Coronavirus. Desesperada advertencia en Italia: "Mañana estaré obligado a decidir a quién intubar"
ROMA.- Claudio Zanon, director sanitario del hospital Valduce de Como, ciudad que se levanta a orillas del famoso lago homónimo, en Lombardía, no oculta su alarma ante la segunda ola de coronavirus que sacude a Italia. "Mañana estaré obligado a decidir a quién intubar. La situación está al límite de colapso", advierte desesperadamente desde hace días en los medios.
Para él, el "triángulo" formado por su ciudad, Monza y Varese, localidades que se encuentran en zona roja -es decir confinadas- y pidieron ayuda al Ejército, está sufriendo lo mismo que ocurrió en la primera ola enBérgamo. Una ciudad considerada "mártir" del coronavirus, con más de 7000 muertos en su provincia y que en marzo pasado saltó a la fama por las escenas de camiones militares que se llevaban féretros a otras regiones, porque los crematorios locales no daban abasto.
En una entrevista con miembros de la Asociación de la Prensa Extranjera, Zanon, que fue muy directo, pintó un cuadro trágico, acorde a un país que hoy volvió a tener un récord de nuevos contagios en las últimas 24 horas (40.902), 550 muertes (que llevaron el total a 44.139) y donde se reportan más de 30.000 personas internadas en diversos hospitales del país, mientras otras 3230 se encuentran en terapias intensivas.
Zanon aseguró que los hospitales de Italia"se encuentran en la misma situación dramática de la primavera pasada". "La diferencia es que en la primera ola el virus era más letal y fuimos tomados desprevenidos, mientras que ahora el crecimiento fue progresivo y el virus es menos letal porque lo conocemos más", afirmó.
"Entonces de 10 personas de 70 años, morían 7. Ahora muere el 25% porque aprendimos a tratar a los pacientes con heparina, cortisona, remdesivir y otros antirrretrovirales", agregó, al señalar, por otra parte que otra diferencia "es que mientras antes el virus atacaba sobre todo a ancianos, ahora también a gente de 50-60 años, bajó la edad promedio y se ven más varones que mujeres".
En un fiel reflejo de la saturación de los nosocomios, que se ven inundados de pacientes, Zanon el jueves se vio obligado a cerrar por 24 horas la guardia del hospital que dirige, uno de los más importantes de Como, por falta de espacio y personal.
-¿Qué significa tener que cerrar una guardia?
-Cerrar significa pedirle al 118 (número para emergencias) que no mande más ambulancias y declarar que yo no puedo darle asistencia decente a eventuales pacientes que llegan a la guardia. El problema no es el número de camillas, puedo comprar cien camillas. El problema es que sobre 600 operadores sanitarios, entre médicos y enfermeros, tengo a 70 en sus casas porque dieron positivo. Sobre siete médicos neumonólogos, cuatro están casa... Para poder dar asistencia contraté hace unos días a 10 enfermeros recién recibidos, pero más allá, no puedo ir... Si recibo a pacientes, pero no puedo asistirlos, es inútil, sería una situación inmanejable y peligrosa tanto para los pacientes como para los médicos, que además tienen dificultades para moverse si hay camillas en los pasillos...
-Usted advirtió en diversas entrevistas que ‘mañana estará obligado a decidir a quién intubar". ¿Está ocurriendo eso?
-Por suerte no está pasando porque, gracias a los medios, algo se movió y ahora algunos pacientes son enviados a otras provincias y regiones. El problema es que mientras la primera ola golpeó el norte especialmente, ahora todas las regiones están afectadas, así que trasladar a pacientes fuera de Lombardía es problemático. Ahora hemos estado enviando enfermos a Bérgamo, Brescia y Cremona, quizás menos golpeadas ahora por la inmunidad de rebaño. Pero la situación está al limite. Por ejemplo, ayer no pude enviar a un paciente a terapia intensiva, tuve que poner otra cama en la sala operatoria para recibirlo. No basta tener ventiladores, hacen falta también anestesistas que los sepan usar...
-¿Cómo se decide a quién intubar y a quién no?
