Confinamientos y toques de queda, los colados en las Fiestas de los europeos
PARÍS.– De Alemania a Suecia, de Gran Bretaña a España pasando por Bélgica, la segunda ola de la pandemia de Covid-19 no da tregua. Mientras las restricciones se multiplican, los europeos se preparan apasar unas fiestas de fin de año sometidos a toques de queda y confinamientos.
Incapaz de frenar la persistencia de esa segunda ola de contaminaciones y temiendo que el virus se vuelva incontrolable con las Fiestas, Alemania decidió imponer medidas drásticas. Después de convencer a los líderes de los 16 lander del país, Angela Merkel anunció hoy el cierre de comercios no esenciales y escuelas a partir del miércoles y hasta el 10 de enero.
El número récord de nuevos contagios y muertos de estos últimos días obligó a la canciller a imponer un confinamiento que el país no había conocido desde que comenzó la pandemia: el viernes, Alemania llegó casi a los 30.000 nuevos casos, mientras los hospitales se encuentran al borde de la saturación.
Constatando "los numerosos muertos" debido a la epidemia y "el crecimiento exponencial" de los contagios, "estamos obligados a actuar y lo hacemos ahora", dijo la canciller a la prensa.
Durante tres semanas y media, los alemanes volverán a la situación de semiconfinamiento que conocieron en la primavera boreal. Pero ahora tendrán que limitar en forma drástica sus contactos personales y evitar los viajes dentro y fuera del país.
Los contactos sociales también estarán limitados del 24 al 26 de diciembre, cuando los festejos deberán realizarse en "pequeño comité" y entre familiares. Hablando a la prensa junto a la canciller, Markus Söder, el dirigente del land de Baviera, reconoció que la pandemia está "fuera de control". "Es una catástrofe que afecta nuestras vidas más que cualquier otra crisis de los últimos 50 años", agregó.
La prudencia y el temor rigen en todo el continente, donde la pandemia golpea con más o menos gravedad.
"Planificar unas Fiestas diferentes, sin despojarlas del espíritu que más aprecian los ciudadanos" es la tarea que se fijó el ministerio español de salud pública, que tampoco quiere echar por tierra la sensible mejora de la situación sanitaria.
Limitaciones
Contrariamente a Italia, donde nadie podrá viajar de una región a otra, los españoles podrán hacerlo entre el 23 de diciembre y el 6 de enero, y reunirse en las casas entre diez personas como máximo, en vez de las seis autorizadas actualmente. Esos días, el toque de queda comenzará a la 1.30 de la madrugada, mientas bares y restaurantes permanecerán abiertos.
Boris Johnson, que tampoco quiso sacrificar completamente las Navidades de los británicos, decidió una flexibilización temporaria de las reglas vigentes. Durante cinco días, del 23 al 27 de diciembre, un máximo de tres familias podrá reunirse para festejar en una misma casa. Pero esas "burbujas" navideñas no podrán ir a bares, pubs o restaurantes, aun cuando el número de nuevos casos cayó esta semana y el país se encuentra en plena campaña de vacunación.
El número de nuevos casos en Francia llegó casi a los 14.000 el sábado, tres veces superior a los 5000 fijados por el presidente Emmanuel Macron para levantar las medidas de semiconfinamiento impuestas para las Fiestas. Si bien el 24 los franceses podrán reunirse en sus casas o visitar a sus parientes en número limitado –no más de seis personas– hasta pasada la medianoche, el 31 el país estará sometido a un toque de queda a partir de las 21, mientras bares, restaurantes, salas de espectáculo y de deportes permanecerán cerrados hasta el 26 de enero.
Entre los países europeos más golpeados por la segunda ola de Covid-19, la República Checa se apresta a pasar unas Fiestas bajo la amenaza de una tercera ola.
Praga, que levantó las restricciones de desplazamiento y reabrió sus bares y restaurantes el 3 de diciembre, hace frente a una erupción de nuevos casos que obligó a las autoridades a volver a cerrar esos establecimientos a las 20. Por el momento, sin embargo, los checos podrán desplazarse durante las Fiestas y reunir un máximo de diez personas en las casas.
En Suecia, el gobierno –que había fijado un máximo de ocho personas para las reuniones públicas a mediados de noviembre– pide a los ciudadanos que respeten esa cantidad para las fiestas privadas durante las próximas semanas. Este año tampoco habrá misas presenciales ni la tradicional fiesta de Santa Lucía. Las estaciones de esquí permanecerán abiertas, contrariamente a lo que decidieron Francia y Alemania.
Como el número de nuevos contagios en Bélgica es dos o tres veces superior al objetivo fijado para aligerar las restricciones –800 nuevos casos diarios y 75 hospitalizaciones–, el primer ministro, Alexander De Croo, decidió que las fiestas se celebrarán en familia, con apenas un solo invitado. Solo aquellos que viven aislados podrán recibir dos personas. El toque de queda –de 22 a 6– será prolongado hasta el 15 de enero.
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