Con movimientos erráticos, la “tercera vía” brasileña se debilita y consolida la polarización entre Lula y Bolsonaro
Los demás candidatos no terminan de afirmarse de cara a las elecciones presidenciales y allanan el camino a una lucha cuerpo a cuerpo entre los dos rivales que comandan las encuestas
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BRASILIA.- A seis meses de la elección presidencial de Brasil, los principales candidatos de la llamada “tercera vía” frente a Lula da Silva y Bolsonaro no solo no consiguen acuerdo alrededor de un nombre y de un proyecto, sino que expusieron esta semana, como nunca, una debilidad que, según analistas, refuerza el escenario de polarización.
El exjuez del Lava Jato y ministro de Justicia de Bolsonaro, Sergio Moro, aseguró este viernes que “no desistió de nada”, en un confuso pronunciamiento a la prensa. Habían pasado 24 horas desde que se afilió a União Brasil -tras abandonar luego de cuatro meses el partido Podemos-, asegurando que resignaba momentáneamente la posibilidad de disputar la presidencia.
“No desistí de nada, mucho menos de mi sueño de cambiar Brasil. Por el contrario, sigo firme en la construcción de un proyecto para el país”, dijo Moro, en un breve pronunciamiento en el que criticó al actual presidente y a Lula.
El exjuez de Curitiba aportó todavía más confusión. En el mismo pronunciamiento, en San Pablo, aclaró que no disputará un cargo para la Cámara de Diputados, contrariando las declaraciones del secretario ejecutivo de União Brasil, su nuevo partido, el jueves. “Me afilié para auxiliar la unificación del centro democrático. Me siento ahora más fortalecido”, siguió Moro.
Los vaivenes de Moro, la opción más sólida de la tercera vía con 8% en la última encuesta de Datafolha y quien dejó raudamente Podemos, el partido más afín al Lava Jato, expusieron uno de los movimientos descoordinados de la “tercera vía”, que terminó esta semana más debilitada, según dijo a LA NACION Adriano Laureno, gerente de análisis política y económica de la consultora Prospectiva.
Según la última encuesta de Datafolha, del 24 de marzo, Lula lidera la carrera al Palacio del Planalto con 43% de intención de voto, seguido por Bolsonaro con 26%, quien le ha recortado distancia las últimas semanas, algo en lo que han coincidido otras consultoras. Empatados dentro del margen de error, quedaron Moro, con 8% y luego el exgobernador de Ceará Ciro Gomes, con 6%.
Algunos analistas, como Laureno, coinciden en que el repunte de Bolsonaro, quien en diciembre había medido 4 puntos menos, está directamente relacionado con la falta de proyección de la “tercera vía”, que, en medio de una batalla intestina, comienza a ser vista como impotente por algunos electores brasileños.
“En lugar de ver una ‘tercera vía’ que camina junta para fortalecerse, seguimos viendo un grupo disperso, en que cada candidato hace movimientos individuales, pero al final debilita a todo el grupo. Toda la confusión apenas refuerza la probabilidad de una segunda vuelta entre Lula y Bolsonaro”, aseguró Laureno.
El gobernador de San Pablo, Joao Doria, quien ha mostrado incluso mayores dificultades que Moro para crecer en los sondeos, ensayó el jueves un movimiento de resistencia en el que amenazó con seguir en el gobierno paulista y abandonar su pretensión de buscar la presidencia, acusando una falta de compromiso del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB) con su candidatura.
El PSDB cuenta con otro “candidateable”, el exgobernador de Río Grande del Sur, Eduardo Leite. Pese a haber perdido las internas partidarias con Doria, Leite mantiene viva su ambición de ser candidato, algo que genera en Doria desconfianza de que el partido podría terminar inclinándose por el gaúcho, un dirigente de 37 años que, pese a estar abajo en las encuestas, no cuenta con el nivel de rechazo del paulista.
En cuestión de horas, y tras una nota pública del PSDB que mostró compromiso con su candidatura, Doria retrocedió el mismo jueves y mantuvo el plan original, visto en el medio político cada vez más como una sobrevida para el corto plazo, con pocas posibilidades de llegar a la contienda del 2 de octubre.
“Es un comportamiento estratégico, para poder construir y solidificar caminos”, justificó Doria, sobre las horas en que su proyecto presidencial pareció caído.
La inestabilidad de dos de las principales opciones de la “tercera vía” podría incluso anticipar para la primera vuelta presidencial una pelea por votos útiles, virtualmente derritiendo todavía más las alternativas a Lula y Bolsonaro, evaluaron en el comando de campaña del presidente Bolsonaro.
La sensación es que “la segunda vuelta ya empezó”, según confió a LA NACION una fuente cercana a uno de los jefes de campaña del presidente. “Lula y Bolsonaro son los grandes beneficiados. El sueño de ellos es tenerse uno al otro en frente”, aseguró Leandro Consentino, politólogo y profesor del Insper de San Pablo.
Consentino dijo que, para viabilizare, la “tercera vía” debería aglutinarse por un nombre que no cuente con un elevado nivel de rechazo -algo que Doria y Moro arrastran-, y, principalmente, mostrar un proyecto alternativo de país.
Los analistas coincidieron en que Leite podría ser, tal vez, el nombre más competitivo de la “tercera vía”, pero, a medida que varios sostienen sus candidaturas, el exgobernador estaría perdiendo un tiempo precioso para consolidar su candidatura y llegar competitivo a octubre.
“Separados, (los candidatos) son débiles y eso está constatado. La novedad es que esa debilidad se hizo pública y está completamente al descubierto”, concluyó Consentino.
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