Coronavirus: Estados Unidos vive ahora la grieta política por la apertura de los estados
Mientras los territorios gobernados por los republicanos aceleran el desconfinamiento, los distritos demócratas lo demoran
WASHINGTON.- Florida, uno de los rincones más poblados de Estados Unidos, comenzó a abrir su economía con la misma cuota de cautela y apremio que se vio en otros estados del país: el gobernador, el republicano Ron DeSantis, decidió mantener los restaurantes y comercios cerrados al público en Miami, Fort Lauderdale y Palm Beach, pero en el resto del estado les dio luz verde para que abran sus puertas y vuelvan a recibir clientes, aunque con restricciones.
Florida profundizó una grieta: salvo pocas excepciones, los estados gobernados por demócratas prolongaron el cepo a la economía y las órdenes de confinamiento -mucho más laxas de por sí que en otras latitudes-, mientras que los estados republicanos empezaron a recorrer el camino de la reapertura en medio de la pandemia del nuevo coronavirus.
El avance a dos velocidades de Estado Unidos hacia la "nueva normalidad" ocurre casi a la par de la apertura en Italia -que se encerró antes, y más -, y pese a que la pandemia parece aún lejos de estar bajo control, por más que lo peor de la primera ola haya quedado atrás. Un informe preliminar del gobierno de Donald Trump, filtrado a los medios, prevé un recrudecimiento de las muertes por Covid-19 en las próximas semanas.
Estados Unidos ya superó los 68.000 decesos por la nueva enfermedad, y una proyección preliminar en el gobierno, revelada por The New York Times, anticipa un salto en los fallecimientos diarios a 3000 -ahora oscilan debajo de 1500- para principios de junio. Trump volvió a retocar anteayer, en una entrevista con Fox, su pronóstico sobre la pandemia, al indicar que podría llegar a dejar 100.000 muertos. Otras proyecciones dan cifras más altas.
Ante ese panorama, los estados "azules" de las costas de Estados Unidos y del medio oeste, alrededor de los Grandes Lagos, decidieron mantener por ahora la política de confinamiento y las restricciones a los negocios considerados "no esenciales". Pero los estados "rojos" del sur y el centro del país ya permitieron algunas flexibilizaciones, como el regreso del cine, el bowling, las peluquerías y salas de manicura o restaurantes. Hay excepciones, como los gobernadores de Maryland, Ohio y Massachusetts (republicanos), que mantienen por ahora las limitaciones.
"Entiendo la emoción, la impaciencia, la ansiedad. Todos lo sentimos cuando decimos que la situación es insostenible", reconoció ayer el gobernador de Nueva York, Andrew Cuomo, aunque después alertó: "Si abrís demasiado pronto o sin inteligencia, podés tener un contragolpe inmediato".
Cuomo fijó siete requisitos para la apertura, entre ellos, que haya un 30% de camas disponibles en las salas de terapia intensiva del estado y 14 días seguidos de caída en las hospitalizaciones.
La nueva grieta que recorre a Estados Unidos responde al avance que tuvo la pandemia en el país -afectó más a los estados demócratas- y a la distribución de la población, pero también a motivos políticos: el confinamiento tiene más apoyo demócrata que republicano.
"La tendencia podría explicarse por los tamaños de los estados y la región. La mayoría de los gobernadores republicanos dirigen estados más pequeños y rurales, con la excepción del sur conservador, Florida y Texas. Además, los republicanos son tradicionalmente más amigables con los negocios, por lo que quieren ayudar a sus aliados en el mundo corporativo", indicó a LA NACION Larry Sabato, profesor de la Universidad de Virginia.
Juego político
"Finalmente está el motivo político -agregó-. Si la economía continúa en picada, entonces el partido de Donald Trump cosechará el torbellino en noviembre. Entonces impulsar a los negocios salvará vidas en política, vidas republicanas".
Drew Altman, presidente de la Fundación Familia Kaiser, brindó otro motivo detrás de la grieta al indicar en un análisis para Axios que la tasa de mortalidad de Covid-19 era mucho más alta en estados demócratas respecto de los estados republicanos: 22,1 contra 6,9. Pero detrás de ese dato había otra tendencia preocupante: a fines de abril, el aumento de casos era más alto en estados republicanos que en demócratas. "El núcleo de la base republicana en las zonas rurales blancas está en riesgo", escribió Altman.
Robert Shapiro, profesor de la Universidad de Columbia, dijo a LA NACION que uno de los factores en juego es que los republicanos gobiernan estados donde el brote del fue menos grave, con lo cual puede ser que la realidad del problema sea lo que está marcando el ritmo de la reapertura de la actividad.
"Pero también está claro que tanto los gobernadores republicanos como el presidente Trump y otros líderes republicanos están más preocupados por los efectos económicos que están ocurriendo y cómo esto también puede afectar las elecciones de 2020", indicó Shapiro.
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