El mundo recibió el Año Nuevo con fuegos artificiales sobre calles vacías
LONDRES.- Mientras algunas ciudades lanzaban fuegos artificiales sobre calles vacías, otras, como Londres y Singapur, cancelaron sus despliegues. París, Roma y Estambul estaban bajo toque de queda. Así celebró el mundo la llegada de 2021, un festejo absolutamente insólito en la historia, sin el conocido desenfreno ni la vibrante desmesura.
Fuegos artificiales azules, rojos y blancos encendieron el cielo sobre la Ópera de Sídney como todos los años nuevos, pero el puerto abajo estaba vacío como una ciudad fantasma, una despedida espeluznante para un año que nadie extrañará.
No hubo espectáculo de luces desde lo alto de la torre de televisión de Pekín. Los leones de Trafalgar Square en Londres estaban rodeados de vallas, lo mismo que la Puerta del Sol en Madrid. En Roma, no había multitudes en la Plaza de San Pedro, el Papa no dio misa y nadie se animó esta vez a zambullirse en las aguas del Tíber.
Con más de 1,7 millones de muertos y 82 millones de casos desde el último cambio de año, pero con la esperanza de que las nuevas vacunas puedan ayudar a controlar la pandemia, este final de año quedará para siempre en la memoria.
Pero, a su manera, el mundo festejó. Nueva Zelanda, aplaudida por su gestión de la pandemia, dio la bienvenida al nuevo año con grandes multitudes reunidas en Auckland para ver un espectáculo de fuegos artificiales.
Aunque sigue aislada por el cierre de las fronteras, Nueva Zelanda pudo celebrar la llegada de 2021 con relativa normalidad gracias a que no registra ningún caso de transmisión local desde hace meses.
En Australia, donde los fuegos artificiales de la Ópera de Sídney se televisan en todo el mundo como la primera gran exhibición visual del año nuevo, se restringió el movimiento, se prohibieron las reuniones y se cerraron las fronteras internas.
A la mayoría se le prohibió ir a la noche al centro de la ciudad. "Fue un año infernal", dijo Gladys Berejiklian, la primera ministra de Nueva Gales del Sur, que incluye a Sídney. "Ojalá el 2021 sea más fácil para todos".
En la ciudad china de Wuhan, donde se originó la pandemia hace un año, miles de personas se reunieron en lugares populares del centro de la ciudad para la cuenta regresiva hasta 2021. Algunos residentes dijeron que estaban tomando recaudos para no contagiarse, pero no estaban especialmente preocupados.
Wuhan, que pasó los primeros meses de 2020 cerrada al mundo bajo severos bloqueos, festejó con muchísimas actividades, incluido un concierto de la orquesta filarmónica de la ciudad, un espectáculo de luces a lo largo del río y un recital de música electrónica, como desquitándose con una celebración por todo lo alto para disipar las sombras del pasado.
En Europa, que vive la segunda ola con particular virulencia, el Año Nuevo la encontró en medio de un nuevo ciclo de restricciones de circulación y reuniones.
En Alemania, que está confinada hasta el 10 de enero, la canciller Angela Merkel aprovechó su mensaje de Año Nuevo para alertar que la crisis del coronavirus se extenderá a 2021, a pesar de la llegada de las vacunas.
"Creo que no exagero cuando digo: nunca en los últimos 15 años habíamos encontrado el año viejo tan pesado y nunca, a pesar de todas las preocupaciones y cierto escepticismo, esperábamos el nuevo año con tanta esperanza", dijo Merkel.
En Gran Bretaña, donde se detectó una variante altamente contagiosa del virus y la mayoría de la gente está bajo estrictas restricciones, las autoridades llevaron a cabo una campaña de mensajes públicos en vallas publicitarias y en los medios de comunicación instando a la gente a "ver el Año Nuevo de forma segura en casa".
En Italia, el país europeo con el mayor número de muertes, bares, restaurantes y la mayoría de los comercios estaban cerrados y se estableció un toque de queda para la noche. Y en Francia, donde también rige un toque de queda nocturno, no se permitieron reuniones de más de seis adultos para cenar, pero sí se dispusieron pequeñas celebraciones.
De este lado del Atlántico, la bola debía caer en Broadway. Pero en vez de cientos de miles de neoyorquinos apiñados hombro con hombro en Times Square, célebre ícono del cambio de año, solo podían estar presentes un pequeño grupo preseleccionado de enfermeras, médicos y otros trabajadores esenciales y sus familias, manteniendo la distancia.
El alcalde de Nueva York, Bill de Blasio, dijo que se trataba de "la más conmovedora, la más emotiva Nochevieja". "En 2021, vamos a mostrar a la gente cómo se ve la recuperación, cómo se vuelve", aseguró.
Prohibiciones y toque de queda
De Brasil hasta Letonia, pasando por Francia, se desplegarán agentes de policía y soldados, en algunos casos, para garantizar el cumplimiento del toque de queda y la prohibición de reuniones.
En Dubai, miles de personas asistieron a un espectáculo de fuegos artificiales e iluminaciones láser en Burj Khalifa, la torre más alta del mundo, a pesar de un gran número de nuevos casos. Los asistentes deberán usar mascarilla y registrarse con un código QR.
En las orillas del lago Baikal en Siberia, donde las temperaturas caen hasta los -35 grados centígrados (-31 Fahrenheit), alrededor de una docena de rusos emergieron vigorizados después de un chapuzón en el hielo, en la víspera de año nuevo.
En Brasil, el segundo país más afectado del mundo, que ha registrado más de 193.000 muertes por covid-19, los médicos temen una nueva ola.
En los últimos días, en las redes sociales circulan videos de gente sin mascarilla y la televisión ha difundido imágenes de policías cerrando bares llenos de clientes.
"El pico de la pandemia fue entre mayo y julio, que fue cuando no había mucho movimiento y nos cuidamos más. Ahora hay muchos casos y la gente está actuando como si no hubiera una pandemia", dijo Luiz Gustavo de Almeida, microbiólogo de la Universidad de Sao Paulo.
Agencias Reuters, AP y AFP
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