Coronavirus: la pandemia superó las 50.000 muertes y el millón de infectados
PARÍS.- En medio de la peor crisis desde la Segunda Guerra Mundial, el mundo rompió hoy la barrera de las 50.000 muertes por coronavirus, y la del millón millón de personas infectadas por el Covid-19, según la herramienta de monitoreo worldometer.
Europa es de nuevo el principal frente de guerra contra este enemigo invisible mientras las cifras de decesos se resisten a bajar, a pesar del confinamiento casi generalizado. La inquietud crece también en Estados Unidos, que sigue haciendo pruebas masivamente a su población, con más de 200.000 contagiados. Y sube la ola en América Latina, que hasta el momento reportó más de 20.000 casos.
"Esta es, de hecho, la crisis más retadora que hemos enfrentado desde la Segunda Guerra Mundial" advirtió el secretario general de la ONU, Antonio Guterres. Lo mismo se escucha en las calles. "Es un poco 'escóndete, que viene el bombardeo'. Es un virus en vez de bombas", resumió Pepa Peña, una mujer de 61 años residente de Madrid, la región más golpeada de España y una de las más afectadas de Europa.
El cuadro está por el momento mucho más lleno de sombras que de luces. Los contagios parecen estabilizarse en España e Italia, los dos países europeos más afectados. Pero los saldos mortales son aún elevados, superiores a los 800 muertos diarios en ambos casos.
Más inquietante es la curva que empieza aparecer en Francia y Gran Bretaña, con más de 500 fallecimientos en 24 horas. Francia, con más de 5000 ingresados en unidades de cuidados intensivos, ya superó su capacidad hospitalaria oficial.
Las distintas agencias de la ONU exigieron en un comunicado común que se encare con decisión el combate a la pandemia, pero también con más solidaridad con los vecinos más vulnerables, para evitar un desastre alimentario.
Sin embargo, los países ricos están atenazados no solamente por el vendaval sanitario, sino por la parálisis de sus economías. "Nuestro país se enfrenta a un desafío sin precedentes en su historia", declaró el presidente estadounidense Donald Trump.
"Cuando entramos en el cuarto mes de pandemia, estoy profundamente preocupado por la escalada rápida y la propagación mundial de infecciones", afirmó el director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom Ghebreyesus. "El número de muertos se ha duplicado ampliamente en la última semana", explicó.
Protestas
La escasez derivada de la pandemia provocó protestas en algunos países pobres. "En Nigeria, cuando uno trabaja ya pasa hambre. Imagínese cuando no puede trabajar", dijo Samuel Agber, reparador de aparatos de aire acondicionado.
Para frenar la propagación de la pandemia, más de 3750 millones de personas, es decir casi la mitad de la población mundial, están confinados en distintos grados de cuarentena en sus casas, algo que no siempre es fácil de cumplir.
En la India, la policía mostraba en las redes sociales caras muy distintas: por un lado, se la veía bailando en las calles con cascos que representaban el virus para disuadir a infractores del confinamiento, y por otro, se veía a agentes golpeando a quienes lo violaban. Y el presidente keniano, Uhuru Kenyatta, pidió por su parte disculpas por los "excesos" de brutalidad policial durante la aplicación del toque de queda nocturno.
En Italia, los médicos están inquietos por los pacientes que dejan el hospital cuando su vida ya no corre peligro, pero que siguen siendo contagiosos. A algunos de ellos se los envía a geriátricos y pese a las medidas de protección en marcha, hay expertos que temen una "masacre silenciosa" en estas estructuras.
"En una guerra como ésta, no podemos permitirnos exponernos a la aparición de nuevos focos de contagio que pueden transformar estos centros de convalecencia en 'bombas virales'", advirtió Raffaele Antonelli Incalzi, presidente de la Sociedad de Geriatría italiana.
Pero mientras en Italia y España debería alcanzarse el pico de contagios después de varias semanas de confinamiento, éste no se vislumbra en Estados Unidos. El gobierno de Trump difundió un sombrío pronóstico de entre 100.000 y 240.000 muertes en el país en los próximos meses, si se respetan las restricciones actuales.
En América Latina, donde se registraron más de 500 muertos, varios países anunciaron una prolongación de las medidas, en un intento de evitar el colapso de sus sistemas sanitarios. El cierre temporal de empresas y el parón de la actividad económica que provocaron semejantes medidas en todo el mundo dejaron a muchos trabajadores sin ingresos y sus consecuencias empiezan a notarse en los países más golpeados.
Los ministros de Finanzas y gobernadores de los bancos centrales del G20, que se reunieron esta semana por teleconferencia, prometieron ayudar a los países más pobres a soportar el fardo de su deuda y asistir a los mercados emergentes. La semana pasada, los líderes de este grupo de países ricos y emergentes había dicho que inyectarían cinco billones de dólares en la economía global para disipar los temores de una recesión.
En Wuhan, la ciudad en la que se originó la pandemia, las medidas de confinamiento se van levantando progresivamente, y los primeros pasos al aire libre de sus habitantes son para homenajear a los muertos, hasta ahora el avance más alentador.
Agencia AFP
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