Coronavirus: EE.UU. se paraliza y Trump declara la "emergencia nacional"
WASHINGTON.- Con su gobierno bajo una ola de críticas por su tardía respuesta a la pandemia del coronavirus , y ante un país que comenzó a paralizar su vida pública, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, declaró la "emergencia nacional" para mejorar la coordinación federal con los gobiernos estatales y locales, y liberar unos 50.000 millones de dólares para afrontar la crisis.
Trump anunció su decisión en la Casa Blanca, en el epílogo de una semana marcada por la ansiedad y el nerviosismo, la debacle de los mercados financieros, y una desesperada ofensiva –envuelta en una buena dosis de caos– del país para ponerse a tono con la realidad, y extremar los esfuerzos para frenar el avance de la pandemia, y evitar la mayor cantidad de contagios y muertes posibles. Estados Unidos tiene ya casi 2000 casos en 47 estados, y 41 personas que murieron por el nuevo coronavirus.
"Para liberar todo el poder del gobierno federal en este esfuerzo, declaro oficialmente una emergencia nacional. Dos palabras muy grandes", dijo Trump, en una conferencia de prensa en el jardín de las rosas.
Además de liberar fondos adicionales para afrontar la crisis y declarar la emergencia, Trump anunció una exención del pago de intereses para préstamos estudiantiles y compras extraordinarias de petróleo para las reservas estratégicas.
Trump dijo además que "muy probablemente" se someterá pronto a un examen para ver si contrajo el nuevo coronavirus, luego de que un funcionario del gobierno de Jair Bolsonaro que se fotografió con el mandatario el fin de semana anterior en su resort de Palm Beach, Mar-a-Lago, fuera diagnosticado con Covid-19.
La renovada ofensiva de la Casa Blanca alimentó un rally en Wall Street, donde los principales bursátiles rebotaron y recuperaron casi todo el terreno perdido el día anterior, el peor desde el "lunes negro" de octubre de 1987.
La declaración de emergencia ya había sido utilizada antes, entre otros mandatarios, por Bill Clinton, y también por Barack Obama, en 2009, para combatir la llamada "gripe porcina"
El anuncio de Estados Unidos llegó luego de que la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró que Europa se ha convertido en el epicentro de la pandemia, y más naciones de la Unión Europea tomaron medidas de emergencia. En Estados Unidos, la suspensión de clases en escuelas y universidades, el cierre de parques recreativos, teatros y salas, y la cancelación, suspensión o postergación de conciertos, festivales, conferencias y las temporadas deportivas de fútbol, básquet, béisbol y hockey marcaban el giro drástico e intempestivo en la vida de la gente, y el efecto de la avalancha de decisiones que tenían un mismo objetivo: imponer el "distanciamiento social" y frenar la propagación del virus.
Las empresas, agencias estatales y, en Washington, los organismos multilaterales comenzaron a implementar esta semana planes de "teletrabajo". El Fondo Monetario Internacional (FMI) confirmó a LA NACION el primer caso de la enfermedad en sus oficinas. Las aerolíneas redujeron sus vuelos, y las góndolas de los supermercados daban cuenta del creciente pánico por el avance del virus: en Washington, se multiplicaban las imágenes de estanterías vacías por el desabastecimiento de papel higiénico, pastas secas, arroz, agua, productos congelados y, sobre todo, de alcohol en gel, devenido, para muchos, en un producto de primera necesidad.
Ante ese panorama, la Casa Blanca enfrentaba una creciente presión de gobernadores, alcaldes, y legisladores demócratas y republicanos para reforzar su respuesta a la crisis, y, sobre todo, corregir las dramáticas deficiencias para repartir y realizar exámenes, y saber realmente cuánta gente ha contraído la enfermedad en el país.
Trump prometió que cinco millones de exámenes serán distribuidos, y, cuando le preguntaron si se sentía responsable por la lenta respuesta oficial para realizar pruebas, respondió: "No asumo la responsabilidad en absoluto. Nos dieron una serie de reglas y regulaciones y circunstancias que no estaban pensadas para estas situaciones".
El presidente también había quedado mal parado luego de haber minimizado durante semanas la gravedad de la crisis. A eso se sumó el caos y confusión que generó su discurso, el miércoles por la noche, desde el Salón Oval. Trump cometió errores, al informar mal el alcance de la veda a Europa para la gente, y afirmar, erróneamente, que incluiría al comercio, y llamó al coronavirus un "virus extranjero", un adjetivo que recicló acusaciones de xenofobia. Su equipo tuvo que salir a aclarar todo apenas terminó de hablar.
A la par de la declaración de emergencia de Trump, republicanos y demócratas en el Congreso intentan llegar a un acuerdo para aprobar un plan de emergencia para proteger a la gente y la economía.
La presidenta de la Cámara de Representantes del Congreso, Nancy Pelosi, anunció que los demócratas aprobaran un proyecto de ley para garantizar, justamente, el acceso a los exámenes para la gente. "Las tres partes más importantes de este proyecto de ley son: pruebas, pruebas, pruebas", dijo Pelosi. El líder del Senado, Mitch McConnell, decidió cancelar un receso del Senado previsto para la semana próxima para intentar llevar las negociaciones buen puerto, y terminar de darle forma a la respuesta del gobierno federal.
Al cierre del día, Pelosi anunció un acuerdo entre republicanos y demócratas y la Casa Blanca llegaron para aprobar el proyecto de ley, con un paquete de medidas de alivio a la pandemia del coronavirus, que incluye licencias pagas por enfermedad, seguro de desempleo, cupones de alimentos, y otras medidas.
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