Coronavirus: el brote saca de las sombras al sistema de vigilancia del régimen
PEKÍN (Reuters).- Cuando el hombre de Hangzhou volvió a su casa después de un viaje de negocios, fue contactado por la policía. Habían rastreado su auto a través de la chapa de la licencia en la cercana ciudad de Wenzhou, donde había un pequeño brote de coronavirus, a pesar de estar situada muy lejos del epicentro de la epidemia. La policía le pidió que no saliera de su casa durante dos semanas.
Después de 12 días de encierro, se aburrió y salió de su casa dos días antes de lo previsto, pero esta vez no solo lo contactó la policía, sino su jefe: una cámara con tecnología de reconocimiento facial lo había detectado en las inmediaciones del Lago Oeste, cerca de Hangzhou, y las autoridades alertaron a la empresa donde trabaja como señal de advertencia.
"Me impresionó un poco la capacidad y la eficiencia de la red de vigilancia masiva. Con la ayuda de la inteligencia artificial y del big data pueden rastrear básicamente todos tus movimientos, en todo momento y en cualquier lugar", dice el hombre, que prefiere no revelar su nombre por temor a las repercusiones.
Hace tiempo que los ciudadanos chinos se saben rastreados por el sistema de vigilancia electrónica más sofisticado del mundo. La emergencia del coronavirus ha sacado a la luz parte de esa tecnología, dándoles a las autoridades una justificación para la implementación de esos generalizados métodos de rastrillaje y control social de alta tecnología.
Las empresas proveedoras de inteligencia artificial y cámaras de vigilancia se jactan de que sus sistemas permiten reconocer rostros aunque estén cubiertos con barbijos, y hasta detectar a personas que tengan febrículas -niveles muy bajos de fiebre-, para informar a las autoridades.
Si un infectado con coronavirus aborda un tren, el sistema de "nombre real" del ferrocarril puede proporcionar la lista de personas que se sentaron a su alrededor.
Hay aplicaciones de celular que le avisan al usuario si ha compartido un vagón de tren o un avión con un portador conocido del virus, y hay mapas que marcan la locación de edificios donde viven pacientes infectados.
Aunque en las redes sociales hubo algunas quejas anónimas, hasta ahora los ciudadanos chinos parecen aceptar esta intromisión suplementaria, o incluso apoyarla y adoptarla como un medio para luchar contra la emergencia sanitaria en pleno brote.
"Dadas las circunstancias, es probable que la gente lo considere razonable, por más que no la hayan informado específicamente del tema", dice Carolyn Bigg, socia del estudio de abogados DLA Piper, de Hong Kong.
Hace tiempo que los proveedores de telefonía rastrean silenciosamente los movimientos de sus usuarios. Esta semana, la empresa China Mobile lo promocionó como un servicio, enviando un mensaje de texto a los habitantes de Pekín para decirles que pueden chequear dónde estuvieron en los últimos 30 días. La empresa no explicó por qué los usuarios podrían querer saberlo, pero es evidente que podría serles de utilidad si las autoridades o sus empleadores los interrogan sobre sus desplazamientos.
"En la era de internet y el big data, es posible seguir claramente el desplazamiento de las personas. Ahora es diferente a la época del SARS", señaló la semana pasada el epidemiólogo Li Lanjuan en una entrevista con la televisión china, al comparar la situación actual con el brote del virus que en 2003 mató a unas 800 personas.
"Tenemos que hacer pleno uso de todas estas nuevas tecnologías para encontrar la fuente del contagio y contener la infección", expresó el experto.
Mensaje
El Ministerio de Industria chino envió un mensaje a las empresas e institutos de investigación de inteligencia artificial del país para que ayuden a luchar contra la epidemia. Las empresas respondieron con rimbombantes anuncios en los que proclaman las virtudes de esa tecnología.
La empresa de reconocimiento facial Megvii dijo el martes pasado que había desarrollado una nueva forma de encontrar e identificar personas con fiebre, con apoyo de los ministerios de Industria y de Ciencia.
Su nuevo "sistema de inteligencia artificial de medición de temperatura", que detecta la temperatura corporal con cámaras térmicas y utiliza los datos del cuerpo y la cara para identificar individuos, ya está siendo probada en un barrio de Pekín.
SenseTime, otra empresa líder de inteligencia artificial, asegura haber construido un sistema similar para ser usado en la entrada de los edificios, que puede identificar incluso a las personas que llevan barbijo, superando así una limitación de las tecnologías anteriores. La empresa de cámaras de vigilancia Zhejiang Dahua dice contar con cámaras infrarrojas capaces de detectar la fiebre en humanos con un rango de exactitud de 0,3°C.
En una entrevista con la agencia de noticias estatal Xinhua, Zhu Jiansheng, de la Academia China de Ciencias Ferroviarias, explicó que esas tecnologías pueden ayudar a las autoridades a encontrar a personas que hayan estado en contacto en los trenes con casos confirmados o posibles del nuevo coronavirus.
"Eso nos permitirá recabar la información relevante sobre un pasajero, incluido el número del tren y del vagón que abordó, y datos de los pasajeros que estuvieron sentadas a su alrededor", dijo Zhu.
"Nosotros recabaremos esa información y se la transmitiremos a los organismos de prevención pertinentes", agregó.
Traducción de Jaime Arrambide
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