Medio EE.UU. empieza la reapertura, con el temor a un “inevitable” rebrote
WASHINGTON.- Fracturado, Estados Unidos comenzó a recorrer el camino de la reapertura en dos velocidades, y quedó convertido en un vitral de libertades maniatadas. Mientras otros países extienden sus cuarentenas, o alivian las restricciones a cuentagotas con extrema cautela, una ancha franja de territorio en la primera potencia da trancos hacia una vida business as usual, aun ante el riesgo de un rebrote de coronavirus que es considerado "inevitable".
Para millones de personas, mayo trajo algo de libertad: más de la mitad de los estados del país dejaron expirar sus órdenes de confinamiento o habilitaron un retorno gradual de algunos negocios. El resultado es una historia de dos pandemias: en Georgia o Texas, una persona podrá ir a la peluquería, al gimnasio, al cine, o a un restaurante. En Washington o Nueva York, la vida seguirá, al menos por unas semanas más, igual que ahora.
"Hay algunos estados que están dando saltos de rana", graficó Anthony Fauci, principal experto de enfermedades infecciosas de la Casa Blanca, al hablar sobre la reapertura un tanto apresurada en algunos rincones del país. "Obviamente, podés salirte con la tuya, pero estás corriendo un riesgo realmente significativo. Espero que puedan manejar cualquier rebote que vean", alertó.
Fauci advirtió que el virus no se irá, y afirmó que es "inevitable" un rebrote luego del verano boreal, que además coincidirá con la temporada de gripe. Un informe de la Universidad de Minnesota indicó que la pandemia podría prolongarse entre 18 meses y dos años más, con varias curvas, hasta que el país logre desarrollar la inmunidad de rebaño.
El avance a una "nueva normalidad" de la cual todavía se desconoce mucho comenzó a pesar de que el país lidera al mundo en cantidad de muertes registradas por Covid-19 –más de 63.000 hasta esta tarde–, y la cantidad de casos confirmados se acercó a 1,1 millón de personas, más que España, Italia, Gran Bretaña, Francia, Alemania, Turquía, Rusia e Irán combinados, según la Universidad Johns Hopkins.
El gobierno de Donald Trump ofreció el 16 de marzo recomendaciones para alentar el confinamiento y el distanciamiento social y así frenar el avance del coronavirus, el único atisbo de cuarentena nacional que brindó la Casa Blanca. Esas recomendaciones expiraron con el mes de abril.
Más de 25 de estados empezaron a abrirse, al dejar caer sus órdenes de confinamiento –que nunca llegaron a forzar una cuarentena– o anular limitaciones a los negocios que no son esenciales, como iglesias, restaurantes, cines, salas de bowling, peluquerías, salones de manicuras o algunos comercios. La mayoría son estados republicanos, en el centro del país.
"Es hora de fijar un nuevo rumbo, un rumbo de abrir responsablemente los negocios en Texas", anunció el gobernador Greg Abbott al presentar su plan.
Abbott fue uno de los mandatarios que más se resistió a poner límites en su estado. Su plan refleja el riesgoso y delicado equilibrio que siguen muchos gobernadores: permitirá que abran algunos negocios, pero solo podrán operar al 25% de capacidad. La gente deberá seguir practicando el distanciamiento social. Y Abbott prometió que cualquier flexibilización adicional dependerá de los contagios.
La reapertura tuvo sus particularidades. En Iowa, un estado agrícola pequeño, la gobernadora permitió que los restaurantes, gimnasios y comercios abrieran, pero solo en 77 de los 99 condados. Sioux City, una ciudad aún restringida que vio un fuerte aumento de casos, quedó rodeada de condados "abiertos". Colorado levantó su orden de confinamiento, pero la capital, Denver, todavía no.
Los gobernadores demócratas de las costas y del medio oeste de Estados Unidos se movieron con más prudencia. Varios de ellos, como Andrew Cuomo, en Nueva York; Gavin Newsom, en California, y Gretchen Whitmer, en Michigan, debieron lidiar con el golpe más duro del nuevo virus. En esos estados las órdenes de confinamiento se prolongaron hasta mediados o fines de mayo, y en el caso de Virginia, estado vecino a la capital, Washington, hasta principios de junio.
Cuomo, que aún no dio una fecha de reapertura firme, anunció que las escuelas en Nueva York permanecerán cerradas por el resto del año escolar. La decisión afecta a unos 2,6 millones de alumnos, y abarca al distrito escolar más grande del país, la ciudad de Nueva York.
"Debemos proteger a nuestros hijos. Cada padre, cada ciudadano siente que debemos proteger a nuestros estudiantes", enfatizó el gobernador.
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