Coronavirus. Jair Bolsonaro: "No aguanto esta rutina de quedarme en casa, es horrible"
BRASILIA.- Jair Bolsonaro tiene fe. El presidente de Brasil, religioso, derechista, hace una semana anunció que había dado positivo al coronavirus y hoy se hará un nuevo test para corroborar si sigue enfermo o no y con la energía puesta en terminar con el aislamiento porque no soporta quedarse en casa.
Bolsonaro,en cuarentena, dijo que estar encerrado "es horrible", ayer, el mismo día en que se lo vio en los jardines de la casa de gobierno, el Palacio de la Alvorada, alimentar a un grupo de ñandúes, acompañado por cuatro de sus colaboradores, todos con tapabocas y respetando la distancia social recomendada.
Asimismo el mandatario aseguró que se siente "muy bien" y que volverá a trabajar si le da negativa la nueva prueba, aunque insistió en que seguirá aislado hasta que esté libre de la enfermedad. También contó que no tuvo problemas para respirar y tampoco perdió el gusto, dos síntomas comunes.
"Si está todo bien vuelvo al trabajo. Claro que si es al contrario, esperaré unos días más", agregó el presidente de 65 años en una entrevista telefónica con CNN Brasil. "Por lo demás todo bien, estamos despachando por videoconferencia todo el tiempo y estamos haciendo lo posible para no dejar que las cosas se acumulen el tiempo que estoy aquí", dijo.
El resultado del examen RT-PCR "debería salir en pocas horas y esperaré con bastante ansiedad porque no aguanto esta rutina de quedarme en casa, es horrible", dijo Bolsonaro, cuyo positivo causó revuelo tanto a nivel nacional como internacional. Y no solo por su cargo. También por su historial con la crisis sanitaria y por la manera en la eligió contarlo, desde la residencia oficial, con pocos periodistas, que no respetaron la distancia recomendada para evitar contagios. El presidente tampoco lo hizo: habló por más de 15 minutos, pese a que la Organización Mundial de la Salud alerta de no hacerlo, e incluso en un momento dio unos pasos hacia atrás y se sacó la máscara para demostrar que se sentía bien, pese a la exposición que eso representaba.Escéptico de la pandemia y contrario a las cuarentenas aplicadas en los estados brasileños, Bolsonaro generó más de una polémica desde el comienzo del brote. Primero dijo que una "gripecita" como esta no podía detener al pueblo de su país, después se peleó con los gobernadores que decretaron el aislamiento en sus territorios y además hizo lo que quiso: se reunió con cientos de sus seguidores sin tapabocas ni distancia, se sacó fotos y compartió abrazos, al tiempo que los casos aumentaban en Brasil. Tras confirmar que estaba infectado se portó de la misma forma: comenzó a tomar hidroxicloroquina, un fármaco antipalúdico cuya eficacia contra el coronavirus no está científicamente probada, y aseguró: "Funcionó, estoy muy bien gracias a Dios". Bolsonaro defiende el uso del medicamento para tratar el Covid-19 a pesar del fuerte debate en la comunidad científica internacional sobre su idoneidad.
Brasil es el segundo país con más casos y más muertes por la pandemia, detrás de los Estados Unidos. Hasta ayer registraba 72.833 personas fallecidas y 1,8 millones de positivos confirmados.
Agencias AFP y Reuters
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