Coronavirus: en Estados Unidos reverberan ecos del espíritu del 11 de Septiembre
WASHINGTON.- La pandemia del nuevo coronavirus ha inmerso a Estados Unidos en un clima de guerra, resiliencia, pánico, solidaridad, y, también, caos y confusión, que se hace eco de la atmósfera que vivió el país luego de los atentados del 11-S, hace ya casi dos décadas.
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Aunque la pandemia de Covid-19 tiene un claro antecedente histórico en la epidemia de gripe que devastó al país hace más de un siglo, en 1918, la crisis ha traído al presente episodios mucho más cercanos y presentes en la memoria colectiva, como el ataque a Pearl Harbor, durante la Segunda Guerra Mundial, o el huracán Katrina, en 2005. Pero el punto de referencia más recurrente han sido los atentados terroristas de Al-Qaeda, que tuvieron como blanco principal las Torres Gemelas.
"Es tiempo de guerra", dijo, ayer, el gobernador de Nueva York, Andrew Cuomo. "Esto es guerra", insistió.
Cuomo dista de ser el primer líder que intenta poner a los suyos en mentalidad de batalla. El presidente, Donald Trump, se definió días atrás a si mismo como "un presidente en tiempos de guerra", y convocó al país a luchar contra el nuevo "enemigo invisible". Trump ha repetido esa misma prédica más de una vez, y ayer, uno de sus expertos, el cirujano General de la Casa Blanca, Jerome Adams, retomó esa narrativa, sin matizar la dureza de los días por venir.
"Esta va a ser la semana más triste y dura en la vida de la mayoría de los norteamericanos", dijo en una entrevista con Fox. "Este será nuestro de Pearl Harbor y nuestro 11-S, solo que no estará localizado, sucederá en todo el país", advirtió.
Como aquella mañana de otoño boreal cuando el mundo cambió, Nueva York es –por ahora– el epicentro de la tragedia. Los aeropuertos han quedado otra vez prácticamente vacíos, y la economía, devastada por la pandemia de coronavirus. Ahora el golpe no llegó, como aquella vez, en apenas un puñado de horas que quedaron grabadas a fuego para siempre en la memoria del país.
Pero, como aquella vez, Estados Unidos también quedó atónito, encerrado en una atmósfera de incredulidad y conmoción, y llevando adelante un día a día impensado hasta hace poco. Se multiplicaron los llamados a la unidad, y a afrontar la nueva batalla bajo los clásicos lemas de "estamos juntos" y "saldremos de esta".
"Al principio también hubo un poco de incredulidad, hasta que los números empezaron a llegar, y los médicos reforzaron la idea de que esto era un gran problema. Desde entonces, demostramos mucha resiliencia", comenta a LA NACION Chris, un ingeniero de 55 años, antes de montarse en su bicicleta por el mall de Washington.
"La diferencia es que esa vez el shock inicial duró mucho. Y estuvo localizado. Esto está en todas partes. Y no solo acá en Estados Unidos. En todas partes", cerró.
Los héroes de antaño vuelven a cobrar envergadura: médicos y paramédicos, enfermeros, policías, militares y bomberos. Y aparecieron héroes nuevos: cajeros y repositores de supermercados; choferes de subtes y colectivos, o recolectores de basura, entre otros que se exponen al virus con su trabajo diario. O los más de 85.000 voluntarios que viajaron a Nueva York a ayudar en lo que puedan. Mientras en Italia, España o la Argentina se multiplican los aplausos de la gente a los trabajadores de la salud, en Nueva York los bomberos paran en la puerta de los hospitales y aplauden desde sus camiones en medio de sirenas encendidas y bocinazos.
"Me recuerda mucho al 11-S", rememoró el escritor George Saunders, en una entrevista con el podcast Sugar Calling. "Y la sensación de, creo que se llama compasión solidaria, donde no estás en peligro vos mismo, pero podés imaginar el miedo y el peligro en el que alguien más está. Y anhelas que esa persona no sufra, anhelas que esa persona sea feliz. Es muy profundo". afirmó.
Dan Balz, columnista del Washington Post, también encontró un paralelismo, pero por otro motivo: una nueva gran crisis volvió a encontrar al país y al gobierno federal sin la preparación adecuada, tal como ocurrió con el 11-S o la crisis financiera global de 2008 o los huracanes Andrew o Katrina, escribió. Otra vez, las advertencias de las agencias federales, incluida la comunidad de inteligencia, fueron desestimadas por la Casa Blanca hasta que fue demasiado tarde.
Las fallas, demoras, y la falta de reflejos y de preparación del gobierno federal ya han generado los primeros llamados en el Congreso a formar una comisión bipartidista similar a la que investigó el 11-S para determinar por qué falló la respuesta a la crisis.
Aunque el ambiente puede tener similitudes, hubo quienes se preocuparon por remarcar que la pandemia tendrá un costo exorbitantemente mayor, y será una crisis sin parangón.
"No dejen que ganen los terroristas, nos dijeron", escribió en marzo Frank Bruni, columnista del Times. "‘Vayan a Disneyworld’ dijo el president George W. Bush. Disneyworld ahora está cerrado".
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