Coronavirus: amenazan con suspender la reapertura de Nueva York por las infracciones
NUEVA YORK.- El sol todavía no se esconde. El reloj marca las 20, y en las calles de Greenwich Village, al sur de Manhattan, la vida transcurre como si los últimos tres meses nunca hubieran sucedido. Cientos de personas saltan de bar a bar -todavía no habilitados- en veredas que ya tienen montadas mesas para recibir a sus comensales. La postal, tan lejana a la que se veía hace tan solo días, despertó el enojo de las autoridades que ahora amenazan con dar marcha atrás con la reapertura de la Gran Manzana.
Como casi ningún otro lugar en el mundo, Nueva York sufrió el avance del coronavirus . Sus luces se apagaron, y su esencia festiva quedó transformada en las penumbras propias de una ciudad fantasma. Después de casi tres meses de desolación y muerte, la Gran Manzana finalmente apuesta a levantar el letrero de cerrado al público para otorgar una cuota de vieja normalidad a sus vecinos.
En el primer fin de semana de reapertura, algunos sectores de Nueva York protagonizaron escenas que nada tuvieron que ver con un contexto atravesado por una crisis sanitaria y social. Desde temprano, cientos de miles de personas -la mayoría, jóvenes- volvieron a adueñarse de zonas que desde hace meses solo acumulaban polvo para celebrar las altas temperaturas con masivas reuniones.
Según cifras reveladas por el gobernador Andrew Cuomo, el estado recibió al menos 25 mil reclamos de vecinos que -sorprendidos y ofuscados por el panorama- denunciaron a cientos de restaurantes e individuos en infracción de las normas que aspiran a evitar la propagación del virus.
"Quiero recordar a los restaurantes que violen la ley que pueden perder su licencia de licor, que las personas que incumplan también pueden ser multadas", dijo Cuomo, y remarco: "Las autoridades a nivel local deben hacer cumplir la ley". En esta primera fase de reapertura, los restaurantes y bares pueden ofrecer comida y bebidas para llevar, pero no mesas al aire libre. Esa instancia queda pendiente para la segunda fase, que se espera para este mes.
Don't make me come down there... https://t.co/OeVGMW7LEO&— Andrew Cuomo (@NYGovCuomo) June 13, 2020
Frente a este escenario que hace meses hubiera resultado normal y hoy se ve transformado en una imagen asociada al descontrol, Cuomo alertó que dará marcha atrás con la reapertura si los gobiernos locales no actúan. "Daré marcha atrás en las áreas que no están en conformidad con las reglas, donde los gobiernos locales no respetaron la ley. Estoy advirtiendo hoy que sus acciones tendrán consecuencias. No voy a hacer la vista gorda; Manhattan y los Hamptons lideran las zonas con violaciones de la ley", subrayó el mandatario estatal.
El último lunes, la ciudad de Nueva York se convirtió en la última región del estado en entrar en la fase 1 de reapertura. Esto significó que después de casi cien días de inactividad, los sectores de la construcción y la manufactura volvieron a arrancar. Además, algunos comercios fueron autorizados para vender sus productos al público, aunque solo para llevar. La mayoría de esas tiendas, sin embargo, continuaban cerradas y tapiadas hasta hoy después de que algunos grupos de personas vandalizaron los locales mientras miles protestaban por el asesinato de George Floyd a manos de la policía.
El aumento de personas en las calles, en principio por las protestas sociales y ahora por quienes cansados del encierro vuelven a las clásicas salidas, despertó alarmas en especialistas de salud pública, quienes han rogado hasta por las redes que todos los vecinos se hagan testeos para evitar un posible rebrote del virus. A diario, el estado de Nueva York realiza un promedio de 50 mil testeos diarios de coronavirus. El monitoreo constante del total de infectados y el rastreo de quienes hayan estado en contacto de esa persona son parte de la estrategia de las autoridades que nada quieren saber con un pronóstico similar al de los últimos meses.
En Estados Unidos , casi la mitad del país ha registrado un incremento en la propagación de casos después de haber empezado el proceso de reapertura. "Vemos la misma advertencia en todo el país", señaló Cuomo, quien remarcó que hasta ahora, los índices en Nueva York son señal de un camino bien direccionado, pero que podrían cambiar en tan solo una semana.
En Sheep Meadow, un predio de más de 6 hectáreas en Central Park, miles de personas se agolparon el domingo. A simple vista, solo un puñado vestía algún tipo de tapaboca o barbijo. Reuniones multitudinarias sin el más mínimo interés de respetar el distanciamiento social. La imagen se repitió también en Long Island, particularmente en la coqueta zona de los Hamptons.
Meses de esfuerzo comunitario para alcanzar el tan esperado momento de reapertura podrían verse eclipsados ahora por quienes no cumplen con los requisitos básicos para evitar contagios. Distanciamiento social, uso de tapabocas e higiene personal son tres herramientas clave que los especialistas señalan como la clave para controlar al virus que ha puesto al mundo en pausa.
Para muchos vecinos cuesta entender cómo algunos eligen ignorar las señales de advertencia que hoy se replican en todo el país. En abril, a diario se reportaba un promedio de 800 muertos diarios en Nueva York a causa del coronavirus. Ayer, se registraron 23 fallecidos, la cifra más baja desde marzo. Según datos revelados por la Universidad de John Hopkins, 31 mil personas han muerto en poco más de tres meses a causa del virus respiratorio.
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