Coronavirus: Donald Trump anunció que suspenderá las "green cards" por 60 días
WASHINGTON.- Donald Trump reforzó su ofensiva antiinmigrante en medio de la pandemia del nuevo coronavirus al anunciar que suspenderá durante al menos dos meses los nuevos permisos de residencia permanente, conocidos popularmente como "green cards" –tarjetas verdes–, para proteger a los trabajadores estadounidenses.
"Debemos cuidar primero al trabajador estadounidense", justificó Trump, al anunciar la nueva medida en una conferencia de prensa en la Casa Blanca. "Quiero que nuestros ciudadanos tengan trabajos, no quiero que tengan competencia", agregó.
El presidente indicó que la duración o el alcance del nuevo "cepo" a los extranjeros se ajustará a la evolución de la economía, un indicio de que la suspensión podría ampliarse, o estirarse durante varios meses. Estados Unidos otorga alrededor de un millón de permisos de residencia permanente por año, en su mayoría a personas que ya viven en el país o familiares de ciudadanos. Casi 3000 argentinos recibieron su "green card" en 2018, último año con información oficial.
El anuncio de la nueva política llevó el sello de Trump. El presidente anticipó la movida en Twitter, antenoche, sin dar detalles. El plan se pulió ayer sobre la marcha, y Trump hizo el anuncio formal en la Casa Blanca antes de que el decreto estuviera listo: los abogados, dijo, todavía estaban terminándolo. Habrá excepciones, que se conocerán junto con el decreto.
"A la luz del ataque del enemigo invisible, así como la necesidad de proteger los trabajos de nuestros GRANDES ciudadanos estadounidenses, firmaré un decreto para suspender temporalmente la inmigración a los Estados Unidos", escribió Trump, anoche, a las 22.06 hora de Washington, en Twitter.
La Casa Blanca anunció también un acuerdo con el Congreso para ampliar los préstamos a las pequeña y medianas empresas por otros US$ 484.000 millones.
In light of the attack from the Invisible Enemy, as well as the need to protect the jobs of our GREAT American Citizens, I will be signing an Executive Order to temporarily suspend immigration into the United States!&— Donald J. Trump (@realDonaldTrump) April 21, 2020
Desde su llegada a la Casa Blanca, Trump atenazó la política migratoria, en una ofensiva sin cuartel diseñada por uno de sus asesores más cercanos, Stephen Miller. El muro en la frontera con México, su principal promesa de campaña, fue una de las grandes obsesiones de su presidencia. Trump también achicó los canales para que los refugiados pidan asilo en Estados Unidos, sobre todo quienes huyen del hambre y la violencia de América Central a través de México. El presidente justificó su nueva "veda migratoria" a la necesidad de proteger los trabajos de los ciudadanos estadounidenses. Más de 22 millones de personas han solicitado seguro de desempleo en el país porque perdieron sus trabajos.
"El presidente Trump está comprometido con proteger la salud y el bienestar económico de los ciudadanos estadounidenses mientras enfrentamos tiempos sin precedentes", insistió Kayleigh McEnany, secretaria de prensa de la Casa Blanca. McEnany dijo que la inmigración provocó salarios más bajos y un mayor desempleo para los estadounidenses.
Varios estudios han minimizado el impacto de la inmigración sobre los salarios y el empleo. En 2016, un análisis de la Academia de Nacional Ciencias, Ingeniería y Medicina concluyó que "el impacto de la inmigración en los salarios de los trabajadores nativos en general es muy pequeño", y que, en aquellos casos que ocurre, suele afectar a otros inmigrantes o personas sin diploma del secundario.
"La inmigración tiene un impacto general positivo en el crecimiento económico a largo plazo en los Estados Unidos", afirmó el análisis.
La nueva ofensiva de Trump contra la inmigración generó un fuerte repudio, pero también recibió el apoyo de los nativistas que favorecen una política antiinmigrante. Muchos vieron la movida del presidente como una maniobra electoral para arengar a su base, y quitarle la atención de la pandemia. El gobierno de Trump ya restringió la inmigración, y suspendió la llegada de visitantes desde China y Europa. Estados Unidos estiró los tiempos para procesar visas, y elevó las barreras para la llegada de refugiados. El histórico arquitecto de la ofensiva antiinmigrante del gobierno es Stephen Miller, asesor del mandatario desde su campaña presidencial.
"Estamos esperando la formalización. El anuncio es repudiable, pero no es una sorpresa. Es consistente con lo que ha sido toda la trayectoria reciente desde la campaña de Trump, el Trump en campaña y el Trump a cargo del país. Ha sido consistente en explotar una fobia antiinmigrante con fines netamente electorales", dijo a LA NACION José Miguel Vivanco, director para las Américas de Human Rights Watch.
"Está aprovechando una oportunidad que le brinda el coronavirus en bandeja de plata como pretexto para agitar y explotar una de las fobias de campaña que su electorado, quienes lo votan, se identifica", agregó Vivanco.
Charanya Krishnaswami, directora de Amnistía Internacional, dijo además que una mayor restricción a la inmigración no hará que el país sea más seguro, y que la ofensiva para frenar la pandemia debe estar basada "en la salud pública, y no en la intolerancia".
"Cuando eres un xenófobo, las prohibiciones a la migración son la única solución cansada, fallida y odiosa en la que puedes pensar. La suspensión de la inmigración no hará que Estados Unidos, que actualmente lidera los casos de COVID en todo el mundo, sea seguro", tuiteó Krishnaswami.
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