-Normalmente pasa también en otras situaciones, seguimos un protocolo de reanimadores que es nacional, con recomendaciones de ética clínica, que dice que en situación de emergencia hay que privilegiar la mayor esperanza de vida. Los criterios principales para decidir si intubar o no son la edad, la comorbilidad y el estado de disponibilidad de plazas. Y no dije nada excepcional, dije lo que se hace en la mayor parte de los hospitales y que ocurrió también en la primera ola y que con el colapso puede ocurrir también ahora.
-Estamos al inicio del invierno. ¿Cómo prevé que serán los próximos meses?
-Aclaro que no soy virólogo ni tampoco mago, así que no puedo prever lo que va a pasar. Pero recuerdo que el virus se comporta de forma distinta, el pico en la primera ola lo tuvimos en primavera, cuando la gripe había terminado y el virus prefiere temperaturas de 8 o 9ºC. Es posible que si en diciembre hace un frío excesivo, que el virus no ama, pueda haber una flexión de la curva de contagio. El virus no ama ni mucho frío, ni mucho calor. Pero espero que llegue la vacuna en primavera y evitar una tercera ola.
-¿Qué debería haber hecho Italia para evitar la segunda ola?
-Italia tiene un sistema sanitario sub-financiado, Alemania gasta mucho más, pero en suma obtiene resultados apreciables. Uno de los problemas es la funcionalidad de la medicina territorial: hace 40 años que hablamos de reforzar la medicina en el territorio, pero no se financió. Así las cosas, en verano deberíamos haber hecho como China, que tampoco tiene medicina en el territorio y que ya no tienen casos de Covid, pero allá decidieron hacer hospitales de media intensidad para aislar a positivos, rastrearon pacientes, hicieron un rastreo increíble, con tecnología de la que no disponemos, sin contar que el tema de la privacidad es para los italianos fundamental y usaron hoteles para mantener los positivos alejados.
-¿Qué necesita ahora en su hospital?
-Poder poner a los pacientes o en un hospital de campaña, montado afuera, o también poder enviarlos a Suiza, que queda cerca y con quien hemos hablado, aunque para eso necesitamos autorización de la región. Y necesitamos más personal, nos faltan médicos especialistas... En mi hospital seguimos tratando también pacientes no Covid, que tienen la misma dignidad y que pasaron a ser menos del 50%. De los nueve lugares que tengo en terapia intensiva, seis son Covid y tres no Covid.
-¿Por qué Lombardía es nuevamente la región con más contagios?
-Yo no vi ningún plan programático para enfrentar una escalada, que todos preveían... Algo se hizo, pero cuando llegamos al nivel 3 y 4 de riesgo alto, en el que se construyen hospitales, no hay nada... ¿Dónde están los nuevos lugares de camas, dónde están los hoteles para aislar a los positivos que no requieren cuidados? Pienso que en una situación de emergencia hay que moverse con menos burocracia y más velocidad, no haciendo licitaciones para ver qué hotel me dará el servicio, sino agarrando el teléfono y actuando rápidamente.
-¿Cómo se sienten personalmente los médicos?
-Mal, muy mal. A diferencia de la primera ola, estamos todos desmotivados, con ‘burn out’, estresados, aún más golpeados que en la primera ola. Es problemático: hay un desánimo general que no ayuda en la batalla contra la epidemia. Claro, aguantamos, seguimos adelante, pero no existe el ‘pathos’ de la primera ola.
-El Colegio Nacional de Médicos del país reclamó un confinamiento total nacional: ¿usted está de acuerdo?
-Yo estoy bastante en sintonía con la idea del gobierno de hacer confinamientos en relación a las situaciones más críticas. Creo que es justo endurecer las medidas restrictivas en las áreas más afectadas (la división en zonas rojas, naranjas y amarillas). Pero es claro que si este sistema no funciona, llegaremos a un lockdown generalizado que deberíamos evitar por la situación económica. Pero para evitar esto es urgente que los ciudadanos den una mano para contener la pandemia, quedándose en casa lo más posible. Hay que convencer a las personas de que hay una situación dramática y que deben cuidarse para no enfermarse porque ya no vamos a poder curar más a nadie.
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