Coronavirus: con los humanos confinados, la naturaleza resurge
PARÍS.- Pájaros cantando a todo pulmón, jabalíes caminando por la ciudad y delfines de regreso en las costas. El confinamiento por la pandemia de coronavirusCovid-19 ha dado vía libre a los animales, que disfrutan de la calma, y los humanos se toman más tiempo para observar la naturaleza.
En los primeros días del confinamiento por el coronavirus, los habitantes de las grandes ciudades redescubrieron el canto de los pájaros. Se vieron jabalíes en Barcelona y a un puma silvestre deambulando por las calles desiertas de Santiago de Chile.
Con la brutal caída de la presencia humana en las calles, los animales salvajes urbanos "tienen vía libre para pasear por las ciudades", dice a la AFP Romain Julliard, director de investigación del Museo Nacional de Historia Natural de París.
Cita el ejemplo de los zorros. Estos animales "cambian su comportamiento muy rápidamente, cuando un espacio está tranquilo, van", señala.
Así, en el puerto desierto de Cagliari, aparecieron dos hermosos delfinesLos animales tranquilos por la ausencia de botes y hombres en movimiento, se acercan al muelle dándonos imágenes emotivas y aún más en un momento oscuro y tenso debido a la emergencia del Coronavirus. pic.twitter.com/YU1DekmbkN&— Mauro[R] (@PorLosAnimales_) March 17, 2020
Asimismo, los animales y las aves que viven en los parques urbanos, como los gorriones, palomas y cuervos, pueden abandonar su territorio habitual y "liberar espacio para otros animales".
En cuanto a los pájaros, no es que haya más, sino que ahora se los puede escuchar cantar. Algunos pájaros "dejan de cantar cuando hay ruido. Ahora vuelven a cantar", explica Jér´me Sueur, especialista en acústica del Museo Nacional de Historia Natural.
"El ruido también altera su comportamiento y genera estrés", explica.
La desaparición de la cacofonía humana es "beneficiosa" para los animales, en plena primavera en el hemisferio norte. - Manejar el fin de la cuarentena -
El confinamiento de los humanos coincide, para ciertas especies, con el apogeo de la temporada de apareamiento.
Es el caso del sapo común y de la salamandra moteada, que "muchas veces son atropellados cuando cruzan las carreteras", explica Jean-Nol Rieffel, director regional de la Oficina Francesa de la Biodiversidad.
Las gaviotas de cabeza negra, que anidan en los bancos de arena del río Loira, en Francia, suelen ser perturbadas en tiempo normal. Pero ya no hay más caminantes, ni perros, ni canoas. Tampoco hay curiosos que molesten a los cervatillos.
Patos silvestres en fuentes de Roma, peces en agua clara de Venecia, Jabalíes en calles italianas.Así los animales ante la falta de humanos en las calles.#coronavirus#naturalezapic.twitter.com/IPBQtj1Thn&— Juan Fractal (@juanfractal22) March 21, 2020
En el Parque Nacional de las Calanques, cerca de Marsella (sudeste de Francia), cerrado al público por el confinamiento, "la naturaleza y los animales están regresando a sus espacios naturales a una velocidad sorprendente", dice su presidente Didier Réault.
"Las pardelas que solían anidar en los archipiélagos, en áreas altamente protegidas, ahora se están reuniendo en el agua", explica.
Lo mismo ocurre con las plantas. Las orquídeas salvajes, protegidas, crecen a finales de abril/principios de mayo y a veces son recogidas por los caminantes, dice Jean-Nol Rieffel. Este año podrían crecer en paz.
En la ciudad, los céspedes florecen y ofrecen "recursos para abejorros, abejas y mariposas", explica Romain Julliard.
Para el científico, "quizás el fenómeno más importante es que nuestra manera de ver a la naturaleza está cambiando: las personas confinadas se están dando cuenta de cuánto extrañan la naturaleza".
Confinados en sus casas, las personas tienen más tiempo para observar la naturaleza desde sus ventanas o jardines.
La operación "confinados pero al acecho" de la Liga Francesa de Protección de las Aves incita "a la gente abrir sus ventanas, observar a los pájaros e identificarlos si pueden", dice su presidente Allain Bougrain-Dubourg.
Sin embargo, el confinamiento de los humanos es una mala noticia para las especies acostumbradas a alimentarse de sus desechos.
Otro inconveniente es que se interrumpen las operaciones de ayuda a las especies en peligro de extinción o de lucha contra las especies invasoras, señala Loc Obled, director general Adjunto de la Oficina Francesa de Biodiversidad.
También será necesario manejar de la mejor manera el fin de la cuarentena. "La gente querrá estar cerca de la naturaleza, pero un exceso puede ser desfavorable para la fauna y la flora", advierte Jean-Nol Rieffel.
Agencia AFP
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