Coronavirus: Pese a una precoz cuarentena, los casos escalan en Perú y las crisis sanitaria y económica se expanden
En la región, solo Brasil y Ecuador lo superan en cantidad de infectados; Vizcarra extendió otras dos semanas las restricciones; los hospitales, al borde del colapso
Los migrantes del interior se escapan de Lima. Los presos recuperan la libertad. Los hospitales se quedan sin camas. La vida en Perú se convirtió en el mundo del revés debido a la crisis del coronavirus, que hizo de este país el tercero con mayor cantidad de casos positivos en América Latina.
Los 20.914 infectados registrados hasta ahora dejan a Perú solo detrás de Brasil (49.492) y de Ecuador (22.160) en cantidad de contagios. Chile, el cuarto en la escala regional, tiene casi 12.000. Y lo dejan también como caso testigo de que aún con una cuarentena precoz como la que tomó el gobierno del presidente Martín Vizcarra, el Covid-19 encuentra la forma de hacerse valer.
Lo singular de Perú es que pese al altísimo número de casos confirmados, la cantidad de muertos registrados (572), si bien elevada, está no solo detrás de Brasil (3313), sino también de México (970); Ecuador tiene 560.
"La principal razón es que se han hecho muchas más pruebas. El dato más comparable a nivel mundial no son los casos identificados, sino los fallecidos por el virus", señaló a LA NACION el analista político Alfredo Torres.
Pero el temor a que todo se termine de ir a pique está muy presente. Los casos se multiplican y hacen colapsar el sistema de salud, con una limitada capacidad de respuesta y sin suficientes insumos, respiradores y, dentro de poco, camas en las unidades de terapia intensiva.
El gobierno de Vizcarra decidió ayer ampliar la cuarentena, en principio dispuesta hasta pasado mañana, dos semanas más, hasta el 10 de mayo. Es la tercera ampliación del aislamiento social obligatorio en el país desde que la medida fue anunciada por primera vez.
Como en todos los países, la esperanza es que se aplane de una vez la curva de contagios para dar lugar a la reanudación de más actividades económicas. Hasta la aparición del Covid-19, Perú gozaba de una de las economías más pujantes de la región, con 20 años de crecimiento sostenido. Ahora la única pujanza la tiene el coronavirus, que deshace los mejores planes.
Vizcarra señaló que la vigencia del estado de emergencia nacional está "en permanente evaluación" y que cualquier decisión que se toma "es fruto de un análisis profesional y estadístico en función de la evolución" de la epidemia.
Recomendación
La ampliación de las medidas de contención respondió, entre otros, al pedido del Colegio Médico del Perú, que solicitó mantener la cuarentena por al menos dos semanas más para evitar un costo social superior al que ya se tiene.
"Estamos en un momento de gran transmisibilidad [del virus] y ascendiendo a la curva epidémica, estimándose que en nuestro país una persona con Covid-19 positivo puede llegar a transmitir a más de tres personas si no tiene la debida protección", señaló el Colegio Médico en un comunicado.
Los hospitales empiezan a hacer agua. Los médicos denuncian que tienen muertos en los pasillos y protestan por la falta de insumos para su trabajo. Casi no quedan camas en terapia intensiva y escasean los respiradores.
Frente al Hospital María Auxiliadora, decenas de trabajadores de la salud protestaron el lunes pasado con carteles en mano por la falta de equipos de protección, como barbijos. Otro médico difundió un video en el que se ve al menos cuatro cadáveres en un pasillo. Susana Oshiro, directora de hospital, dijo a la agencia Reuters que los muertos superaron la capacidad del sitio porque había solo seis cámaras mortuorias.
La situación económica es tan desesperante como la sanitaria. La economía peruana, con crecimiento sostenido gracias a la inversión extranjera y las exportaciones mineras, encontró en el Covid-19 un rival formidable.
El 42% de los peruanos perdieron el trabajo o no están percibiendo ningún ingreso durante la cuarentena, según un estudio de la firma Ipsos. Una situación que se explica con el altísimo nivel de informalidad en Perú.
Solo el 30% de los trabajadores tienen un empleo formal y la pandemia los dejó sin nada por la retracción de la actividad. "Han visto su flujo de ingresos convertirse a cero", dijo el investigador Hugo Ñopo, que coordinó el sondeo.
Son legión los migrantes informales del interior que caminan de vuelta desde Lima a sus pueblos en la montaña o el Amazonas. A veces les cortan el camino no bien arrancan, en las afueras de la capital, porque está prohibido el tránsito interno. Otras veces, como sucedió la semana pasada con un grupo de 1200 personas, el gobierno dispone el transporte en micros a sus lejanos pueblos andinos.
"No tenemos trabajo, no tenemos ni para vivir y estamos acá como ve, en espera de nuestros gobernantes, pues que nos evacuen para ir a Amazonas", dijo un migrante de 35 años, Geralth Rodríguez, que acampaba a la intemperie en Lima.
"Estamos haciendo las coordinaciones para que a través de los gobiernos regionales y de manera gradual podamos facilitar este traslado a estas regiones", anunció Vizcarra sobre esta crisis migratoria.
Distinta suerte les tocó a los presos. Agobiados por el hacinamiento y expuestos a la súbita expansión del coronavirus en las cárceles, el gobierno dispuso ayer el indulto de 3000 reclusos considerados vulnerables o que cumplen penas leves.
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