Con contratiempos, China vuelve a poner en marcha su poderosa industria
El brote de coronavirus obligó a cerrar durante varias semanas fábricas de la segunda economía del mundo; ahora, las empresas buscan la manera de reabrir en medio de medidas de seguridad
PEKÍN.- La empresa Airbus está reabriendo lentamente su línea de ensamble en China. El fin de semana, General Motors empezó a producir, aunque todavía de manera limitada, y ayer a la mañana Toyota siguió su ejemplo.
Con intermitencias, y no sin contratiempos -y hasta con la molesta insistencia de Pekín-, China está intentando reactivar su industria.
La segunda economía del mundo prácticamente tuvo que cerrar hace tres semanas, cuando se desató un brote epidémico que dejó en cama a decenas de miles de personas y alargó indefinidamente el feriado largo del Año Nuevo chino. La parálisis generó alarma por sus posibles riesgos para la economía global si el mayor fabricante de manufacturas del mundo quedaba fuera de juego durante mucho tiempo. Ahora, a medida que algunas empresas retoman sus actividades, queda en evidencia la titánica tarea que implica reiniciar a China. Los esfuerzos del país por contener el virus chocan con sus medidas para poner nuevamente en marcha su economía y exigen que sus líderes encuentren el delicado equilibrio entre garantizar la seguridad y reactivar sus vitales industrias.
Durante la semana pasada, los líderes chinos pusieron énfasis en la necesidad de reanimar la industria. Pero, según los expertos y las mismas empresas, muchas de las fábricas que reabrieron están operando por debajo de su capacidad. Las cuarentenas, las rutas cerradas y los puestos de control impiden que millones de trabajadores se reintegren a sus tareas y las cadenas de suministro están cortadas.
Además, las autoridades chinas exigen que las empresas que vuelven a operar distribuyan barbijos entre sus empleados, controlen y lleven registro de su temperatura corporal y rastreen sus movimientos para asegurarse de que no hayan entrado en contacto con el nuevo coronavirus, bautizado Covid-19.
"Lo más probable es que la sensación de temor y de parálisis que se apoderó de la actividad económica persistan", dice George Magnus, investigador asociado del Centro China de la Universidad de Oxford. "La verdad que no veo un desenlace positivo".
Según cifras oficiales, ayer había 70.000 personas infectadas y 1700 muertos por el virus a nivel mundial. La onda expansiva sigue sintiéndose en todo el mundo. El primer ministro de Singapur, Lee Hsien Loong, advirtió el viernes que su ciudad-Estado podría entrar en recesión a causa de la epidemia. Alemania, la mayor potencia europea, informó el viernes que en el último tramo de 2019 su economía se desaceleró, y ahora muchos temen que el virus demore la reactivación de ese país.
En el inicio de la nueva semana, la poderosa máquina manufacturera china -representa una cuarta parte de la producción fabril del mundo- exhibió algunos destellos de reactivación. La fábrica europea de aviones Airbus informó la reapertura de su línea de ensamble de aviones de fuselaje estrecho en su planta de Tianjin, pero agregó que iría aumentando gradualmente la producción "para cumplir al mismo tiempo con todas las medidas sanitarias y de seguridad". Airbus necesita producir: el jueves, la empresa reconoció que no podrá satisfacer la demanda global de aviones de fuselaje estrecho, algo que reclaman las aerolíneas mundiales tras la cancelación de la producción del fallido Boeing 373 Max. La planta de Tianjin tiene un objetivo de producción de seis aviones al mes.
El jueves, Volkswagen informó la reapertura parcial de una de las 15 plantas de ensamblaje que tiene en China, y que planea ir reabriendo gradualmente las demás. General Motors dijo que el sábado había iniciado el proceso de reapertura parcial de sus más de 12 planteas en toda China, y Hyundai dijo que ayer reanudó la mayor parte de su producción en el país. Pero otros muestran mayores reservas. La empresa de equipamiento pesado Caterpillar dijo que el lunes pasado reabrió la mayoría de sus plantas en China a pedido de las autoridades, pero no informó, por ejemplo, si había reanudado la producción. Honda dijo que intentaría retomar la producción el 24 de febrero.
Con excepción de las fábricas que producen equipamiento de protección médica, que el gobierno chino pidió que continúe contra reloj, son pocas las empresas que ya han recuperado su ritmo normal.
Toyota informó que sus cuatro plantas de ensamblaje habían operado a doble turno hasta un día antes de la propagación del virus. Ahora dice que entre hoy y mañana reabrirá tres de ellas, pero con un solo turno, y que de momento dejará cerrado la cuarta y más pequeña, situada en Chengdu.
La Cámara de Comercio de Estados Unidos en Shanghai, muchos de cuyos miembros pertenecen al corazón industrial de China central y oriental, comunicó que la mayoría de sus asociados habían reanudado al menos parcialmente sus operaciones. Pero el presidente de la entidad, Ker Gibs, dice que casi ninguna empresa está operando a pleno, básicamente por falta de trabajadores.
Suspenderían la reunión anual del Parlamento
China evalúa aplazar la sesión anual de su órgano legislativo, la Asamblea Nacional Popular (ANP), la reunión política más importante del año, "para dar máxima prioridad a la vida, la seguridad y la salud de las personas", en el marco del aumento de contagios por el brote de coronavirus.
El máximo órgano legislativo del gigante comunista celebrará una reunión a finales de este mes cuando decidirá el aplazamiento.
El encuentro, celebrado en marzo durante los últimos 35 años ininterrumpidamente, representa la mayor cita anual en el calendario político chino, y reúne en Pekín a 3000 delegados de Partido Comunista de China llegados de todas partes del país para promulgar leyes y supervisar la labor del gobierno.
Traducción de Jaime Arrambide
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