Cómo uno de los países más poblados del mundo se transformó en un centro internacional de “estafadores de Tinder”
El Centro de Denuncias de Delitos en Internet (IC3) del FBI informó de casi 2500 millones de dólares en pérdidas vinculadas a la ciberdelincuencia de origen nigeriano en 2020
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Simon Heck tiene 51 años, es un empresario de la construcción y vive en Texas. Al menos es lo que le dijo a Susan, de 42, cuando la conoció en febrero de 2021 en un grupo de Facebook para buscar pareja. Su foto de perfil lo comprueba. Es apuesto, tiene el pelo castaño y unos ojos azules cautivadores. Además es encantador; la llama “hermosa” y “cariño” y le promete que cuando se desocupe de su ajetreado trabajo comprará un pasaje para ir a visitarla al Reino Unido.
Transcurren las semanas y Susan está cada vez más enamorada. Pero el encuentro se hace esperar. La lista de excusas es interminable. Y pronto llegan los pedidos de ayuda. Simon necesita dinero para resolver unos asuntos urgentes.
Lo que Susan no sabe es que Simon no existe. Quien le escribe es Chidike (que pidió ocultar su apellido por temor a represalias), un adolescente de 16 años que vive en Lagos, la ciudad más grande de Nigeria, y se dedica a estafar personas por Internet. Pero cuando la mujer se da cuenta de ello es demasiado tarde; ya se ha convertido en otra víctima de este perverso esquema. Lo único que puede hacer es bloquearlo y seguir adelante con su vida.
Susan no es la única damnificada. Chidike también timó a otras tres personas de Estados Unidos, a siete de Paquistán y una de la India, cuenta en una llamada a LA NACION aunque no quiso revelar cuánto recaudó.
El FBI informó que en 2021, unas 24.000 víctimas de Estados Unidos declararon haber perdido aproximadamente 1000 millones de dólares a causa de estafas románticas. Por su lado, UK Finance reveló un aumento del 20% en transferencias bancarias vinculadas a este tipo de fraudes en 2020 en comparación con el año anterior en Reino Unido. La pérdida promedio por víctima fue de 7850 libras.
Chidike explica que los problemas económicos que atravesaba su familia en un país donde el desempleo era del 33% a fines de 2020, lo empujaron a abandonar la escuela y a buscar un trabajo. Fue su jefe quien lo inició en el mundo de las estafas digitales. Le proveyó un perfil falso con fotos, le enseñó cómo chatear con las víctimas y cómo detectar a las personas más vulnerables. Y luego se llevaba una comisión.
Pero desde que su madre lo descubrió y casi lo deshereda, Chidike cerró los perfiles de Heck, cesó la actividad delictiva y ahora dice que lamenta mucho el daño que causó. “Ella me habló del karma, pero cuando hay hambre a veces no se piensa bien... Ahora debo hacer que se sientan orgullosos de mí otra vez”.
Núcleo de estafas
El de Chidike no es un caso aislado. En los últimos años, el país más poblado de África se ha convertido en un núcleo internacional de estafas digitales. El Centro de Denuncias de Delitos en Internet (IC3) del FBI informó de casi 2500 millones de dólares en pérdidas vinculadas a la ciberdelincuencia de origen nigeriano en 2020.
El origen de este tipo de estafas puede atribuirse al auge del establecimiento de cibercafés durante la década de 1990, que coincidió con la caída de los precios del petróleo y el aumento del desempleo. Esta combinación sumada a la falta de seguridad social, provocó que muchos nigerianos comenzaran a buscar formas alternativas de recaudar dinero, como la ciberdelincuencia.
En 2016, un caso de alto perfil detectado por la Interpol y la Comisión de Delitos Económicos y Financieros (EFCC) de Nigeria arrojó luz sobre la problemática. Un ciudadano nigeriano de 40 años conocido como “Mike” habría estado detrás de miles de fraudes en línea que comprometieron cuentas de correo electrónico de pequeñas y medianas empresas de todo el mundo, en un complejo esquema criminal por el que se recaudaron más de 60 millones de dólares.
Ni la Argentina ha sido inmune a este tipo de delitos. Obinna Chukwuemeka Ejikeme, un estafador de Nigeria conocido como “Bobby”, robó más de 300 millones de pesos a sus víctimas a través de Tinder y otras aplicaciones de citas. El hombre que montó una banda criminal en Morón, está prófugo y con pedido de captura internacional.
