Con una masiva protesta, la derecha puso bajo presión a Sánchez y exigió su renuncia
MADRID.- "¡Elecciones ya! Sánchez traidor". Con fuerte tono de protesta por el diálogo del presidente con los separatistas catalanes, decenas de miles de españoles exigieron ayer el final del gobierno del socialista Pedro Sánchez y la inmediata convocatoria a elecciones nacionales.
Fue la primera prueba de fuerza callejera de los partidos de oposición en España -el de derecha Partido Popular (PP) y el liberal Ciudadanos-, que encontraron en el acercamiento oficial al independentismo catalán la veta para enfrentarlo. Esta semana, ambos partidos -a los que se sumó el de derecha radical Vox- se enfurecieron con Sánchez, al conocerse que el presidente propuso la figura de un relator independiente para que organizara y coordinara un futuro diálogo entre partidos políticos en Cataluña .
La estimación del gobierno cifró en 45.000 los asistentes a la marcha de ayer en la céntrica Plaza Colón, en Madrid, donde flamea una enorme bandera de España. En tanto, según el PP y Ciudadanos hubo 200.000.
Se repitieron palabras como "traición", "humillación", "puñalada por la espalda", "hartazgo" y "deriva suicida". Todas, dirigidas contra Sánchez, que llegó al poder con la fallida promesa de elecciones inmediatas.
Es un momento sumamente delicado para el frágil gobierno de Sánchez. El socialista necesita el voto de una veintena de legisladores independentistas para aprobar los presupuestos generales. Pero difícilmente lo consiga, ante el rechazo que enfrenta ahora su acercamiento con el separatismo que ejerce el gobierno regional en Cataluña.
La marcha ocurrió apenas 48 horas antes de que empiece el proceso judicial contra los dirigentes independentistas que hace poco más de un año provocaron la fugaz declaración de independencia de Cataluña. El juicio está a cargo del Tribunal Supremo y comenzará mañana. Unos 20 dirigentes y cargos electos del independentismo enfrentan penas de decenas de años de prisión.
"El gobierno de Sánchez está agotado. Nos mintió. Dijo que llamaría a elecciones y no lo hizo", dijo Albert Rivera, el líder del liberal Ciudadanos.
"Estamos inquietos porque lo único que vemos es que el gobierno negocia bajo la mesa con aquellos que quieren destruir a España solo para perpetuarse en el poder", acotó el líder del PP, Pablo Casado.
Desde Santander, adonde asistió a un acto, Sánchez contestó que "las tres derechas lideraron la crispación" y "a eso lo llaman patriotismo", cuando es "deslealtad" al gobierno.
PP y Ciudadanos fueron los convocantes de la marcha, la primera que enfrenta Sánchez desde que, en junio pasado, logró desplazar al PP del gobierno mediante una moción de censura contra Mariano Rajoy en el Congreso.
Vox, un partido que surgió con fuerza en los últimos meses, adhirió a la marcha, junto con media docena de fuerzas regionales. De hecho, la presencia de Vox fue el dato incómodo de la jornada. Muchos de los manifestantes no querían aparecer junto a un partido de derecha radical. Rivera tuvo que hacer malabares para evitar saludar a Santiago Abascal, el líder de Vox.
En primera fila de la convocatoria estuvieron el escritor y premio Nobel de Literatura Mario Vargas Llosa y el exprimer ministro francés y hoy candidato a la alcaldía de Barcelona Manuel Valls. Fuera de dirigentes partidarios, sobre todo del PP, no se advirtió la presencia de referentes sociales de peso en la concentración.
En la politizada España, que vive un clima preelectoral, es previsible que en los próximos días a ambas figuras -Vargas Llosa y Valls- se les pregunte por qué fueron a un acto con Abascal, a quien se encuadra en la derecha populista.
"Es un fracaso", se apuraron a deslizar desde sectores cercanos al socialismo. Pero la primera demostración de fuerza callejera fue evaluada con satisfacción por la oposición.
La marcha fue convocada en apenas cuatro días. Las redes sociales fueron la principal vía de organización. El hashtag "Unidos por España" fue tendencia durante la mañana, desplazado luego por el que clamaba "No voy con el fascismo". Una muestra más de la polarización imperante en el país. Un cartel que decía "Sánchez embustero' Sánchez mentiroso" encabezó la concentración. "Queremos votar", decía otro, junto a un mar de banderas españolas y algunas de la Unión Europea (UE).
"Basta de chantaje de los independentistas", dijo Casado, que le reclamó a Sánchez que convocara ya mismo a elecciones.
Abascal pidió que se anule la autonomía de Cataluña y tildó de "mentiroso" a Sánchez por haber prometido elecciones y no convocarlas. El reclamo coincidente de los asistentes fue el malestar por las negociaciones del presidente con el independentismo catalán, según recogió LA NACION. "Lo único que le interesa es quedarse en el poder y para eso les da lo que quieren a quienes pretenden destruir España", dijo un asistente, en relación con las fuerzas independentistas de Cataluña.
Prueba de fuerza
"Puñalada"
El PP y Ciudadanos -a los que se sumó la derecha radical de Vox- acusan a Sánchez de "dar una puñalada por la espalda a la ley" en su negociación con los independentistas catalanes
Dimisión
Decenas de miles de personas le exigieron ayer a Sánchez su renuncia y que llame a elecciones
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