Cori Bush: “Jamás pensé que viviría más allá de los 21 años”
El 9 de agosto de 2014, Michael Brown, un adolescente de 14 años, caminaba por la calle con un amigo. Caminaba tranquilo, aunque en Ferguson, San Luis, nada sería tranquilo después de esa noche. Cuatro balas disparó el policía Darren Wilson hacia Michael, desarmado. Cuatro horas de agonía después, Michael Brown falleció. Darren Wilson nunca fue procesado ni condenado y las protestas pidiendo justicia por Michael Brown sacudieron Misuri y el resto del país durante semanas. Aquel movimiento fue creciendo a raíz de otros crímenes raciales y hoy forma parte de uno mucho más grande, que se une bajo el lema Black Lives Matter.
A seis minutos del lugar en el que Michael Brown fue asesinado vive Cori Bush (44), enfermera y activista de San Luis, que competirá en elecciones internas del Partido Demócrata para representar en el Congreso al primer distrito de Misuri. Es la segunda vez que lo hace; perdió en la primera, aunque no era entonces una figura tan conocida como lo es hoy. Pero se podría decir que todo empezó aquel 9 de agosto.
Una diferencia horaria de dos horas es la que separa a Cori Bush de esta entrevista con la nacion revista. Y unos 8800 kilómetros. Entre que se pautó la charla y se confirmó, hubo más de 130 mil muertos por Covid-19 en su país (y más de medio millón en el mundo) y protestas que se expandieron en más de 50 estados, donde quedó expuesto el hartazgo de gran parte de la sociedad trabajadora estadounidense y el racismo sistémico.
Los Estados Unidos se ven atravesados por los miles de casos y muertes diarias del Covid-19, además de las múltiples protestas que fueron surgiendo a raíz del asesinato de George Floyd. ¿Cómo lo estás viviendo?
Es difícil, porque no es que la vida era genial acá en Estados Unidos antes del coronavirus. Entonces, sumarle la pandemia y cómo afectó a toda la población que ya era vulnerable en muchas áreas, es complejo. Además, se suma el hecho de que tenemos un presidente que jamás estuvo del lado de las personas negras y marrones en este país. Entonces, cuando tenés a un oficial de policía que asesina a un hombre injustamente en la calle, incluso con lo que pasó con Breonna Taylor –otra mujer asesinada por crimen racial– es muy difícil, sobre todo para muchos de nosotros que venimos de lo que pasó en Ferguson. Muchos de nosotros no pudimos tratar el estrés postraumático que nos quedó con todo eso que pasó, y lo estamos reviviendo todo. Ahora decimos black lives matter específicamente porque las vidas de las personas negras y marrones están en peligro. No hay razón para tener miedo por mi propia vida, pero sí por la de mi hijo, que tiene 20 años y todos los días temo por él. Prefiero que mi hijo viaje en un taxi o o en remise a que maneje o camine por la calle, porque tengo miedo de lo que le pueda llegar a pasar.
Todo lo que viene sucediendo con el manejo de Trump durante la pandemia y las protestas, ¿será un punto de quiebre para él en vista de las elecciones presidenciales? ¿Le costará votos de su base electoral?
Honestamente, no lo creo. Porque a sus bases no les importaba lo que les sucedía a las personas negras antes de que él asumiera, y ahora tampoco. El racismo no es un tema que les interese. Aman a Trump y seguirán apoyándolo. Los racistas en Estados Unidos aman a Trump, pero no hemos visto ese nivel de lealtad con la persona que competirá contra Trump, que es Joe Biden. Vemos que algunos lo apoyan, pero no tiene un gran movimiento como sí lo tenía Bernie Sanders. La gente, el progresismo ama a Bernie y quiere elegir a alguien con esas mismas políticas. A eso se enfrentará Joe Biden, a todo un movimiento que no necesariamente lo apoya.
En su casa, donde vive con su hija y su hijo, Cori pasa sus días como activista, organizadora de su comunidad y preparándose para la contienda electoral que será el 14 de agosto, donde se enfrentará con William Lacy Clay Jr., congresista demócrata que lleva más de ocho períodos en el cargo.
La vida en Misuri no es fácil para la clase trabajadora, y ciertamente no lo fue para Cori. En San Luis pasaron de tener una tasa de desempleo de 5% en 2001 a 13%, diez años después. "Sé lo que es estar luchando por un plato de comida, lo que es tener hambre y no tener un seguro de salud. Sé lo que es perder familiares a manos de la violencia policial", dice Cori. Ella se pagó sus estudios en la carrera de enfermería y durante un tiempo oscuro fue víctima de violencia de género. Se quedó sin nada y tuvo que reconstruir su vida, mientras criaba a dos hijos sola.
"Jamás pensé que viviría más allá de los 21 años, porque atravesé muchas situaciones difíciles. Nunca pensaba más allá de los 21, sabía que quería ser enfermera, pero nada más –cuenta–. Me metí en la política después de la muerte de Michael Brown, porque vi que las cosas que no deberían estar pasando en mi ciudad, estaban sucediendo".
