Coronavirus: "En este momento vemos la luz al final del túnel"
ROMA.- Maurizio Cecconi, director del departamento de anestesia y terapia intensiva del hospital Humanitas de Milán, no esconde que está agotado, pero tampoco su entusiasmo. Desde el 21 de febrero, cuando estalló la pandemia de Covid-19, no ha parado un minuto. Junto a su equipo, trabajó 18 horas por día para readaptar su hospital a una situación sin precedente, nunca antes vista. Con ingenio y creatividad, cuadruplicó el número de camas de cuidados intensivos para enfermos de coronavirus.
No solo se vio obligado a organizar de forma totalmente distinta su trabajo, sino a separase también de su familia –su mujer, Claudia y sus dos chiquitos, Matteo, de 4 y Giulia de 2-, para no ponerlos en peligro.
A casi dos meses del inicio de una pandemia que causó hasta ahora en Italia 22.745 muertos –más de la mitad en Lombardía-, Cecconi, nacido en la ciudad de Udine hace 42 años, se define optimista.
"La situación es más tranquila. Se ven los efectos del lockdown con menos ingresos en terapia intensiva en general en Lombardía y en Humanitas", asegura, en diálogo telefónico con LA NACION.
"Con el esfuerzo extraordinario que hemos hecho, siempre hemos tratado de ganarle 48 horas al virus y lo hemos logrado. Y en este momento vemos la luz al final del túnel porque la tendencia de los contagios está en ralentización, algo que significa que las maniobras de contención son eficaces, aunque no podemos bajar la guardia: hay que entender qué pasará cuando se flexibilice la cuarentena y estar listos para todos los escenarios posibles", agrega Cecconi.
"Yo soy optimista porque si uno se organiza con su grupo y es un grupo fuerte se pueden enfrentar cosas así. Nunca hubiera querido tener una pandemia en mi carrera, pero tengo que aceptarla es el mayor desafío y tuve una suerte enorme de haber estado rodeado por un grupo, tanto de mi departamento, como de todo el hospital que se unió de modo increíble", destaca.
"Usamos la creatividad"
A diferencia de otros hospitales de Lombardía que estuvieron en el epicentro del brote, como algunos de la ciudad de Bérgamo, su hospital, Humanitas, nunca colapsó. "Utilizamos toda nuestra creatividad. Convertimos 16 ventiladores de quirófano en ventiladores de terapia intensiva, que no son lo mismo. Hay obreros que trabajaron 24 horas por día para desarmar muros y crear zonas con presión negativa y convertir habitaciones que tenían gases médicos en habitaciones con enchufes para ventiladores.
Fue un momento de gran unión en el hospital, de gran unión a nivel de todo el sistema sanitario y un esfuerzo increíble el de construir en poquísimo tiempo miles y miles de camas en terapias intensivas y sub-intenivas que antes no existían", cuenta este médico, que vivió 14 años en Londres y regresó a Italia, a Milán, en 2018.
Cecconi no oculta que lo más difícil fue, a nivel humano, enfrentarse con la repentina soledad de los enfermos debido a la prohibición de ingreso al hospital de sus parientes para evitar contagios. "Nosotros también, médicos y enfermeros, sufrimos por esto porque estábamos acostumbrados a ser lo más abiertos posible, también en terapia intensiva. En los últimos años dejábamos llegar a las familias hasta la cama del pacientes, dejando las familias ser parte de la curación. Este es el aspecto humano más difícil para nosotros porque tenemos que inventarnos una sonrisa debajo de las máscaras, apretarle la mano a nuestros pacientes", dice.
"Estamos tratando también de reemplazar la ausencia de la familia en el lecho del paciente tratando de estar más cerca de los enfermos. Es obvio que esto también es lindo, pero fuerte emotivamente porque tenemos enfermos que mueren y no tenemos las familias a las que les podemos hablar a un metro, sino que debemos hablarle por teléfono", lamenta. "Todo ha cambiado y esto es un lado humano muy difícil para afrontar", reconoce.
En muchos casos, con pacientes que lograron destubar, utilizaron Skype para que se comunicaran con su familia, cuenta Cecconi. "Intentamos crear un ambiente humano y no crear una situación aún más estresante. La comunicación de todos modos debe hacerse con cuatela porque quizás mostrar una cama de terapia intensiva no es lo ideal, pero seguramente cuando los enfermos están destubados y ya son capaces de hablar y comunicar, intentamos facilitar la comunicación", afirma.
Ante la pregunta de si, en medio del drama, se vieron obligados a elegir entre quién vivía o moría, entre quién era intubado o no, Cecconi es categórico.
"Sólo le digo que la única elección que hemos hecho junto a la red de terapia intensiva de la región Lombardía es la de ayudarnos lo más posible para dar una cama a cualquier enfermo que la necesitara. Es obvio que ha habido hospitales en los epicentros de los focos del contagio que han estado bajo un estrés enorme, Bérgamo tuvo un estrés increíble, pero también ahí los médicos han hecho lo imposible y también ahí la red de terapias intensivas han intentado ayudar lo más posible. Por eso reitero, la única elección que hicimos fue la de aumentar lo máximo posible nuestra capacidad de respuesta", subraya.
En este marco, no ahorra elogios a sus colegas. "Se habla mucho de héroes, pero no somos héroes, sólo hacemos nuestro trabajo... Aunque el trabajo de los enfermeros es verdaderamente heróico en este momento. Ellos han tenido que multiplicarse y en muchos casos se lanzaron a hacer el trabajo de terapia intensiva, que no es fácil. Se habla tanto de los ventiladores pero la verdadera carencia era no tener personal formado para la terapia intensival", detalla. "Todos han colaborado en el hospital, hay cirujanos en este momento que nos ayudan a ver los enfermos en sectores Covid, en terapia intensiva hay enfermeros que no habían trabajando antes allí y hay un esfuerzo colectivo realmente increíble, con un trabajo de grupo increíble. El cansancio es mucho, quien dice que no está cansado miente, pero el esfuerzo es realmente increíble", insiste, sin ocultar su entusiasmo.
Cecconi, que es también presidente de la Sociedad Europea de Terapia Intensiva, en estos casi dos meses sin parar también compartió su experiencia con otros colegas. Hace dos semanas lideró una videoconferencia junto a 130.000 médicos de su especialidad de todo el mundo. "Es un momento difícil, pero creo que nunca estuvimos tan unidos en la comunidad clínica y científica mundial. En el drama, es un momento muy positivo por cómo se han compartido datos, experiencias, por cómo nos estamos tratando de ayudar y por cómo quién ha vivido una pandemia antes, como lamentablemente Italia, está tratando de dar consejos o compartir experiencias con otros países", dice.
¿Qué consejo le daría a la Argentina , en cuarentena y aún con pocos casos y muertos, comparado con Italia? "El consejo es siempre el mismo. Prepárense y trabajen para aumentar las camas de terapia intensiva y sub-intensiva. Y trabajen con el gobierno como personal sanitario y como ciudadanos para contener el contagio. Las reglas de confinamiento deben ser respetadas por el bien de todos".
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