Coronavirus en Italia: "Hace falta un confinamiento total o habrá una implosión del sistema sanitario"
ROMA.- Bajo una segunda ola de coronavirus cada vez más alarmante, Italia no solo superó hoy el umbral psicológico del millón de casos de coronavirus –para ser más precisos, 1.028.424-, sino que tuvo otro récord de muertos de esta fase -623- y de internados por Covid-19 en hospitales -29.444-, cifra que superó al pico de 29.010 que se tuvo el 4 de abril pasado, en la primera ola.
En este marco, crece la presión sobre el gobierno del primer ministro, Giuseppe Conte, para que implemente un confinamiento total, algo que desde hace días reclama el Colegio Nacional de Médicos de Italia para evitar el colapso del sistema sanitario y otros 10.000 muertos en un mes.
En una entrevista vía streaming con socios de la Asociación de la Prensa Extranjera, su presidente, Filippo Anelli, volvió a clamar que el gobierno imponga "ya" una cuarentena total, como la que hubo en marzo pasado, al principio de la pesadilla.
"Hacen falta medidas drásticas, como un confinamiento total, de lo contrario tendremos una implosión del servicio sanitario nacional", advirtió, al subrayar que el número de pacientes en terapia intensiva crece en manera constante, con entre 100 y 120 nuevos contagiados cada día. "Nos asusta mucho el récord de muertos de hoy y tener ya más de 3000 personas internadas en terapia intensiva (se reportaron 3081), porque nos acercamos a esos 5000 lugares que representan el umbral máximo, porque faltan anestesistas y reanimadores", dijo, sin ocultar su alarma.
"El virus galopa a una velocidad mayor y esto significa que hay personas que al llegar al hospital no encuentran plazas porque no hay. Y este es uno de los motivos que nos hace pedir un lockdown total. La rapidez del crecimiento del virus es demasiado alta. No podemos permitir que todos los hospitales de Italia se transformen en hospitales solo para Covid. Sería una derrota para todos porque dejaríamos sin asistencia a los ciudadanos que padecen otras enfermedades", aseguró.
Mientras en noticieros de televisión desde hace días se ven imágenes de personas tiradas sobre camillas en pasillos de hospitales que no dan abasto o de filas de ambulancias que llegan a institutos ya saturados, Anelli no ahorró críticas a Conte. "El gobierno tendría que haber intervenido antes, en el verano, impidiendo las ocasiones de difusión del virus en fiestas, discotecas y demás eventos y luego, tendría que haber implementado restricciones antes, al ver que la situación en Francia y España se desbocaba", opinó.
Para él, su estrategia de dividir a Italia en tres zonas -roja, naranja y amarilla- de acuerdo al riesgo elevado, intermedio, moderado, algo vigente desde el viernes pasado, no es eficaz.
"Pese a que hay prohibiciones, en las zonas rojas igual permiten a los ciudadanos ir a trabajar, hay una actividad mínima y el fin de semana pasado vimos cómo centenares de personas salieron a las calles, a las plazas, a las costaneras y a los parques", dijo, espantado. "Los primeros datos de estas medidas no son muy alentadores", agregó.
En una jornada que el Ministerio de Salud reportó 32.961 nuevos casos en 24 horas, Anelli, nacido en Bari hace 64 años, consideró que con semejantes números y crecimiento exponencial de la curva de contagio "no hay otro sistema que bloquear a las personas en casa para impedir que la pandemia siga".
"La gente no entiende la gravedad del momento por diversas razones", también dijo, ante una pregunta de LA NACION, en la que explicó que el problema es que no hay mensajes unívocos: "por ejemplo la gente cree que en las zonas amarillas puede hacer lo que quiere y en las rojas tiene que estar más atenta, pero no era eso lo que quería decir el gobierno". "Por otro lado, existe una dimensión social: el confinamiento total asusta por las consecuencias económicas, muchos comerciantes y personas de ciertas clases sociales ya han sufrido mucho y necesitan ayuda... Y es fácil frente a graves situaciones económicas casarse con ideas negacionistas para seguir sobreviviendo", indicó.
Por otro lado, consideró que la gestión de la pandemia se descontroló porque colapsó el rastreo de contactos porque "el virus fue más veloz de lo que se imaginaba" y ya no había personal. "El uso del barbijo y el distanciamiento en buena parte fue actuado, el problema es aislar a los sujetos positivos y mantenerlos lejos. Pero este aumento incontrolable del virus hace que uno ya no pueda con eso impedir su difusión", explicó.
Respecto de falta de personal médico, al margen de recordar que hasta ahora murieron en Italia 188 médicos y resultaron positivos 16.000 empleados sanitarios, Anelli denunció el hecho de que, si bien el gobierno después de la primera ola de coronavirus duplicó el número de puestos de terapia intensiva de 5000 a 11.000, no actuó para que también se duplicara el personal especializado para trabajar en este sector, es decir, de anestesistas y reanimadores, que faltan.
Preguntado cuánto tiempo debería durar el confinamiento total que propone, finalmente, Anelli consideró que haría falta una cuarentena de un mes y medio o dos. "Ese lapso de tiempo sería suficiente para salir de la fase más riesgosa de la pandemia, porque si examinamos la experiencia de la primera ola, de marzo y abril, vemos cómo el lockdown total determinó un ápice de la curva y luego un descenso, ya que las medidas restrictivas permiten bloquear la difusión del virus y permiten , despacio, una reducción de su difusión".
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