Cómo se gestó la "hora cero"
La toma de Trípoli fue planificada con datos aportados desde el interior de la ciudad
TRIPOLI.- Los líderes rebeldes la llamaban la "hora cero": el momento en que los habitantes de Trípoli se levantarían contra las fuerzas del coronel Muammar Khadafy, después de una guerra de seis meses en el desierto que no había logrado disolver una dictadura de 42 años.
Pero el levantamiento nunca se materializó, en parte porque la sangrienta represión de las manifestaciones de febrero había servido para disuadir a los tripolitanos con intenciones de desafiar al gobierno.
Por lo tanto, los líderes rebeldes empezaron a planear su propia revuelta dentro de la capital. Durante las últimas semanas, introdujeron clandestinamente armas en la ciudad y las almacenaron en viviendas seguras. También hicieron correr la voz entre los revolucionarios locales que el día indicado, después de las plegarias vespertinas de Ramadán, se desatarían protestas generalizadas. Finalmente, fue el alzamiento de Trípoli el sábado -en consonancia con el avance de las milicias rebeldes hacia la capital por tres frentes distintos- el que logró vencer a las asediadas fuerzas del coronel Khadafy.
Tras viajar durante varios días con las tropas rebeldes, resultaba evidente que ellas eran capaces de elaborar un plan minucioso para tomar Trípoli, que se desarrolló con una celeridad que nadie preveía. Recibían el suministro constante de municiones, combustible, medicamentos y alimentos del Reino Unido, Francia y Qatar, así como el apoyo una redoblada campaña aérea de aviones de la OTAN y aviones Predator norteamericanos. Cientos de rebeldes recibieron secretamente entrenamiento militar en territorio qatarí. Las fuerzas rebeldes hasta avanzaron sobre Trípoli por mar, con una flotilla que zarpó de la ciudad de Misurata, un operativo que los rebeldes llamaron Sirena del Alba.
Funcionarios norteamericanos dijeron que aunque la lucha en el este de Libia esté en un impasse , las guerrillas que operaban en las escarpadas montañas Nafusah, en el Oeste, seguían ganando terreno a paso firme frente a las tropas de Khadafy y cortaban los suministros de la capital.
Los rebeldes que operan en el Oeste hicieron avances significativos durante los últimos meses, se abrieron paso hacia el Norte y la costa del Mediterráneo, y ocuparon una extensa refinería de petróleo en Zawiya, sólo 70 kilómetros al oeste de Trípoli.
Varios funcionarios de Estados Unidos aseguraron que la caída de Zawiya fue el verdadero punto de inflexión de la campaña militar, pues con ella el gobierno de Trípoli se quedaba prácticamente sin suministro de combustibles.
Los rebeldes fueron reabastecidos con armas de las fuerzas especiales qataríes, y los asesores militares británicos y franceses les suministraron fotografías satelitales.
La ofensiva de los rebeldes por el Oeste logró encolumnar a los combatientes de la oposición en otras partes del país. Los funcionarios de la OTAN y de los Estados Unidos describieron un avance sobre Trípoli perfectamente coordinado por tres flancos, para obligar a las milicias leales a Khadafy a replegarse hacia la capital por las rutas, donde los aviones de la OTAN podían bombardearlos.
Ese avance, concentrado en el oeste de Trípoli, estuvo coordinado con el levantamiento del sábado en la capital misma.
Los grupos rebeldes lograron quebrar frentes de batalla estancados desde hacía largo tiempo, y avanzaron sobre Trípoli desde el Sur y el Este. La insurgencia obligó a las tropas del gobierno libio a salir a pelear, lo que permitió que los aviones aliados descargaran sobre ellos su fuego. Los aviones de la OTAN realizaron alrededor de 50 ataques aéreos el domingo.
Kareem Fahim y Mark Mazzetti