Coronavirus: los países que rechazan y prohíben vacunas por cuestiones políticas
WASHINGTON.- Los gobiernos del mundo están desesperados por conseguir vacunas, y muchos se pelean públicamente por las limitadas dosis disponibles o acusan a otros de acapararlas. Y sin embargo, en medio de toda esta urgencia, hay países que no solo rechazan las posibles dosis que podrían recibir de países rivales, sino que las prohíben oficialmente.
Ucrania prohibió recientemente la vacuna rusa, a pesar de los nuevos datos del referato científico revelan que la Sputnik V es altamente eficaz. El gobierno de Irán, por su parte, prohibió todas las vacunas de fabricación británica y estadounidense, y aprobó la rusa Sputnik V.
En Taiwán, donde los funcionarios se vienen manifestando en contra de la vacuna fabricada en China desde el año pasado, ahora las autoridades han reiterado que la importación de dicha vacuna está prohibida, y advirtieron que los ciudadanos taiwaneses que residen en China tendrán que hacer cuarentena cuando visiten Taiwán.
Es como una lógica de nacionalismo vacunatorio pero al revés, que ha llevado a las naciones poderosas a acaparar la mayor cantidad de dosis posible, con la esperanza de emerger de la pandemia. Ya se han aplicado más de 80 millones de dosis de vacunas en más de 50 países, y algunos pican en punta.
Pero Ucrania, Irán y Taiwán no han empezado formalmente su campaña de vacunación. Y si bien Taiwán es elogiado mundialmente por su exitoso manejo de la pandemia, Irán y Ucrania la están pasando mal y tienen un considerable número de fallecidos por Covid-19.
Y esta tendencia alarma a los sanitaristas, aunque no necesariamente los sorprende.
"En el supuesto caso de que tengan la opción de adquirirlas, empieza a jugar una combinación de consideraciones políticas con una preocupación real por la efectividad y seguridad de las vacunas, dice Yanzhong Huang, investigador del Consejo de Relaciones Exteriores, una usina de ideas con sede en Nueva York.
Pavlo Kovtoniuk, viceministro de salud de Ucrania entre 2016 y 2019, dice que las dudas del gobierno de Kiev con las vacunas de origen ruso no son solo políticas, sino de seguridad nacional.
"Durante las décadas recientes, especialmente en estos últimos siete años de guerra no declarada, Ucrania tuvo que aprender lo que es una guerra híbrida", dice Kovtoniuk.
Ucrania
A pesar del creciente descontento político y social por la falta de una vacuna en el país, los legisladores ucranianos aprobaron la semana pasada una ley que prohíbe oficialmente las vacunas de fabricación rusa.
Con una población de más de 40 millones de habitantes, Ucrania es uno de los pocos países grandes de Europa que no ha empezado a vacunar. El índice de aprobación del presidente Volodymyr Zelensky ha tocado fondo, en medio de una pandemia que ha provocado 1,25 millones de contagios y la muerte de más de 23.000 ucranianos.
Parte de la preocupación del gobierno de Kiev responde a cuestiones de seguridad y eficacia: los datos de los ensayos de Fase 3 de la Sputnik V fueron divulgados mucho después del inicio de la vacunación en Rusia.
Pero aunque los datos publicados el marte despejen la preocupación científica, las fricciones bilaterales entre ambos países siguen presentes. Las relaciones entre Urania y Rusia son tensas desde 2014, por el apoyo de Moscú a las rebeldes separatistas de Ucrania oriental y la anexión de la península de Crimea al territorio ruso.
El gobierno ruso ya había comenzado a administrar la Sputnik V en Crimea, que la mayoría de las potencias internacionales siguen considerando parte de Ucrania. Esta semana, las áreas separatistas de Ucrania oriental apoyadas por Rusia también comenzaron a aplicarse la Sputnik V.
Si bien es poco probable que Kiev revoque su decisión sobre las vacunas de fabricación rusa, en las actuales circunstancias tiene pocas alternativas.
A través del programa global Covax, Kiev se aseguró 8 millones de dosis de la vacuna desarrollada por el gigante farmacéutico estadounidense Pfizer y la alemana BioNTech. La llegada de la primera tanda está prevista para finales de este mes, pero serán apenas 200.000 dosis.
Ucrania también ha recurrido a Pekín para aumentar el suministro, y en diciembre firmó un contrato para la compra de 1,8 millones de dosis de la vacuna producida por la empresa china Sinovac.
