Londres, paralizada por el caos y la violencia juvenil
El gobierno ordenó desplegar 16.000 policías en la capital; choques en varias ciudades más
LONDRES.- Como si se tratara de una guerra, aún en estado de shock por una revuelta social que anteayer alcanzó su ápice en la jornada más violenta y caótica que nadie recuerda que haya tenido este país, entre el ulular de sirenas y el terror de la gente, Londres se preparaba para enfrentar anoche probables nuevos incidentes. En la calle habían tomado posición 16.000 policías, el mayor despliegue dispuesto por Scotland Yard en toda su historia.
"Estamos preparándonos para nuevos desórdenes masivos, aunque esperamos equivocarnos", dijo Stephen Cavanagh, uno de los jefes de la policía metropolitana. Esta fuerza fue puesta en el banquillo por haberse virtualmente "rendido", anteanoche, cuando Londres literalmente ardió y fue dejada a merced de bandas de jóvenes encapuchados que pusieron de rodillas a decenas de barrios de la capital británica.
Más allá del despliegue policial y la promesa del primer ministro, David Cameron, de una "restauración del orden", la violencia, que comenzó el sábado pasado en Tottenham después de una protesta por la muerte de un hombre por parte de la policía, parecía no tener fin.
Anoche, de hecho, se propagaban como mancha de aceite los incidentes y saqueos -protagonizados siempre por jóvenes encapuchados- en las ciudades de Manchester, Salford, Wolverhampton, West Bromwich y, por segundo día consecutivo, Birmingham.
En Londres era palpable el miedo a otra noche de terror. Muchos negocios cerraron por orden policial antes de lo normal, y algunos teatros chicos, no los del West End, suspendieron sus funciones. Por otra parte, las autoridades decidieron aplazar el partido amistoso que se iba a jugar hoy entre Inglaterra y Holanda, en Wembley. Por segundo día, consciente de que se trata de bandas de chicos y chicas con BlackBerry que se ponen de acuerdo para juntarse y asaltar determinados puntos de la ciudad, Scotland Yard llamó a los padres a retener a sus hijos en casa. Entre las más de 685 personas detenidas desde el sábado (más de 300 sólo anteanoche), figura un chico de 11 años. Además, unos 111 policías resultaron heridos en los incidentes.
También se contabilizó el primer muerto de la revuelta: un joven de 26 años hallado baleado en un auto en Croydon, mientras anoche un hombre de 60 luchaba por su vida después de haber sido golpeado por una banda en Ealing. Con las prisiones de la capital que no daban abasto, la policía también reclamó a los londinenses ayuda para identificar a los delincuentes grabados en acción por las videocámaras instaladas en toda la ciudad.
Mientras tanto, la comisión independiente encargada de la investigación sobre la muerte de Mark Duggan señaló ayer que no "hay pruebas por ahora" de que el hombre cuyo deceso provocó los actuales disturbios haya disparado contra las fuerzas del orden.
En un clima de incredulidad entre los británicos, que jamás pensaron que un caos de semejante magnitud pudiera desencadenarse de un día para el otro, destapando una frustración social explosiva, se contaban los daños millonarios dejados por la peor noche de violencia jamás registrada en Gran Bretaña, un verdadero desastre para las compañías de seguros.
Los choques que habían comenzado en pleno día en el barrio de Hackney, en efecto, se fueron multiplicando como si se tratara de una película de terror. Con la policía y los bomberos desbordados por una situación evidentemente fuera de control, fueron víctimas de una "orgía de violencia" -como describían los medios- casi todos los barrios de Londres.
Clapham, Ealing, Dalston, Peckham, Woolwich, Islington, Merton, Streatham, Camden, Enfield, Barking, Manor Park, Chingford, Loughton, Ponders End, Bromley, Croydon e incluso el coqueto Notting Hill. Allí, The Ledbury, un restaurante que ostenta dos estrellas de la prestigiosa guía Michelin, fue atacado por encapuchados que irrumpieron en el comedor y se llevaron joyas y celulares de los clientes, hasta que los cocineros los echaron a patadas.
En la noche de infierno que vivió Londres, en la que sobran relatos casi desopilantes sobre pandillas aterrando gente con machetes y cuchillos, asaltando y destrozando ómnibus, locales, negocios y cajeros, la policía recibió más de 20.000 llamadas de emergencia, cuatro veces más de lo habitual.
