Coronavirus: el argentino que se curó y ahora busca ayudar a los enfermos en Nueva York
NUEVA YORK.- Los índices de contagio y de mortalidad a nivel global han permitido entender que el coronavirus no entiende de límites ni fronteras. Personas de todo tipo han sufrido y perdido batallas contra este enemigo invisible. Santiago Sarquis, un argentino de 27 años que hace un año vive en la Gran Manzana, se enfermó, se curó y ahora participa de un estudio clínico que busca que ayuda a los pacientes Covid-19 positivos como tratamiento.
Fiebre, malestar, dolor muscular, y mucha tos. Los síntomas que Sarquis batalló por días fueron indicio clave para saber que padecía el coronavirus . Sin desmejorar mucho más, el joven se recluyó en su departamento por dos semanas y cumplió con las órdenes de los médicos, quienes -tras una consulta virtual- le indicaron que debía quedarse en casa a menos que su situación empeorara. Los días pasaron y los síntomas desaparecieron.
Él fue uno de los afortunados. En Nueva York , cientos de miles de personas acabaron hospitalizadas por el virus respiratorio, y más de 21 mil encontraron su muerte a causa del Covid-19. Desde fines de marzo, la Gran Manzana se ha convertido en epicentro de casos en el país, y recién ahora comienza a darse un respiro con los índices de contagio y mortalidad hacia una baja sostenida.
Unas semanas después de haber padecido el coronavirus -sin nunca haber recibido el test de confirmación-, Sarquis acudió a City MD, una clínica de la ciudad, para recibir el test de anticuerpos. Con una extracción de sangre, el testeo arroja resultados sobre si el cuerpo ha generado anticuerpos para dar batalla al coronavirus. En poco más de 24 horas, su celular sonó con un mensaje dando aviso que los resultados de laboratorio estaban disponibles en el portal web de la clínica. Ingresó y allí vio que efectivamente había tenido el virus.
Sentado en el sillón, mientras veía esa pantalla, Sarquis no tardó mucho en abrir un buscador para averiguar cómo era el proceso para donar plasma. El joven había leído que distintos institutos de salud de la Gran Manzana trabajaban con la extracción de plasma convaleciente de pacientes recuperados para ser utilizado en quienes sufren los brutales efectos del virus.
"Me hice el estudio por algo de curiosidad, para poder confirmar que lo había tenido, pero principalmente para saber si podía donar plasma", explicó a LA NACION. "Tener la posibilidad de ayudar a un par de personas entre tanta gente que está sufriendo… Me parecía una locura no hacerlo", añadió.
Semanas atrás, en un esfuerzo por encontrar posibles tratamientos para darle batalla al Covid-19, la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, por sus siglas en inglés) autorizó a los médicos a utilizar el plasma -el fluido amarillo en el que se suspenden las células sanguíneas- de personas recuperadas en pacientes con condiciones críticas. Si bien se trata de un estudio clínico, científicos alrededor del mundo ya han estudiado este tratamiento en brotes de otras infecciones respiratorias como la pandemia del virus H1N1, la epidemia de SARS-CoV-1, y la epidemia de MERS-Cov, en 2012.
El método utilizado por los científicos en Estados Unidos es el mismo que utilizó hace cincuenta años el médico argentino Julio Maiztegui, fundador del instituto de Pergamino que lleva su nombre, para disminuir del 30% al 3% la mortalidad del "mal de los rastrojos", causado por el virus Junín.
Según un artículo publicado por la Sociedad Americana de Hematología, la transferencia de plasma de pacientes recuperados a pacientes que padecen el virus puede neutralizar el virus, prevenir la replicación adicional y detener el daño tisular continuo. "Se pronostica que este enfoque funcionará mejor en pacientes con infección menos grave, al inicio del curso de la enfermedad o profilácticamente en individuos altamente susceptibles, como trabajadores de la salud expuestos o cuidadores familiares", detallaron.
Con esta información en mente, Sarquis escribió al Banco de Sangre de la ciudad de Nueva York (NYBC, por sus siglas en inglés). En cuestión de horas recibió un formulario y una solicitud para enviar la copia de sus resultados serológicos que indican la presencia de anticuerpos. El establecimiento cruzó la información y le envió un listado de fechas posibles para donar plasma.
Espero que más gente que pueda lo haga; realmente es muy fácil y podes ayudar a la recuperación de mucha gente
NYBC recolecta y procesa el plasma para infusión y mantiene un banco de suministros para ser distribuido en hospitales de todo el país para tratar pacientes con infecciones graves. La donación de una sola persona puede ser utilizada para el tratamiento de dos o tres individuos en necesidad.
Oriundo de la ciudad de Buenos Aires, Santiago Sarquis se formó en el Instituto Tecnológico de Buenos Aires, donde obtuvo su título de Ingeniero Industrial. Su camino profesional en Bain & Company lo llevó a anotarse en un MBA en la Universidad de Columbia, donde desde el año pasado cursa sus estudios de posgrado, ahora de forma virtual por la crisis sanitaria que afecta al mundo.
Poco imaginaba que su vida en el hemisferio norte lo llevaría a enfrentar una pandemia, mucho menos a padecer esa enfermedad. El joven de 27 años utilizó su experiencia para un fin solidario, y espera que muchos otros se inspiren a hacer lo mismo. "Solo espero que más gente que pueda lo haga; realmente es muy fácil y podes ayudar a la recuperación de mucha gente", subrayó Sarquis a este medio.
Una experiencia salvadora
"Abrí mis ojos y me di cuenta que estaba intubado con un ventilador en mi garganta, postrado en la cama de un hospital. Si no hubiera sido por la amabilidad y la compasión de un generoso neoyorquino, no hubiera despertado en absoluto". Las palabras son de Michael Staelens, un hombre de Texas, quien después de haber estado internado con un respirador, sobrevivió gracias al tratamiento de plasma convaleciente.
El hombre publicó una carta de lectores en el The New York Times, donde agradeció a esa persona que gracias a su desinteresado acto le salvó la vida. "El plasma sanguíneo convaleciente, donado por alguien en Nueva York, ha encontrado su camino a San Antonio, fluyó a través de mi cuerpo y me trajo de vuelta al borde cuando los médicos pensaron que no estaría aquí hoy", escribió.
"Le debo mi vida a esa persona. Donaré plasma tan pronto como sea posible para que la ola siga fluyendo, y animo a cualquiera que haya sobrevivido a este horror a que haga lo mismo. La vida de alguien depende de ello. Un neoyorquino salvó el mío, y solo puedo ofrecer mi eterna gratitud", concluyó.
El testeo masivos de anticuerpos es parte de una de las misiones que el gobernador Andrew Cuomo ha planteado como clave para la salida de esta "pausa" a la que se sometió Nueva York. Y es que, según el mandatario estatal, sin el riguroso control de los avances del coronavirus en la sociedad, el estado se vería en riesgo de ser víctima de un rebrote.
Pese a que muchos estados ya se encuentran en su fase de reapertura, Estados Unidos continúa como el país con mayor cantidad de infectados y muertos en el mundo. En total, hay más de más 1.354.000 casos positivos y 81.000 muertos. Nueva York, foco de la pandemia en el país norteamericano, superara la barrera de los 330.000 infectados y los 21.000 muertos, y todavía permanece cerrada.
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