Coronavirus: Conte cierra cuatro regiones y divide a Italia en tres zonas de riesgo
ROMA.- Lo llaman "soft lockdown". Pero la verdad es que a partir de pasado mañana el gobierno de Giuseppe Conte, que ya había decretado una semicuarentena, en una nueva vuelta de tuerca para enfrentar una segunda ola de coronavirus que sacude a toda Europa, cerrará cuatro regiones del norte del país, las más afectadas, e impondrá a todos los italianos un toque de queda a partir de las 22 y hasta las 5 de la mañana.
El nuevo decreto anticoronavirus -que también divide a Italia en tres zonas, roja, naranja y amarilla, de acuerdo al mayor o menor riesgo- es llamado "el de la discordia". Vio la luz después de días de discusiones en el seno del gobierno, así como con los gobernadores de varias regiones y fue firmado anoche por Conte en medio de un clima de alarma por el aumento de la curva de contagio y por las protestas y tensiones sociales latentes, de norte a sur, por las consecuencias económicas catastróficas de los cierres.
Hoy el Ministerio de Salud reportó 353 muertes (ayer, 353), un número muy alto, que no se veía desde el 2 de mayo pasado y más de 30.000 nuevos casos. Y sigue subiendo el número de personas que deben ser internadas por Covid en hospitales o en terapia intensiva, que en muchos casos comienzan a saturarse.
En este contexto es que a partir del viernes, en lo que son reglas generales que seguirán en vigor hasta el 3 de diciembre, todos los italianos a partir de las 22 no podrán salir de sus casas, donde tampoco podrán recibir amigos, ni hacer fiestas, ni nada. Los alumnos de secundarios y universidades harán clases en forma remota y los transportes públicos deberán reducir su capacidad al 50%. Como ya habían hecho cines y teatros, todos los museos deberán volver a cerrar sus puertas -disposición a la que también se sumó el Vaticano, que anunció que a partir de mañana los Museos Vaticanos volverán a cerrar sus persianas-, así como deberán hacerlo los centros comerciales, pero solo durante el fin de semana.
Hasta aquí, las medidas nacionales, para todo el país, donde por supuesto sigue siendo obligatorio el uso del barbijo.
¿Roja, naranja o amarilla?
El nuevo decreto, en efecto, divide a Italia en tres áreas: zonas rojas, naranjas y amarillas, de acuerdo al riesgo. Y es en este tema que se desencadenaron las polémicas porque para determinar el ingreso de una región en una de estas zonas de riesgo se utilizarán 21 criterios: no solo el llamado Rt, es decir, el índice de contagio, sino también el número de camas disponibles en los hospitales y terapias intensivas de la zona, el porcentaje de positividad, la cantidad de tests realizados, la capacidad de rastreo de contactos, etc. Datos que podrían ser trucados o que a veces, en determinados lugares, no son confiables.
Lo cierto es que quien se encuentra en el temible "escenario 4" -el más grave- pasará a estar en "zona roja" y, de hecho, en un confinamiento parecido al de marzo pasado, pero "soft". Allí se cerrará todo, salvo escuelas primarias, industrias y peluquerías y estará prohibido cualquier desplazamiento. Pasarán a estar en zona roja al menos cinco regiones: Lombardía, Piamonte, Calabria y Valle d'Aosta, según anunció Conte, al anunciar las nuevas medidas esta noche.
En las zonas naranja, de riesgo intermedio -donde se encuentran Sicilia y Apulia- también estará prohibido moverse a otra región o de la propia comuna y deberán cerrar restaurantes, bares y heladerías -que pueden permanecer abiertos en todo el país hasta las 18 en las zonas amarillas-, aunque está permitido el delivery hasta las 22.
En el resto de Italia, zona amarilla -aquí se encuentra esta capital-, donde por supuesto siguen en pie medidas anti-coronavirus ya implementadas, seguirá habiendo libertad de movimiento, pero no para ir a las regiones que están en riesgo alto o medio alto. Calles y plazas de los centros urbanos podrán cerrarse en cualquier momento y a todos sus habitantes se les recomienda de todos modos no moverse, a menos que sea por estudio, salud o trabajo.
En un decreto que finalmente fue firmado luego de un parto o una pulseada terrible en el seno del gobierno, al parecer Conte logró, como quería, el toque de queda general a las 22. Otros miembros de su gobierno, más "halcones", hubieran querido que fuera antes, a las 20. Y logró también superar la oposición de varios gobernadores, como el de Campania, Vincenzo De Luca, que pedían un confinamiento nacional, algo que por ahora no se hará, pero que tampoco nadie descarta. "No tenemos alternativas, debíamos necesariamente intervenir ante números en aumento", explicó Conte, que volvió a pedir paciencia y comprensión a una opinión pública cada vez más alarmada.
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