Coronavirus: en Italia crean una "comisión de la verdad" para investigar las muertes
ROMA.- El cuerpo de su padre estuvo en uno de esos camiones militares que llevaban de Bérgamo, ciudad mártir de la Covid-19, ataúdes de personas fallecidas por coronavirus que no podían ser cremados allí porque el horno crematorio no daba abasto. "Me enteré de que lo habían cremado en la ciudad de Ferrara porque me llegó la boleta de la tasa comunal de esa ciudad de 563 euros y 35 centavos y la urna me llegó el 18 de abril", contó Cristina Longhini, farmacéutica de 39 años, quien nunca imaginó que su padre, un hombre sano, de apenas 65 años, de repente pudiera llegar a morir de la forma terrorífica en la que murió.
Junto a Luca y Stefano Fusco, que perdieron respectivamente a su padre y a su abuelo de 85 por coronavirus, Cristina es una de las fundadoras del comité "Noi Denunceremo" ( Nosotros denunciaremos). Se trata de un grupo que reclama verdad y justicia para todas las víctimas de la Covid-19, que en Italia hasta ahora alcanzaron el trágico número de 33.964, cifra superior a la de los muertos por bombardeos durante la Segunda Guerra Mundial.
"Junto a mi papá, Luca, creamos este grupo en Facebook el 22 de marzo, durante el pico del contagio, para ver si había otras personas que se hacían como nosotros preguntas y pensaban que las cosas no se habían manejado en forma correcta, casi por curiosidad. Y en 24 horas explotó: teníamos 5000 miembros", contó Stefano, que junto a Cristina habló por streaming con miembros de la Asociación de la Prensa Extranjera.
Desde entonces "Noi denunceremo", que recopila casos y se prepara para dar una batalla judicial, no paró de crecer. "Desde el primer día se formó un grupo que era un gran contenedor virtual, donde la gente se desahogaba, porque lo peor de esta tragedia fue la falta total de información y la imposibilidad de elaborar el luto por la pérdida de nuestros seres queridos, que murieron solos y que ni siquieran pudieron tener una despedida digna", dijo Stefano, que vive en Bérgamo, Lombardía, en el norte de Italia.
"Hoy tenemos 56.000 miembros y el 28 de abril decidimos transformarnos en un comité sin fines de lucro. Quien quiere denunciar qué le pasó, nos envía su caso, su historia, tenemos un equipo de abogados que nos asesora y este miércoles organizamos un #DenunciaDay: llevaremos 50 denuncias a los tribunales de Bérgamo, símbolo de esta tragedia, aunque ya estamos elaborando otras 150", precisó este consultor comercial de 31 años.
"Noi Denuncieremo" no busca resarcimientos económicos, sino quiere que la justicia investigue por qué pasó lo que pasó y que quien tiene responsabilidades, se haga cargo. "No sabemos quiénes son los culpables, si la región Lombardía, si el gobierno nacional, si las autoridades sanitarias, si el alcalde, todos se pasan la pelota y eso nos da bronca. Creemos que es la justicia la que debe definir quiénes fueron los culpables y creemos que hay responsabilidades múltiples y en los niveles más altos. No veo responsabilidades en médicos, enfermeros y operadores sanitarios que fueron a combatir una guerra no preparados", afirmaron Cristina y Stefano.
Justamente porque creen que hay responsabilidades difusas, múltiples, presentarán denuncias "contra ignotos" y esperan que la justicia les dé respuestas concretas. "Somos ciudadanos honestos, que pagamos impuestos, que amamos a nuestro país. Y las pruebas son las historias clínicas", explican.
Entre las centenares de historias de terror de los que murieron en soledad, está la de Claudio Longhini, el papá de Cristina: se acababa de jubilar a los 65 años y estaba en espléndida forma, tanto es así que adoraba andar en moto y jugar con su nieto. "En los primeros días de marzo empezó a tener disentería, vómitos, nauseas, estaba inapetente y con un poco de fiebre. Llamó a su médico de base, que le dijo que no se preocupara, que se tomara una taquipirina", contó su hija.
"A la semana, además de disentería le dolían los huesos, ya no tenía fuerza porque seguía sin comer, tanto es así que un día se desmayó. Pero su médico no quiso ir a visitarlo –omisión de socorro– y le prescribió antibióticos e hidratación. Mi mamá llamó varias veces al servicio de urgencias y al número especial para el Covid, donde le decían que si no tenía crisis respiratoria no podían ir a verlo", detalló, indignada.
