Corea del Norte se desliga del ataque a Sony
El gobierno calificó las acusaciones de EE.UU. como "calumnias" y pidió una investigación conjunta
SEÚL.- En medio de la polémica por el ciberataque a Sony, Pyongyang rompió el silencio. El gobierno de Corea del Norte calificó ayer las acusaciones de Estados Unidos sobre su responsabilidad en el hackeo para cancelar el estreno de una película como "calumnias sin base" y exigió una investigación conjunta con Washington.
La agencia oficial del régimen KCNA emitió un comunicado en el que un vocero del Ministerio de Asuntos Exteriores, que no dio su nombre, dijo que habría "graves consecuencias" si Washington rechazaba el ofrecimiento y continuaba con las acusaciones.
El presidente estadounidense, Barack Obama, culpó anteayer a Pyongyang por el ataque a las redes de la productora de cine, que llevó a la cancelación del estreno de The Interview, una comedia que gira en torno al asesinato del líder de Corea del Norte, Kim Jong-un.
En su primera respuesta a estas acusaciones, el gobierno norcoreano aseguró que podía probar que no estuvo involucrado en el ataque informático masivo.
"Proponemos el comienzo de una investigación conjunta con los Estados Unidos, en respuesta a las calumnias sin base alguna vertidas desde allí para movilizar a la opinión pública", dijo el vocero de Corea del Norte.
"Si los Estados Unidos rechazan nuestra propuesta de investigación, y continúan hablando de llevar a cabo algún tipo de respuesta inmiscuyéndonos en este caso, debemos advertir de que habrá graves consecuencias", sentenció.
El FBI norteamericano anunció que Corea del Norte estaba detrás del ataque sufrido por Sony y acusó que las acciones del gobierno de Pyongyang estaban "más allá de las líneas del comportamiento correcto de un Estado".
Obama dijo que Corea del Norte había actuado por sí misma, sin ayuda. Washington estableció contactos con Japón, China, Corea del Sur y Rusia en busca de ayuda.
Japón y Corea del Sur ya ofrecieron su colaboración mientras que China, el mayor aliado de Pyongyang, aún no se pronunció, pero un periódico de Pekín dijo que The Interview no era una película de la que Hollywood y la sociedad americana pudieran estar orgullosos.
"La burla despiadada de Kim Jong-un es sólo el resultado de una absurda arrogancia cultural", dijo el periódico.
Es la primera vez que Estados Unidos acusa directamente a otro país de un ciberataque de esta magnitud en suelo norteamericano, y podría desencadenar una nueva confrontación entre dos rivales como Washington y Pyongyang.
Obama dijo que hubiera deseado que Sony hubiese hablado con él antes de cancelar la película, sugiriendo que la actuación de la compañía puede haber sentado un mal precedente.
"Creo que se equivocaron", declaró.
El presidente ejecutivo de Sony Pictures, Michael Lynton, insistió en que la compañía no capituló ante los hackers, y que sigue buscando plataformas alternativas para presentar la película.
Esta semana, un vocero de la empresa dijo que Sony aún no tenía ningún plan para estrenar el filme protagonizado por Seth Rogen y James Franco, que costó más de 44 millones de dólares.
A pesar de la advertencia de Obama a Corea del Norte, sus opciones para responder al ataque parecen escasas.
Corea del Norte es blanco de las sanciones estadounidenses desde hace más de 50 años, pero éstas tuvieron muy poco efecto en las políticas de Pyongyang sobre derechos humanos o el desarrollo de armas atómicas. El Estado norcoreano se convirtió en un experto a la hora de ocultar sus, a menudo, ilegales actividades económicas, evitando durante mucho tiempo los bancos tradicionales.
El FBI aseguró que los análisis técnicos sobre el software usado para hackear las redes de Sony encontraron conexiones con programas desarrollados por "actores norcoreanos", encontrando una "coincidencia significativa" con "otras actividades maliciosas en la red" relacionadas previamente con Pyongyang.
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