Anoche, en el centro de Manchester, un auto de la BBC equipado con material para conexiones radiales fue incendiado, mientras una estación de policía de Nottingham, en la región de East Midlands, fue atacada con botellas incendiarias por un grupo de unos 40 manifestantes.
Los barrios londinenses afectados por la violencia, cortados y vallados por la policía, ayer parecían zonas de guerra. En medio de ruinas aún humeantes se veían edificios quemados, esqueletos de autos incendiados, vidrieras de supermercados hechas pedazos y reemplazadas por planchas de madera, resabios de la guerrilla urbana y del saqueo por doquier.
Mientras decenas de personas sacaban fotos después de peregrinar hasta allí en el tradicional turismo morboso, también había quienes habían llegado para dar una mano y ayudar a limpiar.
Si las redes sociales como Twitter y Facebook, y el chat de BlackBerry, fueron utilizados para "incendiar" Londres, ayer, en un virtual contraataque, volvieron a servir para juntar a brigadas de voluntarios que, con escobas y palas, ayudaron a limpiar y poner las cosas en su lugar, casi como un desafío a los vándalos (ver Pág. 3). Y en lo que podría anticipar un caos aún mayor, Stephen Lennon, líder del grupo ultraderechista Liga de Defensa Inglesa, dijo que unos 1000 miembros de su organización se disponían a salir a las calles para intentar imponer el orden.
"Descenso al infierno", "Anarquía en Gran Bretaña", "Caos en Londres" titulaban los matutinos, que publicaban fotos estremecedoras, como la de un chico que se llevaba una canasta de supermercado llena de cosas. Algunos testigos contaban haber visto chicas probándose tranquilamente algunos pares de zapatos en medio de los negocios saqueados.
En un duro discurso desde Downing Street, el primer ministro David Cameron, que interrumpió sus vacaciones en Italia, prometió "restaurar el orden", ordenó el despliegue de 16.000 policías y anunció que había convocado al Parlamento -de vacaciones- para mañana, para analizar la situación. Además, autorizó el uso de "cualquier medio" para frenar la violencia.
Cameron condenó las "enfermizas escenas de gente saqueando, robando y destrozando". Y amenazó directamente a los protagonistas de los desórdenes: "Sentirán la fuerza plena de la ley. Si ustedes son lo suficientemente grandes para cometer estos crímenes, son lo suficientemente grandes para enfrentar su castigo".
El alcalde de Londres, Boris Johnson, que también debió suspender sus vacaciones y volver de urgencia, en tanto, fue abucheado por los vecinos de Clapham Junction, una de las zonas arrasadas. "¿Dónde estaba anoche la policía para protegernos?", le gritaban los enfurecidos vecinos.
En el centro de la ciudad, siempre repleto de turistas ajenos a la revuelta social, reinaba un clima tenso, diferente. "Los policías son unos cobardes. Deberían ametrallar a estos pandilleros", dijo a La Nacion un quiosquero de Kensington High Street. Anoche, era evidente allí la mayor presencia policial y la ausencia de gente. Como si Londres estuviera en guerra.
LAS CLAVES DE UN ESTALLIDO INESPERADO
¿Cómo se originaron los disturbios?
Los incidentes comenzaron el sábado en el barrio de Tottenham, cuando una marcha de protesta por la muerte de un hombre negro de 29 años (Mark Duggan) por disparos de la policía derivó en violentos incidentes.
¿Cuáles son las versiones sobre la muerte de Duggan?
Hay versiones contradictorias. En principio, se dijo que el joven estaba armado y murió en un intercambio de disparos. Pero Scotland Yard informó ayer que no hay pruebas de que Duggan haya abierto fuego contra los policías.
¿Qué tipo de barrio es Tottenham?
Es un distrito conflictivo que arrastra desde los 70 problemas económicos, raciales y sociales. Grupos étnicos de muchos países y con un bajo nivel socioeconómico conviven allí.
¿A dónde se extendieron los incidentes?
A otros barrios de Londres, y a ciudades como Birmingham, Manchester, Liverpool, Leeds, Bristol y Oxford.
¿Qué papel han tenido las redes sociales en las protestas?
Los manifestantes se organizaron a través de Twitter, Facebook y, sobre todo, la mensajería móvil de BlackBerry Messenger.