Coronavirus. ¿Cómo lo logró? Las claves que explican el repunte de la aprobación de Bolsonaro
RÍO DE JANEIRO.- En medio de las críticas por su manejo de la pandemia del coronavirusy turbulencias en su gobierno, el presidente brasileño, Jair Bolsonaro, está logrando un repunte sostenido en su imagen. Según una encuesta de Datafolha difundida anoche por el diario Folha de S. Paulo, el mandatario alcanzó una valoración positiva del 37% y su desaprobación cayó al 34%, los mejores números del mandato. ¿A qué se debe el incremento de su popularidad?
A continuación, las razones que explican el fenómeno, una paradoja en medio de la pandemia del coronavirus, que provocó en Brasil más de 105.000 muertos y 3.224.000 contagios (solo por detrás de Estados Unidos en ambas mediciones).
1. Ayuda económica y menos pobreza extrema
Las autoridades brasileñas tomaron una decisión de calado para amortiguar el golpe económico: aprobaron una especie de renta básica para millones de personas que de un día para otro se habían quedado sin ingresos. La ayuda de emergencia (600 reales al mes, unos 111 dólares), que se empezó a pagar en abril y en julio llegó a la mitad de los hogares, se ha convertido en el mayor programa social de un gobierno que llegó al poder con la promesa de adelgazar el Estado.
Además de mitigar la catástrofe económica, la ayuda ha mejorado la maltrecha popularidad de Bolsonaro, sobre todo entre los más pobres, a pocos meses de las elecciones municipales.
El presidente -que estuvo contagiado de Covid-19- siempre ha sido mejor visto por sus compatriotas ricos que por los más necesitados. Pero la pandemia está cambiando esas percepciones. Bolsonaroestá avanzando sobre un electorado que no era el típico de él. El desencanto y la fuga de una parte de su base, afín a la agenda anticorrupción que representaba el exministro de Justicia Sergio Moro -que renunció en abril con duras acusaciones a Bolsonaro- fue compensada por nuevos seguidores.
Las encuestas indican que en las últimas semanas ha ganado apoyo en el nordeste, tradicional base de apoyo del Partido de los Trabajadores de Luiz Inacio Lula da Silva. Es una zona donde Bolsonaro perdió las elecciones.
En este contexto, entre mayo y junio, en medio de la peor crisis económica de su historia, Brasil redujo a 3,3% la extrema pobreza, el menor nivel en 44 años según un informe de la FGV.
2. Nueva estrategia: un tono más moderado
A mediados de junio, Bolsonaro abandonó las proclamas antidemocráticas e inició una aproximación con parlamentarios del denominado centrão en el Congreso para ampliar su base de sustentación y alejar el fantasma del impeachment. También dejó de criticar asiduamente al Supremo Tribunal Federal (STF), en una acción definida como "pax bolsonariana".
Desde de marzo, los seguidores de Bolsonaro comenzaron a organizar manifestaciones con consignas en contra del Congreso y STF. Alegando que los organismos estaban en contra del gobierno, pedían el cierra de esas instituciones y una intervención militar. El mismo Bolsonaro participó de los actos.
Pero para sobrevivir a la crisis, Bolsonaro empezó a cortejar a los actores del poder político a los que alguna vez denunció como corruptos y decidió bajar su tono belicoso.
3. La apatía de la oposición para formar una coalición
La izquierda es franca minoría en el Parlamento de Brasil, controlado por partidos de centro y derecha y no ha sabido unirse para formar una coalición y aprovechar el descontento que había contra Bolsonaro en los primeros meses del año.
En abril se hablaba del fin del ciclo político del presidente y asomaba el fantasma del impeachment. En esa época el mandatario parecía superado por la pandemia y herido por las turbulencias dentro del gobierno. A la escandalosa salida de Moro en medio de denuncias de intervención política en la Policía Federal, se le sumaba el despido del popular ministro de Salud Luiz Mandetta por diferencias sobre la conducción de la crisis sanitaria.
En este nuevo contexto, en todos los escenarios en que Bolsonaro fue medido frente a sus adversarios lideraría en primera vuelta, incluso contra Lula, impedido de participar de cualquier elección por estar condenado por corrupción en segunda instancia. Si los comicios fueran hoy, Bolsonaro podría volver a ganar.
4. La paulatina mejora económica
La pandemia no encontró bien parado a Brasil. Aunque está lejos de una crisis como la de la Argentina, el año pasado tuvo un bajo nivel de crecimiento, de solo 1,1%. Y el primer trimestre de este año, cuando aún el virus no golpeaba con fuerza al país, ya estaba en una curva descendente. Pero en el último tiempo los datos son más alentadores.
La actividad económica se expandió a un ritmo récord en junio, mostró un indicador del Banco Central publicado hoy, terminando un trimestre complejo con un tono más positivo, ya que las menores restricciones de circulación por el coronavirus permitieron que las empresas se abrieran.
Para Bolsonaro, el brote no es tan letal como dicen los especialistas y las medidas de prevención no pueden incluir golpes a la economía.
El índice IBC-Br del Banco Central, usualmente visto como un barómetro del PBI, subió un 4,9% en junio, levemente más que el 4,7% anticipado por analistas en un sondeo de Reuters. Fue el mayor incremento desde que el índice fue lanzado en el 2003.
La cifra marcó además el segundo incremento consecutivo, seguido de una subida tímida en mayo. Sin embargo, el índice descendió 10,9% en el trimestre comprendido entre abril y junio, destacando la gravedad del impacto de las medidas de confinamiento por la pandemia.
De acuerdo a esta medida, el nivel de actividad de la economía más grande de América Latina ha bajado un 9,6% desde su cota pre-coronavirus y reciente máximo de este año anotado en febrero. Ha bajado un 15% desde su máximo histórico de diciembre de 2013.
Agencias Reuters, AFP y AP
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