Kovtoniuk dice que Ucrania no consigue más vacunas europeas o norteamericanas, tendrá que recurrir a otros fabricantes chinos, y acusa a Moscú de politizar el tema. "Para Rusia sí es un tema político y de influencia, para Ucrania no."
Irán
Irán es un país gravemente afectado por el coronavirus, con más de 1,42 millones de casos registrados y casi 60.000 muertes. En enero, sin embargo, el líder supremo del país, el ayatolá Ali Jamenei, anunció la prohibición de importar de vacunas fabricadas en Estados Unidos o Gran Bretaña.
Jamenei hizo el anuncio en un discurso televisado el 8 de enero, y calificó esas vacunas como "prohibidas", entre las que incluyó específicamente la de Pfizer-BioNTech, a pesar de que ha sido aprobada por muchas naciones y que según los ensayos clínicos tiene una elevada eficacia.
"Son completamente indignos de confianza", dijo el líder supremo. "Ya que crearon una vacuna, que la usen en ellos mismos. ¿Por qué será que nos la quieren dar a nosotros?"
Irán aprobó el Sputnik V a fines de enero y esperaba poder fabricar algunas dosis en conjunto con Rusia. Los medios estatales ahora informan que las primeras dosis llegarán desde Moscú esta misma semana. Irán también espera recibir en algún momento 1 millón de dosis desde China.
Amir Afkhami, experto en el sistema de salud iraní de la Universidad George Washington, dice que si bien Irán fue relativamente exitoso en el manejo de pandemias anteriores, el actual líder supremo tiene "un largo historial de construcciones conspirativas y mentalidad sesgada en torno a cuestiones biomédicas".
Afkhami señala que Irán tiene razones prácticas para elegir la vacuna rusa en vez de la respaldada por Estados Unidos: con un precio estimado de 9,95 dólares por dosis, la Sputnik V es probablemente una de las vacunas más baratas. Sin embargo, dice Afkhami, la justificación fue probablemente un intento de "mostrar que el régimen es competente, en vista de los muchos errores que ha tenido durante la pandemia".
Tras el anuncio de Jamenei, el Consejo Médico de Irán, la mayor asociación de médicos del país, se despegó de la decisión a través de un comunicado en el que expresó que "todas las decisiones deben tomarse con fundamento científico."
Taiwán
El mes pasado, las autoridades de Taiwán reiteraron la prohibición de importar vacunas de China y el Consejo de Asuntos Continentales del gobierno de la isla informó a los medios de prensa internacionales que se trataba de un asunto médico que no debía utilizarse "como propaganda política".
El anuncio se produjo después de conocerse que China, que reclama la soberanía sobre el territorio autónomo de la isla, estaba ofreciendo vacunar gratuitamente a los aproximadamente 400.000 taiwaneses que viven en China continental.
El gobierno de Taiwán ha puesto en duda la efectividad y seguridad de las vacunas fabricadas por las empresas chinas Sinopharm y Sinovac, y ha publicado una normativa según la cual toda persona que reciba alguna de esas vacunas deberá ponerse en cuarentena al llegar a Taiwán.
Huang, del Consejo de Relaciones Exteriores, dice que las dudas sobre las vacunas fabricadas en China son genuinas. Al igual que los desarrolladores de Sputnik V, los desarrolladores chinos no publicaron los datos completos de la Fase 3 antes de distribuir las vacunas para su inoculación. Y los primeros resultados llegados de algunos países sugerían que eran notablemente menos efectivas que algunas de sus competidoras.
"Hay cuestionamientos políticos, pero también hay grandes dudas sobre la seguridad y eficacia de las vacunas fabricadas en China", dijo Huang.
Aunque la vacunación recién empezará en marzo, Taiwán ha adquirido alrededor de 15 millones de dosis para una población de 25 millones, 10 millones directamente de AstraZeneca, y los otros 5 millones a través del programa Covax.
Un representante de la agregaduría cultural y económica de Taipei en Estados Unidos informó que también estaban negociando 5 millones de dosis adicionales.
Sin embargo, Taiwán tiene un lujo que Ucrania e Irán no tienen: un brote relativamente contenido. Con solo 912 casos confirmados, ocho muertes y fronteras estrictamente controladas, la vida en la isla se mantiene con relativa normalidad, aunque las autoridades siguen desaconsejando las reuniones masivas.
(Traducción de Jaime Arrambide)
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