Coronavirus: Italia llama a 10.000 médicos recién recibidos a dar batalla
ROMA.- Entre las medidas extraordinarias tomadas por Italia para enfrentar la pandemia por el nuevo coronavirus –que causó 3405 muertos, cifra que superó al número de víctimas mortales en China -, una prevé que el Servicio Sanitario Nacional contrate a 10.000 jóvenes médicos recién recibidos. Debido a la emergencia, los "neo-laureati" ya no deberán hacer el examen de Estado que en tiempo normales es obligatorio para conseguir la habilitación, sino que podrán sumarse enseguida a los médicos que se encuentran en la trinchera.
No hace falta decir que la medida, prevista en el denominado decreto "Cura Italia" aprobado esta semana con un mega presupuesto de 25.000 millones de euros, causó controversia. Asustados, algunos recién recibidos criticaron la norma porque piensan ser "usados como carne de cañón" –pese a que obtendrían un contrato antes impensable de unos 2500 euros por mes-, mientras que otros se manifestaron dispuestos a "ir a dar una mano" enseguida, pese a la falta de experiencia.
"Esto es como cuando se terminan los soldados y entonces jóvenes poco adiestrados son obligados a ir a la guerra", dijo a LA NACION Marco De Angelis, médico fisioterapista al frente de un estudio de esta capital que, como la mayoría de los expertos, conscientes de los tiempos extraordinarios que se están viviendo, consideró "más que correcta" la decisión.
"No hay tiempo que perder, tenemos un frente de guerra abierto y el Estado necesita urgente de médicos, no hay tiempo para la polémica", afirmó De Angelis, que hasta tildó como "desertores" a quienes no respondan al llamado de enrolamiento.
Normalmente, para rendir el examen de Estado y obtener la habilitación para ejercer como médico hacen falta entre uno y dos años de estudio, que se suman a los cinco o seis necesarios antes para obtener el título de médico generalista. "Se trata de un examen complejo sobre la profesión, donde se hacen preguntas a 360 grados, aunque creo que es correcto haber decretado esto ahora que ya no es necesario, porque la situación es grave y hacen falta médicos ya", opinó. "Pero pienso que lo mejor sería darles a los recién recibidos una habilitación temporal y que, una vez pasada la tormenta, hacerles rendir el examen de Estado", aclaró.
De Angelis, de 53 años, destacó que, tal como indican las estadísticas de terror de estos días, el 12% de los operadores sanitarios, médicos, enfermeros y paramédicos, también se contagian el Covid-19. Amén de que ya hay 14 médicos que murieron cumpliendo su deber, quienes resultan positivos al virus deben recluirse, quedarse aislados, en cuarentena, hasta que vuelvan a ser negativos.
"El problema fundamental es justamente este 12% que se enferma, que indica que los médicos que están en el frente ahora no podrán manejar la situación que tendremos en abril porque, por el nivel de contagio, estarán dentro de ese 12% que se contagia y, por lo tanto, en cuarentena. Si tenemos el pico de contagios en cuatro o cinco días, el Estado debe tener en sus manos una herramienta legal para poder contar con más médicos", explicó.
Federico Lavagno, que se recibió en Medicina en octubre pasado en la Universidad de Turín, piensa distinto. En una chat de la que dio cuenta el diario La Repubblica, no ocultó su perplejidad ante la medida de emergencia. "Con este decreto el gobierno está enviando a un médico recién recibido a la deriva y le exige manejar situaciones para las que no está preparado", denunció.
De Angelis tiene otra visión. "Estos médicos recién recibidos no serán mandados al quirófano a operar, sino que estarán al lado de médicos reanimadores que les explicarán qué hacer. No es complicado eso si el médico experimentado indica cómo ayudar. Además, estos médicos recién recibidos pasarán a estar habilitados a curar sólo una cosa: la pulmonía intersticial bilateral, que es el peor efecto del Covid-19", advirtió.
Para De Angelis los 10.000 médicos recién recibidos en este momento no son otra cosa más que "soldados" de una batalla en la que el ejército, los italianos, deben quedarse en casa. "No hay bombardeos aéreos, pero el virus está en la calle y quien no quiera salir a la batalla es un desertor", aseguró. En su caso específico, como médico fisioterapista, De Angelis en este momento solamente está obligado a tratar a sus pacientes más graves, como los recién operados, que si no hacen fisioterapia corren el riesgo de no poder rehabilitarse.
"De los diez fisioterapistas que trabajan conmigo en mi estudio, que estoy abriendo ahora sólo tres veces por semana, sólo tres me dieron la disponibilidad para trabajar porque tienen miedo", contó. Y concluyó: "Esta no es una guerra de invasión , es una guerra en defensa de la humanidad".
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