Derrumbe total: la pandemia pone fin a la bonanza económica más prolongada de EE.UU.
WASHINGTON.- Ciudades desiertas. Teatros, cines y estadios cerrados. Aviones estacionados. Restaurantes y bares con mesas vacías, y barras peladas. Estados Unidos entró a 2020 con una de las mejores economías de su historia, y en apenas un par de semanas el nuevo coronavirus la desintegró, y dejó al país frente a su peor crisis desde –al menos¬– la Gran Depresión.
Tras más de una década de expansión, la bonanza más prolongada de la que se tenga registro, la economía de Estados Unidos se paró en la puerta de una nueva recesión, al caer a un ritmo anualizado del 4,8% en el primer trimestre, el peor derrumbe desde el pico de la crisis financiera global, a fines de 2008, y apenas el primer tropiezo de la catástrofe desatada por la pandemia del nuevo coronavirus.
"La profundidad y la duración de la recesión económica son extraordinariamente inciertas, y dependerán en gran medida de la rapidez con que se controle el virus", anticipó el presidente de la Reserva Federal (Fed, en la jerga financiera), Jerome Powell, en una conferencia de prensa virtual en la que brindó un panorama sombrío.
El producto bruto interno (PBI) de Estados Unidos cayó a una tasa anualizada del 4,8% en el primer trimestre de este año, informó el Departamento de Comercio, el retroceso más pronunciado desde el último trimestre de 2008, en plena crisis financiera global, cuando la actividad sufrió una baja del 8,4 por ciento. La caída fue solo el primer escalón de una crisis de duración incierta: economistas, analistas de bancos de inversión, el gobierno federal y la Fed ya anticiparon que el derrumbe fue muchísimo más marcado durante los meses siguientes, cuando el mundo se encerró a medida que los gobiernos, unos tras otro, le dieron forma al "Gran confinamiento" en un intento desesperado por doblegar la nueva enfermedad con una receta medieval, que frenó en secó la economía global.
El presidente, Donald Trump , declaró la emergencia nacional el 13 de marzo, y el gobierno federal recomendó a la gente que se quede en su casa y adopte el "distanciamiento social" como práctica habitual por primera vez el 16 de marzo. A partir de ese día, los estados empezaron a restringir los negocios, un cierre gradual y parcial que comenzó a revertirse la semana pasada, y se ampliará durante las próximas semanas.
Aun con un enero y febrero "normal", el consumo se desplomó a un ritmo anual del 7,6% a medida que los restaurantes, bares, cines, teatros y todos los negocios considerados "no esenciales" bajaron sus persianas para frenar la propagación del virus. Las empresas cortaron dramáticamente sus inversiones: el gasto en equipos se derrumbó un 15,2 por ciento. Los hoteles, aerolíneas, restaurantes, los grandes almacenes y otros negocios minoristas fueron particularmente golpeados por la crisis. Una de las pocas empresas que mostró un dato auspicioso: Netflix, que sumó 15,8 millones de suscriptores.
Todas las cifras de los primeros meses del año, se prevé, empeorarán durante el período de abril a junio, para el que los economistas esperan los peores indicadores desde –al menos– la Gran Depresión que comenzó en 1929. La Casa Blanca ha dicho que espera una robusta recuperación en los meses siguientes, a medida que comiencen a levantarse las restricciones al movimiento de la gente y a los negocios, pero ese pronóstico de una recuperación en "V" está atado al control de la pandemia, que dista de estar garantizado.
El panorama que trazó Powell fue por demás sombrío: dijo la economía había sufrido una "parada abrupta", y que la mayoría de los indicadores aún debían "ponerse al día" con la realidad. Más de 26 millones de personas ya fueron despedidas o suspendidas, la mayoría en abril. Powell anticipó que el desempleo trepará a los "dos dígitos", y que la caída en el segundo trimestre ocurrirá a un ritmo "sin precedentes". Powell prometió que la Fed utilizará todas las herramientas disponibles para respaldar a la economía, y dejó en claro que la recuperación económica está atada al control de la nueva enfermedad.
Epidemiólogos y expertos en salud pública esperan un rebrote de Covid-19, la enfermedad que provoca el nuevo coronavirus, en el otoño y en el invierno boreal, una recaída que podría forzar el regreso de las restricciones, o, cuando menos, mantener el consumo deprimido. Por eso, hay economistas que prevén que recuperación de la economía más complicada, con forma de "W".
Estados Unidos es el país más afectado del mundo por la pandemia que brotó en Wuhan, China. El país cruzó dos nuevas barreras: superó el millón de casos confirmados de la nueva enfermedad, y registró más de 60.000 muertes, una cifra mayor a las 58.220 víctimas norteamericanas que dejó la guerra de Vietnam, uno de los eventos más traumáticos en la historia reciente del país.
La caída del primer trimestre abrió una nueva recesión para Estados Unidos luego de la bonanza más prolongada de la que se tenga registro. Trump, cuya popularidad se sostuvo gracias a la galopante economía, dijo en varias oportunidades que Estados Unidos había logrado "la mejor economía del mundo" y "la mejor economía que jamás se haya visto", y ha prometido una pronta recuperación. El desempleo llegó a caer al 3,5%, el menor nivel en medio siglo, y Wall Street logró su recorrido alcista más prolongado de su historia.
La pandemia le puso punto final a todo eso.
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