreet, "no voy a morir por Wall Street".
Más allá del debate, aun si Trump decidiera levantar todas las restricciones, 13 estados del país ya tomaron sus propias medidas para imponer el distanciamiento social y forzar a la gente a permanecer en sus hogares. Otros dos gobernadores republicanos, Gregg Abbott, de Texas, y Ron DeSantis, de Florida, enfrentaban una creciente presión para sumar a sus estados, dos de los más poblado del país.
El avance de la pandemia puede llevar a mas regiones del país a aplicar límite y restricciones para forzar a la gente a quedarse en su casa, más allá de la política de la Casa Blanca. "Miren dónde estamos", dijo Cuomo. "Donde estamos hoy, estarán en tres semanas o cuatro semanas o cinco semanas o seis semanas. Nosotros somos su futuro", afirmó.
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