Coronavirus: alarma en Nueva Zelanda por un caso positivo misterioso
En una nueva reacción rápida y firme, las autoridades sanitarias de Nueva Zelanda anunciaron el cierre parcial de la ciudad central de Auckland todo el día de mañana y pidieron a los trabajadores de la ciudad que se queden en sus casas mientras intentan rastrear cómo una estudiante se infectó con coronavirus.
El país gobernado por la primera ministra Jacinda Ardern, que desde el comienzo de la pandemia se distinguió como uno de los menos afectados dada sus políticas eficaces y que en la segunda ola anunció un nuevo confinamiento pese a la poca cantidad de casos en comparación con algunos de Europa, está detrás de un caso que fue tildado de misterioso, el de una universitaria que según se informó no tiene vínculos con áreas de riesgo, lo que preocupa por la falta de datos respecto de su contagio.
"Por precaución, estamos pidiendo a las personas que trabajan en el centro de Auckland que trabajen desde casa mañana", dijo el ministro al frente de la crisis del Covid-19, Chris Hipkins. El número de trabajadores a los que se les pidió que se quedaran en casa el viernes es de 100.000. "Si debe ir a esta zona, utilice máscaras y distanciamiento social mientras las autoridades continúan trabajando para rastrear la fuente de esta infección", indicó el funcionario de acuerdo con lo publicado por el diario The Guardian.
Asimismo Hipkins pidió a los habitantes de Auckland que no entraran en pánico y aseguró que lo necesario es una "respuesta calma y metódica".
La preocupación del gobierno se debe a que la mujer se sometió a la prueba a última hora del martes y si bien le pidieron que se quedara en su casa hasta obtener los resultados el miércoles fue a trabajar en atención al cliente, con una máscara, porque su jefe así se lo pidió.
"Sabemos que la mujer avisó que estaba enferma después de recibir el consejo de aislarse, pero tras una conversación con su gerente fue a trabajar", dijeron desde el Ministerio de Salud. La prueba dio positivo hoy, por lo que la paciente fue trasladada a un centro de cuarentena.
Pero el desvelo mayor es la falta información concreta sobre la fuente de infección, a pesar de las múltiples entrevistas. Como medida sanitaria para evitar una propagación mayor, dos de sus amigas también fueron puestas en cuarentena, a pesar de sentirse bien.
Lo que sí saben las autoridades es que la mujer se movilizó en Uber varias veces y visitó cuatro restaurantes y cafés, así como uno de los principales grandes almacenes de Nueva Zelanda, Smith & Caughey's. En este contexto sus vecinos del edificio también fueron aislados. En la calle de su casa fue instalada una unidad de prueba móvil.
"Estamos trabajando urgentemente para rastrear los movimientos de esta persona durante la semana pasada para determinar cómo se infectó", afirmó la directora general de Salud, Ashley Bloomfield. "También se están realizando pruebas para comprender cualquier vínculo potencial con casos anteriores".
En agosto, Auckland entró en un segundo confinamiento de tres semanas después de que un grupo de más de 100 personas se infectara en el sur de la ciudad. Tras ello la rutina comenzó a normalizarse día tras día. Hasta el momento Nueva Zelanda registra menos de 2000 casos y 25 muertos.
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