Coronavirus: el nuevo furor pandémico en Europa: casarse en Gibraltar
GIBRALTAR.- En noviembre, cuando su novio le propuso casamiento, Je’nell Griffin soñaba con una gran ceremonia en una iglesia de Los Ángeles, su ciudad natal, donde se imaginaba deslizándose hasta el altar en un vestido vaporoso y rodeada de cientos de amigos y familiares.
Ocho meses después, trastocados todos sus planes debido a la pandemia, Je’nell, una cazadora de talentos de 36 años, se encontró pronunciando sus votos matrimoniales en un pequeño salón de reuniones de un yate-hotel en Gibraltar, un diminuto territorio británico enclavado en un inmenso peñasco en el extremo sur de la península Ibérica.
Al igual que muchas de las parejas que se casaron este verano boreal, Je’nell nunca había escuchado hablar de Gibraltar hasta que apareció arriba de todo en su búsqueda en Google sobre "el lugar más fácil para casarse en Europa".
Ahora que para frenar la propagación del coronavirus los países de todo el mundo limitan las ceremonias de casamiento e imponen estrictas restricciones a los viajes, Gibraltar recibe a parejas de todas las nacionalidades que estén decididas a celebrar sus nupcias a pesar de las dificultades que plantea la pandemia.
"Fue totalmente distinto a lo que soñábamos", dice Je’nell, que voló hasta Gibraltar desde Los Ángeles a través del aeropuerto de Heathrow, Londres. "Pero al final, el hecho de poder casarme superaba cualquier fantasía."
En muchos de los casamientos que se celebran en Gibraltar, como el de los Griffin, uno de los cónyuges suele ser un ciudadano estadounidense que se casa con una persona de otro país, debido a los numerosos obstáculos a la inmigración y los viajes que impuso el gobierno de Trump.
"Estábamos hartos de chocarnos con las restricciones a la inmigración que rigen contra nosotros", dice Griffin, en referencia a la prohibición generalizada de los vuelos que a su prometido británico le impidió visitarla en Estados Unidos. Ahora que están casados, él está exento de la prohibición porque es su cónyuge. "Como vivimos en países diferentes, esta es la única forma que nos garantiza poder seguir viéndonos."
Otras parejas que también se toparon con las restricciones a las bodas en sus propios países también aprovecharon la oportunidad para casarse en Gibraltar este verano boreal, antes de la posible segunda ola de coronavirus.
Como Irlanda actualmente limita las reuniones a un máximo de 50 personas, Craig Byrne, de 25 años, y Orla Moore, de 22, ambos irlandeses, se casaron en Gibraltar ante el funcionario del registro civil y dos testigos locales para no decepcionar a los familiares y amigos que habrían quedado fuera de la lista.
Incluso antes de la pandemia, Gibraltar ya era un popular destino para casarse, por la mínima burocracia que implica dar el sí a la sombra de ese peñasco. Las parejas solo deben presentar sus pasaportes y certificados de nacimiento, y permanecer una noche en el territorio, antes o después de la boda. El certificado de casamiento lo reciben por correo tres semanas después.
La boda más famosa que se celebró en Gibraltar fue en 1969, cuando el beatle John Lennon se casó con Yoko Ono tras una serie de contratiempos en otros países.
Según el libro La historia del rock and roll británico, Lennon dijo: "Elegimos Gibraltar porque es tranquila, británica y amistosa. Intentamos en muchos otros lugares. Quería casarme a bordo del ferry, para llegar a Francia casados, pero no nos dejaron. Tampoco tuvimos suerte con los cruceros. Intentamos en embajadas, pero exigen tres semanas de residencia en Alemania o dos semanas en Francia."
Algunas parejas que se casaron en Gibraltar uno de estos últimos fines de semana estaban preocupadas por los riesgos de viajar allí durante la pandemia. Los datos contabilizan 350 casos en total y ninguna muerte, así que hasta el momento el territorio ha logrado manejar la propagación del virus. Sin embargo, en las últimas semanas los casos han aumentado y la frontera del territorio abierta con España, donde el último viernes el Ministerio de Salud reportó casi 9000 nuevos casos, indujo a Gales a eliminar a Gibraltar de su lista de países eximidos del requerimiento de cuarentena.
Aún así, los planificadores de bodas confirman que la demanda es altísima. Los vuelos de British Airways y de EasyJet estuvieron llenos todo el mes de agosto, y en el Registro Civil no hay turnos disponibles hasta noviembre.
"Esperábamos que la gente anulara o aplazara la boda, pero los teléfonos no dejan de sonar desde que terminaron las restricciones a los viajes en julio" dice Chamaine Cruz, fundadora de la empresa de eventos de bodas Sweet Gibraltar Weddings. "Y con justa razón, porque acá es más fácil casarse. Es barato, hay muchos vuelos directos, y el certificado de casamiento que se entrega tiene reconocimiento en todo el mundo."
Para la ceremonia, hay una prenda obligatoria: el tapabocas, que deberá permanecer colocado incluso durante el primer beso.
Las insólitas circunstancias hacen que en el territorio británico se encuentren parejas de todo el mundo, y uno de los últimos fines de semana, luego de sus ceremonias, muchas parejas se mezclaron con los residentes y turistas en Ocean Village Marina, un conocido lugar de para ir a tomar algo en el puerto, y celebraron con champán en restaurantes y bares atestados de gente donde había música en vivo. La mayoría de las personas que estaban sentadas en el exterior de los bares y restaurantes no llevaban barbijo.
The New York Times
(Traducción de Jaime Arrambide)
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