Desde Roma, París, Washington, Nueva York y Río de Janeiro, los corresponsales de LA NACION, en una conversación moderada por Inés Capdevila -Secretaria de Redacción a cargo de la sección Mundo- compararon el impacto económico, político y social de la pandemia de coronavirus en sus respectivos países y analizaron cómo será la tan ansiada "vuelta a la normalidad" en el mundo, a medida que los gobiernos se preparan para levantar las restricciones de distanciamiento social.
Italia, el primer país en ordenar un confinamiento generalizado, pondrá fin a casi dos meses de encierro el 4 de mayo. Sin embargo, Elisabetta Piqué, corresponsal en Italia, dijo que por más que se levante la cuarentena, "no habrá una vuelta a la normalidad".
"Habrá muchas restricciones. Los restaurantes, las peluquerías y otras tiendas permanecerán cerradas hasta el 18 de mayo. Las clases recién se reanudarán en septiembre. La gente tiene mucho miedo al rebrote. Se vive un clima de guerra", dijo al recordar la impactante escena de camiones militares transportando ataúdes en las últimas semanas en Bérgamo, una ciudad en el norte de Italia, la zona más afectada del país.
Sin embargo, "la catástrofe económica que se ha desatado hace que el país no pueda seguir bloqueado". El FMI y los economistas italianos estiman una caída anual del PBI de entre el 8 y 9 anual y del 15% semestral, dijo Piqué.
Con ruido de aplausos de fondo de los vecinos dirigidos al personal médico, Luisa Corradini dijo desde París que ellevantamiento de la cuarentena en Francia, programado para el 11 de mayo, será "extremadamente gradual".
"El reinicio de clases será voluntario y existe la opción de seguir en formato digital para aquellos niños a los que sus padres no quieran mandarlos a la escuela todavía", contó.
No obstante, la estrategia de "desconfinamiento" francesa aún no está del todo clara, dijo. "Al principio se había determinado que sería por regiones. Pero como estas son demasiado grandes y heterogéneas, el plan se modificó y el levantamiento de restricciones ahora será por zonas, en función de la cantidad de infectados".
A diferencia de Europa, en Nueva York, epicentro de la epidemia en Estados Unidos, el paralelismo no se traza con ninguna de las guerras mundiales, sino con el atentado a las Torres Gemelas del 11 de septiembre de 2001. "La gente dice sobrevivimos ese ataque, así que tenemos que seguir adelante", contó la periodista Domitila Dellacha, y describió un peculiar "clima de solidaridad en medio de tanto dolor", alimentado por los mensajes esperanzadores del gobernador Andrew Cuomo.
Recordado por sus eternas luces y rascacielos, el paisaje neoyorquino se vio interrumpido en los últimos días por una espeluznante postal: camiones frigoríficos instalados en las puertas de los hospitales para almacenar los cadáveres que ya no entran en las morgues, relató Dellacha.
Sin embargo, el sombrío clima que se vive en Nueva York no se replica en todo el país. "La gente en otros estados está desesperada por volver a trabajar, recuperar la economía", explicó el corresponsal de LA NACION Rafael Mathus Ruiz desde Washington, en donde la contienda electoral se vio totalmente alterada por la llegada del coronavirus.
¿Cómo afecta a los líderes?
A diferencia de Italia o Francia, Estados Unidos no impuso una cuarentena a nivel nacional. "Donald Trump nunca quiso meterse con eso a sabiendas de lo difícil e impopular que es esa decisión. Y tampoco tiene la autoridad para hacerlo", indicó el periodista.
De hecho, el mal manejo y la subestimación de la crisis por parte de Trump han dañado su popularidad, que era casi del 50% en enero, una cifra muy alta para cualquier presidente en su tercer año de gestión en ese país, comentó Mathus Ruiz.
"Hay que recordar que a fines de enero, Trump estaba en su mejor momento. La economía del país volaba, había firmado un acuerdo comercial con China, había pasado el juicio político. Y de repente, el cachetazo del enemigo invisible (...) En cinco semanas, Estados Unidos destruyó la misma cantidad de empleos que fueron creados durante toda la administración Obama y Trump juntas. La economía, que era el pilar de su campaña, se desintegró. Ahora él ve como la presidencia se le escurre entre las manos. Creo que está desesperado, esta crisis lo ha superado por completo", agregó.
Pero la pandemia no solo complicó las cosas para Trump. El presidente brasileño, Jair Bolsonaro, también está lidiando con una doble crisis: la humanitaria y la política, explicó el corresponsal en Río de Janeiro, Marcelo Silva de Sousa, quien se contagió de coronavirus pero ya está recuperado.
Dos hechos recientes han provocado "turbulencias" en el gobierno del mandatario ultraderechista: la renuncia del ministro de Salud, Luiz Henrique Mandetta, y la del ministro de Justicia y exjuez de Lava Jato, Sergio Moro, ; dos figuras populares en Brasil.
