Conflicto nuclear: Por qué la India y Paquistán están siempre al borde de la guerra
El 14 de febrero de este año, el grupo jihadista Jaish-e-Mohammed (JeM) provocó un atentado en el estado indio de Jammu y Cachemira que mató a 44 soldados. Como respuesta, el Ejército indio sobrevoló ayer territorio paquistaní con el objetivo de bombardear el campo de entrenamiento más grande del JeM, en lo que el gobierno llamó un "ataque preventivo" para acabar con el terrorismo. Mientras que India sostiene que "eliminó" numerosos insurgentes, Paquistán dice que el ataque no causó daños ni bajas pero prometió defenderse. Y así fue.
Hoy el vocero del Ejército paquistaní, el general Asif Ghafoor, afirmó haber derribado dos aviones indios en su espacio aéreo, que habían "violado" la línea de control que sirve como frontera de facto entre las dos potencias nucleares. Además, confirmó que los militares capturaron a uno de los pilotos indios y otros dos se encuentran en la zona.
Pese a esta nueva escalada de violencia, el conflicto entre India y Paquistán no es nuevo. Ambas potencias nucleares son parte de una disputa internacional que lleva más de 70 años.
Una partición traumática
En 1947, los británicos se fueron de la India, proclamando el final de la era imperial. Reino Unido entregaba la que era considerada la "joya de su corona" y dejaba no uno, sino dos países que se autogobernarían. Una división que conllevó una de las peores tragedias del siglo XX.
India era el hogar de casi 400 millones de personas; la mayoría eran hindúes. Los musulmanes eran alrededor de un cuarto de la población. Nehru, el primer ministro de India, se mostró en contra de dividir el país con fronteras basadas en la religión. Pero Jinnah, quien se convirtió en gobernador general de Paquistán insistió en que los musulmanes necesitaban su propio Estado.
Lord Mountbatten, quien estaba relacionado con la familia real británica, fue el encargado de dividir la antigua colonia. Y decidió que debía hacerse rápido. La línea divisoria fue trazada en solo cinco semanas, trabajando todos los días de agosto de 1947.
Paquistán y luego India celebraron su independencia. Dos días después cuando fue hecho el anuncio de la ubicación exacta de la frontera, nadie quedó contento. Jinnah se quejó de que le habían dado un Paquistán partido: dos pedazos separados por 2000 kilómetros de territorio indio entremedio.
La eterna pelea por el valle de Cachemira
Las relaciones entre India y Paquistán nunca se recuperaron del trauma de la división. Los dos países reclaman desde entonces como suyo el estado de Cachemira, que se encuentra actualmente dividido entre India, Paquistán y China. El valle de Cachemira es una región muy fértil y de mayoría musulmana.
Según el plan de reparto contemplado por el Acta de Independencia de la India, Cachemira podía elegir libremente si ser parte de India o de Paquistán.
Pero cuando en 1947 el gobernante local, marajá Hari Singh, eligió a India, estalló una guerra que duró dos años.
Una nueva guerra le siguió en 1965 y, en 1999 India también se vio envuelta en un breve pero intenso conflicto con tropas rebeldes supuestamente apoyadas por Paquistán. Para esa época ambos países ya se habían declarado a sí mismos potencias nucleares.
La independencia de Bangladesh
En 1971, Paquistán del este se transformó en la nación independiente de Bangladesh. En la carrera por la independencia se desataron varios enfrentamientos entre hindúes y musulmanes, pero nadie esperaba el caos que surgió de la división. Más de 12 millones de refugiados debieron salir de un país a otro.
Entre medio y un millón de personas de ambas comunidades terminaron muertas y decenas de miles de mujeres fueron secuestradas.
Los grupos separatistas
Muchos de los habitantes del territorio no quieren ser gobernados por India y prefieren ya sea la independencia o una unión con Paquistán.
Más del 60% de los habitantes del estado indio de Jammu y Cachemira profesan la fe islámica, lo que lo convierte en el único estado del país donde hay una mayoría de musulmanes.
Las altas tasas de desempleo y las denuncias de violencia excesiva por parte de las fuerzas de seguridad que se enfrentan a manifestantes e insurgentes armados también agravaron el problema.
La insurgencia violenta en Cachemira existe desde 1989 con periodos de mayor y menor intensidad, pero la región estuvo viviendo una nueva ola de violencia a raíz de la muerte del líder militante Burhan Wani en julio de 2016.
Wani, de 22 años, tenía una presencia muy activa en redes sociales y, para muchos, sus videos habían logrado revitalizar y legitimar a los militantes. Su muerte en combate contra las fuerzas de seguridad indias provocó gigantescas protestas en todo el valle. Miles de personas asistieron al funeral de Wani, que se celebró en su pueblo natal, Tral, ubicado a unos 40 kilómetros al sur de la capital del estado de Jammu y Cachemira, Srinagar.
Luego del funeral se registraron choques con las fuerzas de seguridad que desencadenaron un círculo de violencia letal que duró días y dejó más de 30 civiles muertos y numerosos heridos. Desde entonces, diversos episodios de violencia esporádica se produjeron en el estado.
En total, más de 500 personas murieron en 2018, incluyendo civiles, miembros de las fuerzas de seguridad y militantes. Esa es la cifra anual más alta en una década.
Y la muerte de 44 soldados indios en un ataque suicida en febrero de 2019 -el ataque individual más letal desde el inicio de la insurgencia hace tres décadas- complicó las cosas más todavía. India acusa del ataque a grupos de militantes apoyados por Paquistán y afirmó que hará todo lo posible por aislar internacionalmente a Islamabad.
Aviones indios también atacaron a grupos militantes en territorio paquistaní, complicando aún más una situación ya muy tensa. Esto causó otra respuesta violenta de Paquistán cuando hoy derribó dos aviones del país vecino y capturó a un piloto.
La paz frustrada
Efectivamente, luego de años de derramamiento de sangre a lo largo de la frontera de facto también conocida como "Línea de control", en 2003 India y Paquistán acordaron un cese del fuego.
Luego Paquistán también prometió dejar de financiar a los insurgentes en su territorio, mientras India les ofreció una amnistía si renunciaban a su militancia.
En 2014, sin embargo, un nuevo gobierno llegó al poder en la India y prometió una postura más dura en relación con Paquistán, aunque también demostró interés en posibles conversaciones de paz.
Nawaz Sharif, el entonces primer ministro de Paquistán, también asistió a la toma de posesión de su par indio Narendra Modi. Pero un año después, India culpó a grupos con sede en Paquistán de un ataque a su base aérea en Pathankot, en el estado norteño de Punyab.
Modi también canceló una visita a la capital paquistaní, Islamabad, que era parte de una cumbre regional en 2017. Desde entonces, no ha habido ningún avance en las conversaciones entabladas entre ambos países vecinos.
En junio de 2018, el partido de Modi se retiró de una coalición gubernamental liderada por el Partido Popular Democrático de la región. Desde entonces, el estado estuvo bajo la dirección directa de Nueva Delhi, algo que incrementó el malestar.
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