Fue sólo gracias a otro médico que conocían que lo visitó días más tarde, que su papá finalmente obtuvo una ambulancia que lo llevó al hospital Giovanni XXIII de Bérgamo, el principal de la ciudad, que se encontraba colapsado, donde fue internado. Allí confirmaron, tras un hisopado, que tenía coronavirus y pulmonía bilateral intersticial. Tras diversos maltratos telefónicos -la única forma de saber cómo estaba porque ningún pariente podía entrar al hospital-, un día un médico los llamó para decirle que su papá había empeorado, que no había lugar en terapia intensiva y que lo iban a intubar igual. Al día siguiente, 19 de marzo, Claudio murió, pero se olvidaron de llamarlos para avisar del fallecimiento.
Como no había llevado su documento, a Cristina, que le dieron las pertenencias de su padre en una bolsa de basura, le tocó ir a la morgue para reconocerlo. "Cuando lo vi no lo podía reconocer: estaba en un pijama manchado de sangre, con los ojos y la boca abiertos, con sangre...Tuve pesadillas durante días", describió, al borde del llanto.
La otra parte dramática de la historia fue que su mamá, que también se enfermó de Covid, quedó "abandonada" en su casa. "Estuvo mal durante dos meses, pero nadie jamás le hizo un test", denunció, al destacar asimismo el escándalo de los precios de las cremaciones –que no son fijos, sino que dependen de cada comuna– y de los funerales, aunque nunca realizado. "El 23 de abril tuvo lugar la tumulación de la urna, hubo una bendición de dos minutos, ni siquiera la posibilidad de llorar, pero pagué por el funeral más de 3000 euros, un verdadero escándalo", contó.
Subestimación de la situación
Cristina y Stefano son conscientes de la mala fama de la justicia italiana, una de las más lentas y controvertidas de Europa. Pero no importa. "Sería mentiroso si no admitiera que muchos dicen que denunciar es inútil, que muchas cosas suelen encubrirse... Hay varios ejemplos en la historia reciente de tragedias que quedaron sin responsables, pero nunca tuvimos una tragedia como esta, con más de 30.000 muertos y había que hacer algo. Muchos hablan de venganza, pero esto no es venganza, es sed de verdad y justicia", afirmaron. "Y no queremos resarcimientos económicos: ningún oro del mundo nos puede devolver a nuestros seres queridos, pero queremos saber qué pasó y que esto sirva para que nunca más pase algo parecido", agregaron.
¿Qué es lo que falló para ellos en Lombardía, la región más rica de Italia y la más castigada, con la mitad de decesos? Para ellos la situación al principio fue totalmente subestimada y manejada en forma superficial. Pese a que durante el pico del contagio fueron creadas 117 zonas rojas, que fueron cerradas por brotes, jamás fue creada una zona roja en el área de Bérgamo, entre los pueblos de Alzano y Nembro, debido a los "grandes intereses económicos en juego".
"Es una zona donde hay más de 300 empresas que facturan 700 millones de euros por año, con miles de puestos de trabajo, es uno de los motores de Lombardía. ¿Por qué no clausuraron esta zona? Algo no cierra", aseguró Stefano, que contó que un amigo suyo, que es policía, el 8 de marzo le contó que se aprestaban a declarar una "zona roja" allí mismo, algo que nunca sucedió. "¿Quién dio esa contra-orden y por qué?", se preguntó, al denunciar asimismo que en los últimos años la región Lombardía desmanteló la sanidad territorial pública para darle más espacio a la privada, algo que también tuvo que ver con el colapso de los hospitales de la zona.
¿Hasta ahora qué relación tuvo "Noi denunceremo" con los partidos políticos? Ninguna. "Representamos a decenas de personas, pero nadie nos contactó. No tienen interés o tienen miedo de nuestro movimiento. Nadie quiso encontrarnos, ni de derecha, ni de izquierda, ni de centro, ni siquiera para expresar solidaridad", lamentaron.
¿Cuál sería un resultado positivo para "Noi Denunceremo"? "Que salieran a la luz las responsabilidades, que alguien renunciara a su cargo, que alguien pidiera perdón".
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