Corina Machado sortea nuevas trampas del chavismo y sigue su masiva caravana
Las amenazas del gobierno de Nicolás Maduro no frenan el apoyo a la líder opositora que respalda al candidato González Urrutia para las elecciones presidenciales del 28 de julio
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BOGOTÁ.– “Tengo 24 horas tratando de explicar lo que está pasando aquí, pero no hay fotos ni videos que lo resuman. Vamos por las buenas, pero vamos hasta el final”, confesó María Corina Machado ante la multitud que la recibió este jueves en la ciudad andina de Trujillo, pese a las amenazas del gobernador chavista y las múltiples trampas que se extienden a su paso.
Un pueblo entero, al ritmo de sus mujeres y sus jóvenes, dejó claro otra vez que al huracán político encabezado por la líder opositora lo empujan los más humildes de una Venezuela profunda, devastada por la revolución bolivariana que todo les prometió y que casi todo les ha quitado. De nada sirvió la contraprogramación revolucionaria para desplazar el acto opositor, que es como tapar el sol con un dedo. A la misma hora, Nicolás Maduro recibía en Caracas a una delegación del Partido Comunista de China.
“¡Eres el futuro de nosotros, los jóvenes!”, la animó una jovencita en la llegada a Valera, a la carrera, ganando a otros cientos que se querían acercar. “¡Por mi hija, por mi hija, por favor!”, suplicó otro hombre a la vez que elevaba a su bebé por encima de su cabeza para acercarlo a la líder opositora.
Venezuela ha cambiado: la oposición transformó su desdicha en esperanza con fecha, el 28 de julio. Pese a las trampas urdidas por el régimen, que inhabilitó de forma ilegal e inconstitucional a la propia Machado, y bloqueó, sin dar una sola explicación, la candidatura suplente de la filósofa de 80 años Corina Yoris, la unidad opositora avanza hacia la fecha electoral con el aliento del pueblo y con su nuevo candidato, el diplomático Edmundo González Urrutia, sellando alianzas y apostando por ser el eje moderado para una transición tantas veces soñada.
“Tenemos un país entero que anhela el regreso de nuestros hijos, vamos a construir un gran país. Este proceso es de cada uno de ustedes, cada quien ha convertido esto en su propia causa”, concluyó Machado ante sus seguidores con el cartel de Edmundo en la mano, en otra de sus paradas.
La primera encuesta que incluye a González confirma que la guerra sucia, de momento, no ha calado entre la gente. Según Datin Corp, pese a que solo el 55% reconoce al candidato opositor, su ventaja es muy sustancial: Edmundo, 62%; Maduro, 20%.
La dimensión de este hito político, que ha forzado el paso atrás (solo uno, de momento) de los tradicionales aliados del chavismo en Colombia y Brasil, solo se explica desde su origen el año pasado, en la Venezuela más profunda y más herida. Fue en los Andes, en los llanos, en la frontera, en el oriente, donde creció la ola popular que alcanzó los barrios más populares de Caracas y sorprendió a la clase media capitalina, que también desea el cambio, pero que lo ve desde una posición más acomodada.
Es tal la euforia que se vive que el gigantesco sistema de propaganda del chavismo intenta responder a duras penas, aunque parezca imposible retomar la iniciativa. “Frente a la contundencia de las imágenes de la gira de Machado han apelado a todo tipo de argumentos que resultan, por decir lo menos, ingenuos. Es así como advierten a su militancia con acusaciones sobre efectos visuales armados por la oposición, gran angular en las cámaras, ediciones en los videos, contratación de bots y hasta algoritmos en redes sociales que ‘sobredimensionan’ la presencia opositora en la calle. Uno de los comentaristas del canal del régimen ha advertido, sin poder evadir una especie de resentimiento en su reflexión, que las elecciones no se ganan con likes en redes sociales”, subrayó a LA NACION el sociólogo Gianni Finco.
Pese a que no encuentra respaldo entre la gente, la guerra sucia golpea con fiereza a Machado y a su equipo. Hasta ahora eran seis los dirigentes de Vente Venezuela (VV) encarcelados por la policía política de Maduro, acusados de distintas conspiraciones. Pero en los últimos días se unió a ellos Víctor Castillo, dirigente de VV en el estado de Portuguesa, que acogió a Machado con un baño de masas.
Otra dirigente local, Ámbar Márquez, de la centrista Primero Justicia (PJ), corrió la misma suerte, además del emigrante Óscar Castañeda, recién llegado de Colombia. Sus palabras durante uno de los mítines de Machado conmovieron tanto a los presentes que el Servicio Bolivariano de Inteligencia (Sebin) se lo llevó preso horas después.
Otros seis colaboradores muy estrechos de Machado permanecen refugiados en la embajada de la Argentina en Caracas, bajo asedio de los agentes chavistas.
Hasta los hoteles donde hace parada la líder opositora son cerrados y multados. Los represores también persiguen a quienes aportan logística a los actos, que se deben improvisar en pequeñas tarimas o incluso camiones. En las horas previas a la llegada de Machado al pueblo de Sabana de Mendoza, uno de sus vecinos, que vive en España, aportó los dólares necesarios para el combustible de la planta de sonido. “Eso aquí está rudo. Y además, todo militarizado”, describió por WhatsApp uno de los organizadores.
Y gracias a múltiples apoyos parecidos, el huracán no deja de soplar.
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