Contra viento y marea, comenzó la misión del papa Francisco para intentar frenar la guerra en Ucrania
El cardenal Matteo Zuppi, su enviado especial, visita Kiev este lunes y martes; el objetivo, “posibles vías para alcanzar una paz justa y sostener los gestos de humanidad que contribuyan a aliviar las tensiones”
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ROMA.- Ya comenzó la misión del papa Francisco para intentar detener la guerra en Ucrania: el cardenal italiano Matteo Zuppi, su enviado especial y presidente de la Conferencia Episcopal Italiana, ya hoy y mañana estará en Kiev, anunció esta mañana el Vaticano.
“Se trata de una iniciativa que tiene como objetivo principal escuchar en modo exhaustivo a las autoridades ucranianas sobre las posibles vías para alcanzar una paz justa y sostener los gestos de humanidad que contribuyan a aliviar las tensiones”, destacó un comunicado de la Sala de Prensa de la Sante Sede, que intentó bajar cualquier expectativa.
Todo el mundo sabe, en efecto, que la misión de paz del Papa –que él mismo reveló a fin de abril, al regresar de Hungría, sorprendiendo a todos-, se da contra viento y marea. Ucrania está a punto de lanzar una gran contraofensiva para recuperar los territorios ocupados por Rusia, ha habido la semana pasada ataques en territorio ruso y parece imposible una tregua.
Además, mientras se descuenta que el cardenal será recibido en Kiev por el presidente ucraniano, Volodimir Zelensky, que fue recibido por el Papa el 13 de mayo en el Vaticano, parece más que difícil que pase lo mismo con el presidente ruso, Vladimir Putin, cuando se de la segunda etapa de la misión, en Moscú.
De hecho, el vocero del Kremlin, Dimitri Peskov, aseguró este lunes que Putin no tenía al momento en agenda ningún encuentro con el cardenal Zuppi, según la agencia Tass.
Desde que comenzó la agresión rusa a Ucrania, el 24 de febrero de 2022, hasta ahora, pese a sus intentos, el Papa nunca logró comunicarse en forma directa con el presidente ruso. Nunca pudo hablar por teléfono con él, a diferencia de con Zelensky .
Cuando estuvo en el Vaticano, Zelensky le pidió al Papa colaborar con uno de los puntos humanitarios de su fórmula de paz: la repatriación de los miles de niños ucranianos deportados a Rusia. Pero dejó en claro que no había lugar para ninguna mediación del Vaticano, visto que consideraba imposible negociar con alguien como Putin.
“Con todo el respeto por Su Santidad, no necesitamos mediadores entre Ucrania y el agresor, necesitamos una paz justa y nosotros deberemos hacer el resto”, afirmó Zelensky, en una entrevista con medios italianos posterior a la audiencia papal.
Tanto es así que el cardenal Pietro Parolin, secretario de Estado del Vaticano y número dos del Papa, admitió la semana pasada, en una entrevista con el Corriere della Sera, que la misión pontificia “no tiene como objetivo inmediato una mediación”, sino “crear una atmósfera distinta, un clima que ayude a todos a encaminarse hacia una solución pacífica”.
“Ante todo, significa entrar en una perspectiva de paz, porque hasta ahora se habla sólo de guerra y de una solución militar, lo que el papa Francisco definió la ‘lógica de guerra’. Quizás se trata de cambiar un poco este paradigma yde pensar de modo diferente”, dijo Parolin, jefe máximo de la diplomacia vaticana.
“Nadie tiene soluciones concretas, porque entiendo que hay muchos elementos en juego que son difíciles de juntar: el respeto del derecho internacional, el respeto de las fronteras internacionalmente reconocidas, el principio del derecho y no la fuerza de las armas… Es decir, hay muchas cosas que componer, pero se trata también de colocarse en una perspectiva de paz. Bueno, si nos ponemos en esta perspectiva, creo que podrán también encontrarse soluciones concretas”, añadió.
Zuppi, de 67 años y arzobispo de Bologna, junto a la comunidad católica de San Egidio, considerada una diplomacia paralela del Vaticano, tuvo un rol clave en las negociaciones para frenar la guerra civil de Mozambique en 1992. Al frente ahora de una misión también considerada imposible, recientemente recordó que el objetivo es “contribuir a aflojar las tensiones del conflicto en Ucrania”, en el cual el Papa, destacó, está involucrado “hasta las lágrimas”.
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