Las estafas cibernéticas de diferentes tipos han penetrado ampliamente en la sociedad nigeriana, pero en especial las románticas, ya que son más fáciles de ejecutar y no se requiere de conocimiento informático profundo. Entre 2010 y 2019, la EFCC recibió 73.498 denuncias de delitos de naturaleza económica y financiera, de las cuales sólo 5767 llegaron a los tribunales y 2544 terminaron en una condena.
Cultura “buscavidas”
Elnathan John, un premiado novelista nigeriano, dice que es parte de la cultura “buscavidas” del país. “La idea de salir adelante por cualquier medio, se ha convertido en un sustituto de valores más profundos, con efectos perjudiciales para la sociedad (...) Se ha convertido en el templo donde rendimos culto. Es el agua que nos limpia de nuestros pecados. Es la forma de justificar las cosas que hacemos para llegar a los lugares que todos soñamos”, explica a CNN.
“Nigeria es el reino de los buscavidas”, dice por su lado a LA NACION, Adeyanju Okikiade, un activista de Derechos Humanos y estudiante de comunicación social de la Universidad de Southwestern, quien destaca que muchos de sus amigos están involucrados en los engaños en línea.
“Nuestros políticos se han negado a ayudar a las masas pobres y han malversado los fondos públicos para su interés egoísta, lo que ha hecho que el país se retrase y deje a nuestros jóvenes sin empleo. Así muchos se han involucrado en delitos, especialmente en estafas en Internet, lo que se llama Yahoo Yahoo en Nigeria”, cuenta Adeyanju. “No hay justificación para el fraude, pero así son las cosas”.
Estos jóvenes que reciben el nombre de Yahoo Yahoo Boys se forman en escuelas (Yahoo Yahoo Schools) que los preparan para convertirse en estafadores profesionales. Allí se reúnen y entrenan hasta perfeccionar las técnicas de engaño. Los profesores se llevan una comisión. La EFCC ha desmantelado decenas de estos institutos criminales.
Nick Burt, un emprendedor cripto que en su tiempo libre se dedica a ayudar a los usuarios de redes sociales a evitar caer en este tipo de trampas, expuso recientemente a un estafador de Nigeria, cuenta a LA NACION. Pero para el creador del grupo de Facebook Crypto Scammers “como el mundo de las estafas en Internet es una industria multimillonaria, será difícil para algunas naciones empobrecidas luchar eficazmente contra el atractivo del dinero fácil”.
Burt enumera una serie de “banderas rojas” que podrían indicar que se está hablando con un estafador.
- Ser abordado con una “oportunidad”. “¿Cuántas veces se nos acerca un desconocido con una oportunidad en la vida real? La mayoría de la gente está ocupada con su propia vida”.
- Errores de ortografía. “Muchos estafadores escriben mal las palabras o utilizan una gramática inusual”.
- Fotos y descripciones genéricas. “A menudo estos estafadores utilizan fotos robadas. Se pueden rastrear en Google u otros buscadores. También evitan hablar de lugares específicos porque generalmente son de otra ciudad o país”.
- Todo está perfecto hasta que no lo está. “Esto es especialmente cierto para las estafas románticas”.
- Rechazo a las videollamadas. “Siempre tendrán alguna excusa, ‘mi teléfono está roto’ o ‘estoy demasiado ocupado’”.
- No hay actividad en su perfil. “Suelen tener uno o dos ‘me gusta’ en sus fotos; por lo general, no tienen comentarios y no tienen publicaciones regulares”.
- Términos cariñosos. Suelen decirles “querida”, “cariño”, “amor” o “nena” a sus víctimas.
Mala fama
La expansión del fenómeno ha mancillado la reputación de Nigeria y de muchos empresarios y emprendedores que intentan hacer negocios legítimos con otros países. Olubukola Stella Adesina, profesora de Relaciones Internacionales de la Universidad de Ibadán, dijo al medio Wired que “las instituciones financieras internacionales ven ahora los instrumentos financieros nigerianos con escepticismo. Los cheques y giros bancarios nigerianos no son instrumentos financieros internacionales viables. Los proveedores de servicios de Internet (ISP) y los proveedores de correo electrónico nigerianos ya están en la lista negra de los sistemas de bloqueo de correo electrónico en Internet. Algunas empresas están bloqueando segmentos enteros de la red de Internet y el tráfico que se origina en Nigeria”.
Un ejemplo es el de Binance, que bloqueó 281 cuentas de criptodivisas nigerianas en enero de 2022, alegando medidas contra el blanqueo de dinero. PayPal también prohibió históricamente a los usuarios nigerianos recibir pagos en su plataforma, mientras que Proofpoint afirma utilizar “estilos lingüísticos” para identificar a los actores de amenazas nigerianas basándose en la actividad del correo electrónico.
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