Con polémicas, Trump llegó a Londres para apuntalar la "relación especial"
Antes de aterrizar, llamó "perdedor" al alcalde Sadiq Khan y habló del Brexit; fue recibido con toda la pompa por la reina Isabel II; hoy se reunirá con May y se esperan protestas
LONDRES.- El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, inició ayer una controvertida visita de Estado de tres días a Gran Bretaña, marcada por sus insultos al alcalde de Londres y en un ambiente agitado por el Brexit, de consecuencias imprevisibles para el Reino Unido, la economía global y la "relación especial" con su aliado transatlántico.
La visita comenzó por la mañana con controversia: antes de aterrizar, Trump publicó un incendiario tuit contra el laborista Sadiq Khan, primer alcalde musulmán de Londres, que anteayer comparó el lenguaje del presidente estadounidense con el de "los fascistas del siglo XX" y criticó que Gran Bretaña le "desplegase la alfombra roja".
"Es un fracasado total que debería centrarse en el crimen en Londres, no en mí", afirmó Trump. El presidente agregó que Khan le recuerda al "terrible alcalde de Nueva York, Bill de Blasio".
Esta es la primera visita de Estado de Trump a Gran Bretaña, tras un intento frustrado en julio pasado, que acabó transformándose en una simple visita de trabajo debido a las masivas protestas de los londinenses.
Ayer al mediodía, Trump y su esposa, Melania, fueron recibidos por la reina Isabel II en el Palacio de Buckingham con toda la pompa que corresponde a una visita de Estado. Luego de recorrer la Abadía de Westminster y tomar el té en la residencia del príncipe Carlos, por la noche hubo un banquete en honor a Trump en el Palacio de Buckingham.
Sin embargo, debajo de la pompa hay incomodidad: la primera ministra británica, Theresa May, debe dejar oficialmente el cargo el viernes, derrotada por su incapacidad para llevar a cabo un Brexit decidido por referéndum en 2016, pero aplazado hasta el 31 de octubre.
Trump se reunirá con May hoy, cuando están previstas grandes manifestaciones. Sus organizadores, que esperan repetir la convocatoria del año pasado, harán volar de nuevo un enorme globo representando a un "bebé Trump" naranja.
Los manifestantes se reunirán en Trafalgar Square -donde se espera a unas 250.000 personas- y podría estar presente el líder de la oposición parlamentaria, el laborista Jeremy Corbyn, que ya apoyó la protesta.
Ayer militantes de Amnistía Internacional desplegaron cuatro pancartas que llamaban a resistir a "Trump", al "racismo", al "sexismo" y al "odio" sobre un puente frente a la embajada estadounidense.
Pero, aunque la mayoría del público británico rechaza a Trump y sus políticas, la elite gobernante reconoce la necesidad de reforzar la alianza con Estados Unidos mientras Gran Bretaña negocia la salida de la Unión Europea (UE).
En entrevistas con la prensa antes de su llegada, Trump fustigó el modo en que May llevó a cabo las negociaciones con Bruselas, recomendó a su sucesor que abandone la UE bruscamente sin un acuerdo y eligió al exministro de Relaciones Exteriores, Boris Johnson, como su favorito para dirigir el país.
Trump, además, alabó al extremista Nigel Farage, líder del Partido del Brexit, gran vencedor la semana pasada en las elecciones europeas en Gran Bretaña. En el avión que lo llevaba a Londres incluso afirmó que "podría reunirse" con ambos políticos, con quien dijo tener "muy buenas relaciones".
Asimismo, dejó entrever que si el país por fin abandonara la Unión Europea, Estados Unidos podría convertirse en un aliado aún más cercano y blindar la "relación especial" que mantienen ambos países desde la Primera Guerra Mundial. "Tenemos el potencial de ser un socio comercial increíble para Gran Bretaña", afirmó antes de partir de Washington, y aseguró estar dispuesto a negociar rápidamente un acuerdo de libre comercio.
Aunque la visita comenzó con polémica, a partir del mediodía, cuando Trump fue recibido en el Palacio de Buckingham con el saludo de 41 cañones y la guardia de honor, todo fluyó más. El presidente y Melania fueron recibidos calurosamente en el jardín por el príncipe Carlos y su esposa, Camilla. La reina lo esperó en los escalones del palacio.
"La reina y toda la familia real estuvieron fantásticos", tuiteó Trump, afirmando no haber visto ninguna manifestación de protesta en su contra e insistiendo en que la relación entre los dos países era "muy sólida". Tras un almuerzo privado, la pareja presidencial admiró la colección de arte real antes de visitar la Abadía de Westminster, donde hicieron una ofrenda floral a la tumba del soldado desconocido.
En el banquete, Trump elogió el reinado de Isabel II, "una mujer formidable", y mencionó "la amistad eterna entre nuestros dos pueblos".
La visita de Trump terminará mañana, cuando se unirá a la reina durante las conmemoraciones del 75° aniversario del Día D en Portsmouth.
Agencias AFP, Reuters y AP
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