Como si fuera poco, una aterradora imagen ha circulado en los últimos días en los medios de comunicación nacionales e internacionales: la excavación masiva de fosas comunes que albergan los cuerpos sin vida de las víctimas del Covid-19 en el estado de Amazonas.
Otra de las figuras mundiales que ha sido fuertemente golpeada por la pandemia fue el presidente francés, Emmanuel Macron, quien "ya venía debilitado" desde antes de que estalle la crisis. "En Francia hubo tanta tergiversación con respecto a los barbijos y tests que la gente se puso histérica (...) Macron no deja de prometer que todo va a cambiar, pero la gente no le cree", explicó Corradini.
Sin embargo, algunos mandatarios por ahora están saliendo fortalecidos en medio del caos. En Italia, el primer ministro Giuseppe Conte se ha revelado como el líder insospechado, alcanzando un índice de popularidad del 72%. No obstante, según la corresponsal en Roma, Elisabetta Piqué, el repunte en la reputación de este abogado de 55 años no tiene nada que ver con su buen manejo de la crisis sino con la necesidad de la gente de un dirigente "que capee esta tormenta".
En Alemania, la imagen positiva de Angela Merkel, muy elogiada por su gestión, se disparó al 80%. En el país "se realizan 500.000 tests por semana desde el mes de enero", dijo Corradini.
La problemática de los tests
El tema de las pruebas ha generado grandes controversias en casi todos los países, observaron los corresponsales. Corradini contó que en Francia se está viviendo un escándalo nacional. "Hoy, el periódico Le Monde informó que al 15 de abril, Francia está detrás de Turquía y delante de Chile, en número de pruebas, con 5,1 por mil habitantes; casi tres veces menos que la media en los países de la OCDE", dijo
"A pesar de ser el país que ha realizado la mayor cantidad de tests [aunque no per cápita], Estados Unidos no ha logrado montar un sistema robusto que permita contener eficazmente un posible rebrote en el futuro. Donald Trump había prometido a principios de marzo que habría tests disponibles para todos los que desearan hacerse uno, pero fue otra promesa incumplida del presidente", indicó Mathus Ruiz.
Al respecto, Dellacha agregó que según cifras difundidas ayer por el gobernador Cuomo, en la ciudad de Nueva York, "casi el 21% de los ciudadanos tuvieron coronavirus porque presentaron anticuerpos".
"En Brasil el tema de los tests también es bastante polémico. Hasta la fecha, el país ha realizado 130.000 tests, un promedio de 2000 por día desde el comienzo de la pandemia, un número bastante bajo", dijo, por su parte, Silva de Sousa.
El nuevo ministro de Salud, Nelson Teich, que asumió unos diez días atrás, informó que Brasil consiguió 10 millones de tests vía la Organización Panamericana de la Salud (OPS), informó. "Esta semana llegaron 500.000 que comenzaron a inyectarse en los estados, aunque no quedó claro cuando llegará el resto", agregó el periodista, quien no pudo acceder al análisis cuando manifestó síntomas de la enfermedad, la cual fue confirmada a través de panel viral.
¿Vuelta a normalidad?
A la pregunta de cuándo volverán a retomar la "vida normal" los ciudadanos de cada país –por esto se entiende asistir a un recital, ir a ver un partido de fútbol a un estadio, ir al cine o a la playa–, los corresponsales respondieron que es muy difícil determinar una fecha exacta, pero que el retorno podría durar meses, en el mejor de los casos.
"Hay mucha angustia porque nadie termina de describir de una manera nítida y acabada cómo va a ser esa normalidad", dijo Mathus Ruiz desde Washington, en donde la alcaldesa ya extendió las restricciones hasta el 15 de mayo porque recién el pico de la pandemia se espera para fines de ese mes en la capital norteamericana.
"Quizá debamos estar en esta situación, en 'este baile' como lo llaman, hasta septiembre", agregó.
"Acá [en Brasil] todavía parece distante la llegada de lo peor, eso dificulta empezar a pensar post pandemia", dijo, por su parte, Silva de Sousa, quien se sigue sorprendiéndose al ver las playa de Río de Janeiro completamente vacías un día de sol.
Cruzando el Atlántico, los pronóstico son aún más desesperanzadores. "Esa es la sensación más nociva de todo, una especie de limbo. Los gobernantes advierten que esto va a tomar meses, inclusive años para volver a la normalidad económica", dijo Corradini desde París.
"Ahora los ojos están puestos en Asia, con Japón y China que vuelven a confinar. En Europa estamos hablando de desconfinamiento, los países van a empezar a abrir muy tímidamente. Pero hay que ver qué pasa, porque una población tiene que estar inmunizada como mínimo al 60% para frenar una pandemia, según los científicos. En Francia hay solo un 6% de inmunización. Esto es la incertidumbre absoluta", agregó.
En Italia "nadie habla de vuelta a la normalidad", dijo Piqué. "Vamos a empezar una etapa de una vida totalmente distinta (...) Y si vuelven a aumentar los contagios vamos a volver a las zonas rojas y vamos a volver todo de cero".
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