En aquellas semanas en las que Ferguson se convirtió en el centro de las protestas contra la brutalidad policial, Cori salió a la calle como enfermera –trabaja en un hospital como jefa de enfermería y atiende personas en situación de calle– a cuidar de los heridos y ayudar a sus vecinos. El caos reinaba en las calles de Misuri, y no había paños fríos que sirvieran.
Hoy, tanto Cori Bush como Alexandria Ocasio-Cortez e Ilhan Omar, entre otras, son las nuevas caras del progresismo pujante que arrastra a la juventud al escenario político y busca cambiar las bases del Partido Demócrata, desgastado tras la crisis de 2008 y la derrota de Hillary Clinton en las últimas elecciones presidenciales. Ahora, Joe Biden es el candidato luego de que Bernie Sanders –a quien Cori apoya fervientemente– quedara fuera de competencia.
"Está por verse si Biden puede canalizar el voto demócrata. Ahora estamos escuchando y esperando a ver qué sucede. Todavía tiene que compensar algunas cosas del pasado, dichos y cosas que hizo, así quizá la gente puede empezar a apoyarlo. Los jóvenes tienen muchas causas por las que pelean: la atención médica universal, la lucha contra el cambio climático. Él tendrá que incorporar a todo ese gran sector que apoya a Bernie", advierte.
Elecciones a la vista
En noviembre próximo, Trump disputará la reelección en un contexto donde crece su imagen negativa ante la reacción por la pandemia de Covid-19, las protestas que se mantienen y los inesperados problemas económicos. "Las encuestas indican que Biden está adelante por 14 puntos, una diferencia abismal. Cambió el panorama electoral, pero hay que tomarlo con prudencia, porque a Hillary también le daban altas las encuestas", dice Leandro Morgenfeld, investigador del Conicet y autor de los libros Bienvenido Mr. President (2018) y Relaciones peligrosas: Argentina y Estados Unidos (2012). "Lo que están indicando hoy las encuestas es que se generó una ruptura dentro del Partido Republicano. Su secretario de Defensa, Mark Esper, y su exsecretario de Defensa James Mattis ("Trump es el primer presidente que he conocido que no intenta unir al pueblo estadounidense", declaró una vez fuera de sus funciones) se manifestaron en contra de su accionar. Y Colin Powell, hombre de peso en el escenario político y exsecretario de Estado de Bush, directamente dijo que iba a votar por Biden. Mientras tanto, siguen las protestas muy fuertes en Washington, donde se arman asambleas en las calles".
Según Morgenfeld, la gran duda es cuánta gente irá a votar. El investigador destaca, en ese sentido, el rol que pueden jugar los jóvenes. "Para el acto de Tulsa, donde Trump esperaba que asistiera un millón de personas y fueron apenas 6000, hubo una campaña de tiktokers y k-popers (fans del pop coreano) para boicotear el acto. Fue un gran golpe en su base electoral. En definitiva, creo que esta elección será un referéndum sobre Trump. Despierta tan poco entusiasmo Biden que, si se llegaran a sumar los jóvenes, (el demócrata) puede ganar por el voto en contra de Trump. Ningún presidente con estos números logró una reelección, pero es muy difícil hacer un pronóstico ahora". Y agrega: "La masividad de las protestas tocó la fibra de la ciudadanía norteamericana. La lucha contra el racismo logró un nivel de conciencia y legitimidad política, ya no son protestas aisladas por casos particulares. Se mantienen en el tiempo y no menguaron".
En Estados Unidos, una persona negra tiene tres veces más posibilidades de ser asesinada por la policía que una persona blanca. Y en el 99% de los casos de violencia policial y racial, no hubo condena ni se procesaron a los policías. Naná Akieme es una abogada española de origen ecuatoguineana, que se dedica a la recuperación de la identidad africana en distintas sociedades y a cuestiones raciales. Para ella, "el problema está en que cuanto los jueces tienen a una persona negra adelante, no la van a juzgar igual que a una persona blanca: ante los mismos hechos, a un blanco no lo condenan o le dan una pena mínima, en cambio a un negro lo condenan de por vida. Y el mayor problema está en las personas que ocupan cargos en las instituciones de los Estados Unidos, donde aún no reconocen la igualdad".
Akieme define al racismo como "una pandemia sistémica que se ha perpetuado en el mundo occidental. Nosotros, los que hemos sufridos las consecuencias del imperialismo, siempre estamos en desventaja. En un primer momento nos esclavizaron, luchamos por tener la libertad y después nos colonizaron y nunca hemos parado de luchar contra el racismo; nos han cambiado la etiqueta, pero el daño es el mismo. Al final somos comunidades a las que no se nos permite vivir en condiciones de dignidad: sigue existiendo la ideología del sometimiento".
¿Qué análisis hace de lo que está sucediendo con los crímenes raciales en Estados Unidos?
