El proyecto de ley asignará miles de millones de dólares a la distribución de vacunas contra el covid-19 y ampliará los programas de bienestar
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En 2010, el entonces vicepresidente Joe Biden le dijo a Barack Obama que la aprobación por el Congreso de amplias reformas de salud respaldadas por el Partido Demócrata era un “gran acuerdo”.
Once años más tarde, el presidente Biden tiene su propio gran acuerdo en el Congreso: un proyecto de ley de ayuda por la crisis del coronavirus por US$1,9 billones de dólares, ambiciosamente apodado “Ley del plan de rescate estadounidense”.
El proyecto de ley, que será firmado por Biden el viernes, no solo proporcionará pagos directos a la mayoría de los estadounidenses, asignará miles de millones de dólares a la investigación, pruebas y distribución de vacunas contra el covid-19, sino que también ampliará enormemente los programas de bienestar para las familias con niños.
Entonces ¿merecerá ser celebrado con un improperio? Solo el tiempo dirá. Te contamos porqué la aprobación de este paquete de ayuda es importante y los peligros que entraña para Biden.
1. Una gran inyección de ayuda, con algunos riesgos
No hubo nada como el proyecto de ley de ayuda por la pandemia en la historia reciente de Estados Unidos. Es aproximadamente del mismo tamaño que el total combinado de los tres esfuerzos legislativos para abordar el impacto del covid-19 el año pasado.
Eclipsa la “Ley de recuperación y reinversión estadounidense” de US$831 mil millones, aprobada para abordar la Gran Recesión en los primeros días del gobierno de Obama (gracias en gran parte a los esfuerzos de cabildeo del entonces vicepresidente Biden). Y es más de la mitad de los US$$3,5 billones que el gobierno de EE.UU. obtuvo como ingresos en 2019.
En tamaño y alcance, el esfuerzo de Biden es más parecido al gasto estadounidense en la Segunda Guerra Mundial o a los programas del New Deal de la era de la Depresión de Franklin Roosevelt.
Con pagos de US$1.400 a muchos estadounidenses, beneficios extendidos del seguro de desempleo y ayuda a empresas y gobiernos estatales y locales, el proyecto de ley de alivio liberará una gran cantidad de dinero en EE.UU.
Combinado con el despliegue ampliado de la vacuna de covid-19, que la legislación también ayudará a financiar, Estados Unidos podría estar preparado para un repunte pospandémico de proporciones monumentales.
Una encuesta entre economistas realizada por el Wall Street Journal establece pronósticos de crecimiento para Estados Unidos en 2021 que se acercan al 6%, una marca no superada en casi cuatro décadas.
De hecho, una de las preocupaciones crecientes sobre el proyecto de ley de ayuda, también planteada en el artículo del Wall Street Journal, es que podría estimular un crecimiento económico que derive en una inflación debilitante.
“Podría ser un acelerador intenso para los mercados globales en un momento en el que los precios del combustible suben, aumentan los precios de las viviendas, los activos especulativos se disparan y los inversores temen cada vez más el tipo de fuerte repunte de la inflación que puede golpear con notable velocidad si el gobierno vierte demasiada nafta en una economía que ya se está calentando”, escribe Ben Wright en la web Politico.
Si ese resulta ser el caso, Biden, que parece estar listo para cosechar los beneficios políticos de una economía en auge, podría terminar recibiendo una paliza.
2. Un nuevo apoyo histórico para los pobres, por ahora
Si bien los pagos de US$1.400 a una amplia franja de estadounidenses generarán la mayoría de los titulares del paquete de ayuda de Biden ante el coronavirus, es el dinero destinado a un subconjunto más pequeño de la sociedad, las familias de bajos ingresos con niños, lo que podría tener el mayor impacto.
La ley amplía un crédito fiscal existente para las familias con niños, llegando casi a duplicar la ayuda proporcionada para las familias menos favorecidas. Además, el crédito fiscal es “reembolsable”, lo que significa que los padres pueden recibir el dinero incluso si no pagan impuestos, y se paga por adelantado.
Eso significa que dentro de unos meses el gobierno de EE.UU. comenzará a aplicar de forma efectiva una asignación económica por hijos al estilo europeo, emitiendo cheques de hasta US$300 al mes para las familias elegibles.
Según un estudio del Centro sobre Pobreza y Pobreza Social de la Universidad de Columbia, el crédito fiscal, junto con otros componentes del proyecto de ley de ayuda, reducirá la pobreza infantil en Estados Unidos -que actualmente se estima en alrededor de 15%- a la mitad.
Se trata de un nuevo apoyo histórico para los pobres, por ahora.
Sin embargo, los beneficios podrían ser temporales. Debido a las limitaciones presupuestarias en la forma en que se aprobó el proyecto de ley de alivio por el coronavirus, el crédito fiscal por hijos vence en 2022. El Congreso tendrá que volver a autorizar esta ayuda nuevamente el próximo año si va a hacerse permanente.
Muchos republicanos en el Congreso se opusieron a este crédito fiscal, en parte porque no estaba ligado al empleo.
“No apoyamos convertir el crédito fiscal por niños en lo que se ha llamado un ‘subsidio por hijos’, pagado como un ingreso básico universal para todos los padres. Eso no es una desgravación fiscal para los padres que trabajan; es asistencia social”, dijo el senador Mike Lee de Utah en un comunicado.
Eso podría generar un tenso enfrentamiento político sobre las mejores formas de abordar la pobreza infantil en vísperas de las elecciones de mitad de período de 2022.
Sin embargo, es una pelea a la que Biden y los demócratas probablemente recibirían con agrado.
3. Nuevo presidente, misma división partidista
En su discurso inaugural pronunciado desde las escaleras del Capitolio el 21 de enero, Biden pidió a la nación que supere las fuerzas de la división. “Este es nuestro momento histórico de crisis y desafío; y la unidad es el camino a seguir”, dijo.
La unidad, sin embargo, escaseaba en el Congreso en lo que respecta al proyecto de ley de alivio por el coronavirus. Aunque Biden se esforzó por reunirse con senadores republicanos para discutir la legislación, al final ningún republicano del Congreso votó a favor de la medida.
Los demócratas se apresuraron a señalar que la oposición partidista al proyecto de ley de ayuda se limita a los confines del Congreso. Entre el público en general, al menos según las encuestas de opinión, hay mayorías bipartidistas que respaldan esta legislación.
Una encuesta de Morning Consult indica que 90% de los demócratas y 59% para los republicanos apoyan el proyecto de ley.
Sin embargo, la incapacidad de alcanzar algún tipo de consenso bipartidista en el Congreso -sobre un proyecto de ley que contenía muchas disposiciones populares que incluso los republicanos consideraban necesarias- significa que los opositores a Biden están ahora metidos en sus trincheras partidistas.
Debido a maniobras de procedimiento, los demócratas pudieron aprobar el proyecto de ley de alivio por el covid-19 por mayoría simple. Es casi seguro que las futuras prioridades legislativas requerirán algún apoyo republicano, a menos que haya cambios significativos en las reglas del Senado.
Este paquete de ayuda masiva, particularmente con sus cantidades récord de apoyo para familias de bajos ingresos, es un logro significativo. Biden podría haber logrado una victoria a menor escala y obtener cierto apoyo republicano.
Sin embargo, decidió hacerlo solo. El presidente probablemente tendrá mucho más trabajo por hacer si quiere que esto sea más que un logro legislativo solitario.
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