Coronavirus: Brasil superó la barrera de los 100.000 muertos por Covid-19

RÍO DE JANEIRO.– Un nuevo número trágico. Brasil se convirtió hoy en el segundo país –después de Estados Unidos– en superar los 100.000 muertos por Covid-19, mientras América Latina emerge como la región del planeta más afectada por la pandemia.

Casi cinco meses después de la primera muerte confirmada por el virus, el mayor país de la región registra 100.477 fallecidos y 3.012.412 casos confirmados. Hasta ayer, solo Estados Unidos, donde ya fallecieron 162.244 personas por el virus, según datos recopilados por la Universidad Johns Hopkins, había superado esa marca.

América Latina se había convertido ayer en la región más afectada por la pandemia, tras superar en número de muertes (más de 214.000) a Europa, de acuerdo a un conteo de la agencia AFP basado en datos oficiales.

En el mundo, ya son más de 19,45 millones los casos confirmados del nuevo coronavirus y más de 720.000 los muertos desde que el virus se reportó por primera vez enChina a fines del año pasado.

Tan sombrío como el número es el cuadro actual de la curva epidemiológica en Brasil. Desde fin de mayo, el Ministerio de Salud brasileño ha reportado unas 1000 muertes todos los días y la enfermedad todavía no muestra señales de ceder.

Luego de haber castigado en el inicio al norte del país y grandes ciudades como Río de Janeiro , San Pablo y Fortaleza, el virus se asienta sobre el interior de los estados y, esencialmente, los del centro y el sur del país. Cinco de los 27 estados brasileños registraron subas en sus curvas en la última semana.

El día que Brasil superó el hito de las 100.000 muertes, el gobierno de Jair Bolsonaro se manifestó en Twitter a través de la cuenta oficial de la Secretaría de Comunicación (Secom), que salió al cruce de críticas del exministro de Justicia Sergio Moro por el manejo de la pandemia.

"Son números que merecen ser divulgados: casi tres millones de vidas salvadas o en recuperación; uno de los menores índices de muertes por millón de habitante entre las grandes naciones", dijo la Secom. Bolsonaro, en tanto, respondió al mensaje con un emoticón de apretón de manos. Sin ninguna palabra para las familias de las víctimas, el presidente celebró en sus redes sociales el campeonato estadual que obtuvo el equipo de fútbol Palmeiras, de San Pablo.

El líder ultraderechista, que contrajo el virus el 7 de julio y dio negativo casi tres semanas después, ha minimizado sistemáticamente la enfermedad. Una y otra vez se mostró a favor de eliminar las medidas restrictivas y de aislamiento social para evitar que los daños en la economía sean mayores a los del propio virus.

Bolsonaro ha sido blanco de críticas de amplios sectores por haber promovido aglomeraciones y haber aparecido en público sin barbijo muchas veces. La cuenta del impacto sanitario, no obstante, quedó repartida ante los ojos de los brasileños junto con los alcaldes y gobernadores, responsables de adoptar las medidas de aislamiento en sus respectivos distritos por decisión de la Corte. Mientas Bolsonaro recuperó parte de su popularidad perdida en el comienzo de la pandemia, según varias encuestas, la imagen de sus antagonistas, gobernadores y alcaldes, caminó en sentido inverso.

Con cruces clavadas en la arena y mil globos rojos que volaron sobre la famosa playa de Copacabana, la ONG Río de Paz homenajeó en un acto a las víctimas del coronavirus la mañana del sábado. "¿Por qué somos el segundo país en número de muertos", se leía en un cartel que acompañó el acto.

"El poder público y la sociedad necesitan responder a esa pregunta. De la respuesta honesta a esa pregunta dependen los cambios que Brasil necesita pasar para vivir en un país en el que la vida sea respetada", dijo Antonio Costa, presidente de Río de Paz.

Muchos expertos en salud señalan que la falta de coordinación entre el gobierno federal de Bolsonaro y los gobernadores y alcaldes provocó que los estragos hayan sido mayores. "Infelizmente, ésta fue la primera epidemia de la historia de Brasil en la que el ministerio de Salud no tuvo protagonismo en la organización del sistema, y cada estado y municipio definió sus políticas", dijo a LA NACION Daniel Soranz, epidemiólogo y profesor de la escuela nacional de salud del instituto Fiocruz.

"Se generó competición innecesaria para comprar insumos y muchas capitales no montaron estructuras de atención separadas para personas con y sin síntomas respiratorios. Además, se prometieron hospitales que no estuvieron listos a tiempo. Hubo muchos errores", evaluó el profesor del Fiocruz

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