Conte dijo que a causa de la pandemia la economía de Italia retrocederá 20 años
ROMA.- Con la denominada "fase 3", que comenzó ayer, los italianos volvieron a tener libertad de movimiento, lo que significó un alivio enorme. Pero el coronavirus provocó un tsunami en su economía, que ya estaba en situación crítica antes de la pandemia. Si hasta ayer el gran tema era el lockdown y el espanto por un contagio que hasta ahora dejó un balance de 33.689 muertos -una tragedia colectiva-, ahora la alarma es cómo Italia podrá volver a levantarse. Para tomar dimensión de la hecatombe, el primer ministro Giuseppe Conte, admitió hoy que el golpe causado por el coronavirus significará un retroceso de 20 años para la economía.
"El PBI volverá a los niveles del 2000, pero tenemos el deber de hacer un esfuerzo coral para reconstruir un desarrollo basado sobre cohesión social e innovación", dijo el primer ministro, al participar en EY Digital Talk, un evento organizado en streaming por el diario Corriere della Sera sobre cómo resuscitar a la economía de la pesadilla del Covid-19. Según estimaciones, en Italia la caída del PBI será de entre el 9,5 y el 12% y habrá un fuerte aumento de la ya gigantesca deuda pública, que trepará a cerca del 159% del PBI.
El gobierno está trabajando junto a todas las fuerzas productivas en un ambicioso "recovery plan" (plan de recuperación) cuyo objetivo es modernizar a Italia, aseguró Conte. "Es la ocasión justa para hacerlo. Queremos introducir incentivos en la digitalización para los pagos electrónicos, debemos permitir que emerja la economía informal y reforzar la interconexión de los bancos con los datos públicos", dijo.
Luego de recordar que su gobierno aprobó el mayor paquete de ayudas de la historia, con un déficit de 80.000 millones de euros –una cifra que supera dos presupuestos-, para enfrentar la consecuencias de la parálisis económica, Conte reconoció que eso no basta. Y que es necesaria "una inversión y una cooperación entre los pueblos importante".
En este marco, destacó que la Unión Europea parecía haber recogido el guante del inmenso desafío de la pandemia, al proponer un fondo de ayuda para Italia, uno de los países más castigados del continente, de 750.000 millones de euros. Aunque recordó que este mega-fondo aún debe ser aprobado por el Consejo europeo y subrayó que se trata de "una oportunidad histórica para recuperar la diferencia de crecimiento que nos ha alejado por mucho tiempo de los demás países".
In questa fase complessa siamo al lavoro senza sosta per la ripresa economica e sociale del nostro Paese. Il mio contributo all'apertura dei lavori del Digital Talk - #EYItaliaRiparte, organizzato da @EY_Italy [R] https://t.co/16F8F1lADY&— Giuseppe Conte (@GiuseppeConteIT) June 4, 2020
Italia, la tercera economía de la Eurozona suele ser el último vagón de la locomotora europea y desde 2014 vive en virtual recesión, creciendo en forma imperceptible. Lo cierto es que, más allá de las inmensas sumas de dinero aprobadas por el gobierno para enfrentar la emergencia y ayudar a la economía, la realidad es que no está llegando. Los préstamos anticrisis que los bancos deberían erogar, con garantías del Estado, no están llegando a empresas y privados. Según un informe que obtuvo el diario La Stampa, los préstamos de hasta 25.000 euros fueron otorgados sólamente a la mitad de quienes los pidieron y los superiores a esta suma, a menos de un cuarto de los solicitantes.
El lockdown de más de dos meses para frenar el contagio que paralizó tres cuartos de las actividades económicas, fue como un terremoto para el tejido productivo. Sólo en abril, pese al bloqueo de los despidos, se perdieron 274.000 puestos de trabajo y en dos meses fueron 400.000, según el Istat (instituto de estadísticas italiano). Los más afectados son los jóvenes, las mujeres y los precarios. En comparación con abril de 2019 desaparecieron sobre todo los empleados temporarios (480.000 menos) y los autónomos (192.000 menos).
- El desempleo baja en Italia en abril al 6,3 % por el cierre de actividades https://t.co/q11iIB7IUH&— Empírica (@EmpiricaRD) June 3, 2020
Aunque se trata de un dato que es una ilusión estadística, el Istat también certificó que la desocupación bajó al 6,3% -en marzo fue del 8%-, el mínimo desde noviembre de 2007, pero sólo porque durante el lockdown nadie salió a buscar. Decho, el Istat también registró un boom de personas inactivas, es decir, que no tienen trabajo ni lo buscan, número que trepó a 746.000.
En este panorama, no extraña que ahora, terminada la cuarentena y con libertad de movimiento, los italianos hayan vuelto a la calle a protestar, aunque sea con barbijo y manteniendo la distancia de seguridad. En un fiel reflejo de la vuelta a la normalidad y después de dos meses de silencio inaudito en las calles, en Roma volvieron a verse manifestaciones de colectivos de personas que se quedaron si trabajo.
Hoy en la Piazza del Popolo, una de las más emblemáticas de la ciudad eterna, con globos blancos y valijas con rueditas, protestaron agentes de viaje y demás trabajadores del sector turístico, uno de los más afectados por la pandemia. "Trabajaba de camarera en un hotel que está cerrado desde mediados de marzo, no trabajo desde entonces, pero tampoco me llegó la cassa integrazione (el subsidio de desocupación). Ayer abrieron las fronteras, pero no creo que el hotel vuelva a reabrir hasta el año que viene", contó a LA NACIÓN Karen, boliviana residente en Italia desde hace diez años, que estudia ingeniería y sobvrevive gracias a su mamá que trabaja de empleada doméstica. "Gracias a Dios ella tiene trabajo, un milagro en estos tiempos".
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