Coronavirus. Las dos caras de EE.UU.: el avance de Nueva York y el traspié de Florida
WASHINGTON.– Estados Unidos vive dos pandemias. Nueva York , hace unos meses epicentro del espanto global desatado por el nuevo coronavirus , vivió el último fin de semana su primer día sin muertes por Covid-19.Pero Florida , el nuevo foco del brote en el sur del país, sufrió su peor semana con un nuevo pico de contagios y un récord de muertos: 152, un número que seguramente empeorará.
Como si fuera un nómade invisible y letal, el nuevo virus, que despuntó en Wuhan y luego paralizó a Europa antes de ensañarse con Nueva York, ahora se estacionó en el sur, en el Cinturón del Sol, donde los contagios se multiplicaron ferozmente hasta llevar a Estados Unidos a registrar una marca inédita, 77.255 casos en un día, también esta semana.
Las dos pandemias de Estados Unidos son el resultado de caminos antagónicos que siguieron los gobernadores del país, donde cada estado hizo lo que quiso ante la ausencia de una estrategia nacional nítida por parte de la Casa Blanca. El resultado: Estados Unidos es la única potencia que ha fracasado, hasta ahora, en controlar al virus. Los rebrotes, coinciden expertos, son consecuencia de dos decisiones: una reapertura apresurada y la resistencia al barbijo.
El presidente Donald Trump ninguneó la crisis desde el principio, brindó mensajes contradictorios o triunfalistas y desde fines de abril, convencido de que la epidemia había empezado a ceder y urgido por dar vuelta la página y encarrilar su reelección, presionó a los gobernadores por un pronto retorno a la normalidad.
Nueva York y Florida encarnan la grieta de la pandemia. Mientras el gobernador neoyorquino, Andrew Cuomo, lideró con puño de hierro y apariciones diarias una de las cuarentenas más estrictas del país –que nunca se encerró del todo como sí lo hicieron Italia , España o la Argentina –, el gobernador de Florida, Ron DeSantis, fue uno de los mandatarios que se apresuraron en "abrir" el estado. Cuomo ordenó el uso de barbijo; DeSantis, no.
Aunque Florida es el nuevo foco, el coronavirus también hace estragos en Georgia, Alabama, Louisiana, Texas, Arizona y California . Salvo Georgia, todos los estados del Cinturón del Sol frenaron o dieron marcha atrás con sus planes de reapertura, en un nuevo intento de intentar torcer la pandemia de una vez por todas antes de la llegada del otoño boreal, cuando la situación se tornará aún más crítica con la llegada de la temporada de gripe.
El fuerte retroceso que sufrió Estados Unidos en los últimos dos meses quedó plasmado en un informe reservado de la Casa Blanca que se filtró a la prensa: el brote está tan extendido que 18 estados fueron incluidos en la llamada "zona roja" porque los contagios aumentan demasiado rápido, y el gobierno federal los urgió a que tomaran medidas más estrictas para controlar las infecciones.
La única buena noticia que surgió en los últimos días es que, pese al fuerte rebrote, por ahora la cantidad de muertes es muy inferior a la que había en la primavera, aunque está en aumento. Estados Unidos llegó a sufrir más de 2000 muertes diarias en abril, según Covid Tracking Project. Ahora el promedio semanal está arriba de 700 decesos, debido en parte a que hay una mayor proporción de jóvenes entre los nuevos contagios, y, a diferencia de abril, ya hay tratamientos para los casos más severos. Sin embargo, los expertos advierten que esa cifra aumentará en las próximas semanas.
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