En Estados Unidos hay un problema muy grave de racismo, ideológico por todo el sistema de esclavismo y colonialismo. Entonces, está claro que se crea una ideología donde se hace ver que los negros son inferiores, y luego, cuando a los negros se les reconoce derechos, no se les hace una labor pedagógica para que la gente se quite esa ideología que cree que una parte de la sociedad es inferior. El problema también es que las personas que ocupan cargos en las instituciones tienen esa ideología, aplican la ley, pero no con objetividad, sino amparándose en su ideología racista. Son las personas que conforman las diferentes instituciones. Pueden desmantelar una organización criminal como Ku Klux Klan, pero no atacan el racismo de raíz, solo hay paliativos. La mentalidad es la misma, la idea de que los negros estamos por debajo de los blancos no es solo de Estados Unidos, es de todo el mundo occidental. Entonces, está la desventaja que tenemos los que sufrimos el racismo: no hemos podido crear instituciones de poder, sino que pedimos que nos protejan las mismas instituciones que nos han oprimido durante siglos.
A la conquista del Congreso
La imagen recorrió el mundo: un grupo de mujeres latinas, negras, musulmanas, entrando con paso decidido al Congreso luego de arrasar en las elecciones de sus distritos, en 2018. La imagen, además, generó esperanza de cambio en la política estadounidense, tradicionalmente conservadora, alineada con el establishment. Las mujeres que ingresaron tenían un común denominador: todas pertenecen a la clase trabajadora, la que se vio sumamente afectada por el crack económico de 2008 y cuya herida y desconfianza en el sistema nunca cerró. En esa camada, Alexandria Ocasio-Cortez, Ilhan Omar y Ayanna Pressley abrieron debates y generaron discusiones de temáticas olvidadas por la casta política. Cori Bush fue una de las que participó en ese movimiento, compitiendo contra Clay, perteneciente a una familia que parece haberse perpetuado en el poder en San Luis. Dos años antes, con la asunción de Trump, el repudio entre las mujeres fue enorme y se hizo la primera movilización masiva en todos los estados: miles y miles de mujeres protestaron contra el nuevo presidente. Esa sería la semilla de lo que vino después.
¿Por qué competiste en las elecciones por primera vez y por qué ahora nuevamente?
La primera vez me pidieron competir e inicialmente me negué porque pensaba: ¿por qué haría esto, competir contra un candidato afroamericano que además es demócrata? No quería hacerlo, pero después pensé en todos esos días en Ferguson cuando fueron los levantamientos, y en qué tan a menudo nuestro representante no hace nada, o no hace lo suficiente por el distrito. Cuando fueron los levantamientos, no hizo nada, no se presentó, no estuvo con nosotros que pusimos nuestras vidas en ese momento. Y también pensé en mi hijo, que en aquel entonces tenía 14 años, era alto y con bigote, y caminaba con una campera con capucha y auriculares, y por usar una capucha un oficial podría frenarlo y herir a mi hijo por cómo se veía. Entonces, yo tenía que hacer algo. Porque no puedo después decir "tendría que haber hecho algo".
Competís contra la familia Clay, que está hace mucho en el poder en Misuri y también es demócrata. ¿Por qué no hubo cambios en todo este tiempo?
Porque algunos juegan con la política, donde juegan bien con las corporaciones y lobistas. Por eso no mejora la situación, especialmente en mi distrito. Es una familia que está desde los 60, la gente no piensa que podemos tener algo mejor. También hay mucha nostalgia, porque el padre de William Lacy Clay fue electo en 1969, y ser un hombre negro electo en el Congreso fue muy importante. Me dijeron que él sí luchó por derechos civiles, entonces la gente es leal a su hijo por lo que hizo el padre.
En el documental Knock Down the House [A la conquista del Congreso, de 2019] se cuenta tu historia, junto con las de Alexandria Ocasio Cortez, Amy Vilela, y todo el conjunto de mujeres que se postularon por primera vez. ¿Cómo fue ser parte de un movimiento que se gestó desde abajo?
Cuando viví eso, no me di cuenta de que un movimiento estaba creciendo. Nos apoyamos entre nosotras y peleamos para lograr cambios en nuestros distritos, pero aún en 2018 muchas mujeres se postularon porque los derechos de las mujeres se veían en peligro con la llegada de Trump. Trabajamos juntas y cuando pasaron las elecciones legislativas, y después del documental, recibí mensajes de todo el mundo de parte de mujeres que me dijeron: "Me inspiraste a postularme en mi distrito o en mi país". Ver eso y ver todas las mujeres que se están postulando ahora en 2020... No te das cuenta de que estás en un movimiento histórico cuando lo estás viviendo. La historia se está escribiendo ahora. Eso es lo mismo que muchas de nosotras estamos haciendo, tratando de hacer lo correcto.
De llegar al Congreso, Cori estaría en línea con las demócratas de la Cámara de Representantes que, según la definición que usó Alexandria Ocasio Cortez, se las conoce como The Squad (El escuadrón) y se han ganado la enemistad con Donald Trump. Por ahora, en Misuri falta muy poco para las elecciones. Cori se levanta todos los días, agarra sus carteles y panfletos y va puerta por puerta por las casas de su distrito. Recuerda, además, los nombres: Michael Brown, Breonna Taylor, George Floyd, Philando Castile, Stephon Clark y tantos otros que no alcanzan los panfletos.
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