Coronavirus: los cruceros, las primeras incubadoras del virus, preparan su regreso al mar en Europa
CIVITAVECCHIA, Italia.- En el que fuera uno de los puertos más transitados del mundo, ahora hay amarrados cinco cruceros ociosos, una hilera blanca y surrealista de casi dos kilómetros de extensión de piscinas vacías y buffet sin comensales. Sumadas, las cinco naves tienen capacidad para 26.000 personas, pero hace meses que ningún pasajero sube a bordo.
Sin embargo, tras refugiarse aquí, en Civitavecchia, durante estos meses de parate global sin precedente, algunos de estos barcos muy pronto zarparán nuevamente, con veraneantes que sacaron paquetes de vacaciones por el Mediterráneo en medio de la pandemia de coronavirus.
Aunque en Estados Unidos los cruceros están suspendidos por orden gubernamental, varias líneas de cruceros están intentando reanudar sus actividades en Europa , con Italia como su epicentro. Uno de los barcos, el MSC Grandiosa, zapará el domingo, el primer crucero de pasajeros que volverá a las rutas mediterráneas. Varios otros lo seguirán en breve. Tras consultar a científicos y sanitaristas, las empresas implementaron nuevos protocolos de seguridad y recibieron luz verde del gobierno italiano. En su página web, la línea MSC Cruises dice que ahora los pasajeros "pueden viajar con confianza".
Pero sigue sin quedar claro el nivel de riesgo que implica volver a llenar un barco de gente y reanudar una actividad que al principio de la pandemia contribuyó a desparramar el virus por todo el mundo y que quedó directamente vinculada con varias decenas de muertes por Covid-19.
"Nadie habla de eliminar el riesgo, sino de reducirlo al mínimo", dice Stefano Vella, especialista en infectocontagiosas de la Universidad Católica de Roma y asesor de la empresa Costa Cruceros, una de las grandes líneas que se prepara para zarpar. "El riesgo cero no existe."
En lugares como Civitavecchia, una ciudad portuaria que funciona como boca de entrada y salida de los cruceros de Roma, hay señales claras de crisis económica -hoteles y restaurantes tapiados-, que según las empresas de cruceros se aliviará con la reanudación de los viajes. El 13% de la economía de Italia depende del turismo, y la industria de los cruceros fue la más golpeada del sector. En ciudades como Venecia , por ejemplo, no se ven cruceros en la línea del horizonte por primera vez desde que se tenga memoria.
Pero quienes conocen la industria desde adentro hablan del descomunal desafío logístico de reanudar la actividad. Después de la mengua estival, tanto en Italia como en gran parte de Europa, el número de contagios está volviendo a subir. Las líneas de cruceros tendrán que sortear las cuarentenas y otras restricciones de los múltiples países donde atracarán sus barcos.
Las empresas dicen que confían en la ciencia para que guíe la reapertura. Royal Caribbean y Norwegian, dos de los mayores jugadores de la industria, conformaron un "Panel de Salud a Bordo" con expertos independientes. El otro gigante de la industria, Carnival, convocó recientemente a una junta científica. Una tras otras las principales compañías revelaron las mejoras en sus sistemas de filtración de aire, la eliminación de las filas en los buffet, reducir la cantidad de pasajeros y organizar el abordaje de manera escalonada, para evitar aglomeraciones.
"Es impresionante lo que han avanzado las empresas en tan poco tiempo, porque claramente están preocupadas por su negocio", dice Stephan Harbarth, especialista en enfermedades infectocontagiosas de la Universidad de Ginebra y miembro del panel de asesores científicos de MSC Cruises. Harbarth dice que los cruceros enfrentan desafíos parecidos a los geriátricos -mucha gente confinada en un mismo espacio-, pero cree que con testeos y controles rigurosos a bordo los cruceros serán lugares seguros.
Sin embargo, los intentos de relanzamiento de la industria en el resto del mundo fueron turbulentos. En el Pacífico Sur, en un crucero de línea Paul Gauguin con huéspedes internacionales, uno de los pasajeros dio positivo a bordo de la nave y todos los demás quedaron confinados en sus camarotes. Y en Noruega , al menos 62 personas se contagiaron coronavirus de dos tripulantes de cruceros ida y vuelta al Ártico. El CEO de la línea Hurtigruten, Daniel Skjldam, se disculpó y dijo que la empresa no cumplió con sus propios protocolos.
Esos pasos en falso dan letra a quienes se oponen a la reapertura del sector por considerarlo demasiado crítico. Antes de ese brote, la empresa Hurtigruten, con sede en Noruega, había dado a conocer su propia lista de promesas de seguridad y protocolos a seguir.
Vacuna
"Pienso que no hay forma de transformar los cruceros en lugares medianamente seguros hasta que haya una vacuna", dice Jim Walker, abogado de Miami que antes defendía a las líneas de cruceros y ahora representa a tripulantes y pasajeros.
"Básicamente, las empresas están convirtiendo a sus clientes en conejillos de indias", dice Walker. "Los dejan a la buena de Dios."
Una de las principales dudas de las empresas es si deberían exigir un testeo antes de abordar. Al respecto, hasta ahora las empresas han seguido caminos diferentes. MSC, por ejemplo, adelantó que exigirá hisopados en la plataforma de embarque. Costa Cruceros, por su parte, difundió este mes su nuevo protocolo de seguridad y al parecer solo hará una revisación de salud general y un chequeo de temperatura. El vocero de Costa dijo que la empresa, cuyo primer crucero, el Costa Deliziosa, zarpará de Trieste rumbo a las islas griegas el 6 de septiembre, sigue evaluando la posibilidad de hisopar a los pasajeros, dependiendo "de la tecnología médica disponible y de la evolución de la pandemia".
"La situación es muy fluctuante", señaló la empresa.
Dentro de la industria hay especial preocupación por los tripulantes, que tienen sus hogares alrededor del mundo y deberán viajar a Europa para reanudar sus tareas. Por más que los cruceros estén actualmente ociosos, el mantenimiento está a cargo de una dotación mínima. El diario italiano Il Messaggero informó esta semana que nueve de esos tripulantes a cargo de las naves estacionadas en Civitavecchia habían dado positivo para el virus.
A través de un comunicado, el vocero de Costa Cruceros dijo que "la evolución de los tripulantes fue positiva" y que solo uno de ellos seguía dando positivo. Ninguno de ellos sigue a bordo de la nave.
La mayoría de los pasajeros que abordan los cruceros en Civitavecchia no son italianos, y los grupos más grandes suelen ser de estadounidenses, dice John Portelli, gerente general de la terminal de pasajeros de Civitavecchia. Esta semana, Portelli ofreció una visita guiada para mostrar las mejores de seguridad en las instalaciones de la terminal, vacía pero lista para el flujo de turistas, con indicaciones de distancia física en los pisos y mamparas de acrílico en los mostradores de check-in. A través de los ventanales de la terminal se veía la hilera blanca de cruceros anclados, un paisaje que se mantuvo estático durante casi todo el verano europeo.
Sin embargo, también había un par de estibadores cargando suministros en el Costa Deliziosa, y dentro de pocos días, el MSC Grandiosa llegará desde Génova para esperar a sus primeros pasajeros en Civitavecchia.
"Así que este paisaje está a punto de cambiar", dice Portelli.
The Washington Post
(Traducción de Jaime Arrambide)
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