Con la mira en la Casa Blanca, Ron DeSantis impulsa leyes para convertir a Florida en un “paraíso de la derecha”

WASHINGTON.- Ron DeSantis mide cada uno de sus pasos en la carrera hacia la Casa Blanca. El gobernador de Florida, el único capaz, por ahora, de arrebatarle a Donald Trump el control del Partido Republicano, sigue con rigor su hoja de ruta. Presentó hace poco un nuevo libro –”El coraje de ser libre”, un manifiesto de su gestión en Florida–, un hábito de los candidatos presidenciales en Estados Unidos, y ahora se prepara para firmar una larga lista de leyes para terminar de convertir al “estado soleado” en un paraíso de la derecha.

La lista de proyectos que la Legislatura de Florida comenzará a tratar es larga, y bastante controvertida. DeSantis, que logró su reelección el año anterior por paliza y le dio a los republicanos amplias mayorías en ambas cámaras de la Legislatura, quiere permitir la portación oculta de armas sin requisito de permiso o entrenamiento, facilitar la pena de muerte, eliminar programas educativos sobre diversidad en las universidades estatales, expandir la prohibición para enseñar o hablar de orientación sexual en la escuela primaria al uso de pronombres vinculados al género o recortar impuestos.

La lista de leyes que DeSantis se prepara para firmar, que han generado duras críticas de la izquierda y de sus críticos, servirán para encuadrar su naciente campaña presidencial. Aunque DeSantis ha sido muy cuidadoso en el manejo de las expectativas, pocos dudan que pronto lanzará una campaña presidencial apuntalada en el “modelo Florida”: un paraíso para la derecha de Estados Unidos en tiempos en los que el país aparece encerrado en una áspera disputa ideológica y varias batallas culturales entre progresistas –defensores de la llamada filosofía “woke”– y libertarios y conservadores. A ese esfuerzo legislativo, DeSantis le sumará varios viajes por el país, una gira clásica de un candidato presidencial: irá a Iowa, luego a Nevada –un estado crítico en la pelea por la Casa Blanca– y después a New Hampshire.

Este domingo, DeSantis estuvo en California, donde promovió su libro en la Biblioteca Presidencial Ronald Reagan, una de las mecas de la derecha norteamericana. Su mensaje sirvió como un aperitivo de la impronta que tendrá su futura campaña. DeSantis cargó contra los gobernadores demócratas, a los que tildó de “políticos de cuarentena”, y dijo que la pandemia del coronavirus había sido un gran experimento para el choque entre dos filosofías de gobierno.

“Hemos tenido un gran experimento, una gran prueba en las filosofías de gobierno”, dijo DeSantis en su discurso. “Si observa los últimos cuatro años, hemos sido testigos de un gran éxodo estadounidense de estados gobernados por políticos de izquierda que imponen una ideología de izquierda y obtienen malos resultados. Y se pueden ver ganancias masivas en estados como Florida, que están gobernando de acuerdo con los principios probados y verdaderos que el presidente Reagan apreciaba”, completó el gobernador. (El faro de Reagan sigue siendo un punto de referencia ineludible para cualquier candidato republicano que aspire a la Casa Blanca.)

Florida es uno de los nueve estados en Estados Unidos que no cobra impuesto a las ganancias, uno de los motivos principales por el cual varias empresas y miles de individuos han elegido radicarse allí. Además de las ventajas impositivas y uno de los climas más benévolos del país, Florida se erigió durante la pandemia del coronavirus como uno de los estados con menos restricciones, una medalla que DeSantis presume cada vez que puede.

“Cuando el sentido común de repente se convirtió en una virtud poco común, Florida se convirtió en un refugio de cordura, una ciudadela de libertad en todo Estados Unidos y, de hecho, en todo el mundo”, dijo DeSantis.

La nueva avalancha de leyes le servirá a DeSantis a terminar de darle forma a su marca político, con la cual espera disputarle a Donald Trump el liderazgo del Partido Republicano. Todas las encuestas anticipan reñida entre ambos por la nominación presidencial de la oposición, y el resto de los candidatos aparecen muy rezagados, posicionados más como actores de reparto que como contendientes reales. Pero la interna apenas ha comenzado, y como el propio Trump dejó demostrado en 2015, un favorito puede desinflarse rápidamente, y un outsider puede terminar quedándose con todo.

La ofensiva conservadora de DeSantis, que podría incluir nuevas restricciones al aborto, ha sido recibida con un fuerte coro de críticas de la Casa Blanca, los demócratas, y numerosas organizaciones que defienden los derechos civiles, las minorías o los inmigrantes. La organización de derechos humanos Human Rights Watch criticó la ley, firmada por DeSantis, que prohibió los abortos luego de 15 semanas al remarcar su “impacto dañino en adolescentes y jóvenes que ya enfrentan barreras y demoras para acceder a un aborto” en Florida.

DeSantis también ha desatado una batalla contra Disney, ampliamente señalada por los conservadores como una suerte de usina de adoctrinamiento de la izquierda.

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