Cómo Rusia pasó de país modelo a ser el segundo con más casos de coronavirus
La poca cantidad de casos de coronavirus que registró Rusia en las etapas tempranas de la pandemia fue sorprendente. Con una frontera compartida con China de más de 4200 kilómetros y una población de 145 millones de habitantes, el país contaba con tan solo 2777 enfermos y 24 muertos por la Covid-19 para el primero de abril, números similares a los que presentaba entonces Luxemburgo, un país de 613.894 personas. También para esa fecha, Estados Unidos ya tenía más de 220.000 infectados, Italia superaba los 110.500 y España le seguía muy de cerca, con 104.000.
El 23 de marzo, el presidente Vladimir Putin incluso dijo que había logrado detener la propagación masiva del coronavirus, y que la situación estaba "bajo control", gracias a medidas tempranas y agresivas para evitar que más personas contraigan la enfermedad.
Desde entonces, el panorama ha cambiado por completo. Mientras las naciones europeas comienzan a "aplanar sus curvas", Rusia se ha convertido en el segundo país con más casos del mundo con un total de 232.243, según el último recuento de la Universidad Johns Hopkins. De hecho, los índices de contagio en el país se han disparado en las últimas semanas: por noveno día consecutivo este lunes, Rusia ha registrado más de 10.000 nuevos casos. Más aún, ayer alcanzó su pico máximo de contagios diarios con 11.656 en las últimas 24 horas.
"Hasta el 2% de la población de Moscú podría estar infectada con coronavirus", dijo el sábado 2 de mayo a medios locales el alcalde Sergei Sobyanin de la capital, epicentro del brote en el país.
La línea de tiempo del plan de respuesta ruso podría estar detrás de este fenómeno. Inicialmente, Rusia se anticipó a la llegada del virus. De hecho, cerró su frontera con China el 30 de enero, un día antes de que se reportaran los primeros dos casos de coronavirus en su territorio.
Sin embargo, las demás restricciones vinieron de forma lenta y gradual. Rusia tomó la segunda medida de contención recién 20 días después, cuando prohibió la entrada al país a los ciudadanos chinos.
El 4 de marzo, el gobierno suspendió la exportación de mascarillas y guantes y canceló el tren que viaja desde Moscú a Niza, en Francia.
El 13 de marzo, Rusia limitó los vuelos a Alemania, España, Francia e Italia y prohibió la entrada al país a los ciudadanos italianos. Para ese entonces, la nación mediterránea ya había decretado una cuarentena nacional y España se encaminaba en la misma dirección.
"La demora fue uno de los principales factores detrás del aumento de casos en Rusia", dijo a CGTN Seymur Mammadov, director del club internacional de expertos EurAsiaAz.
"Además, los rusos no eran plenamente conscientes de la situación y la necesidad de observar medidas para contrarrestar la epidemia", dijo Mammadov.
El 15 de marzo, a un mes y medio del comienzo del brote en el país, el gobierno ruso cerró las fronteras con Polonia y Noruega. Tres días después prohibió la entrada de todos los extranjeros. Para ese entonces, más de una veintena de países –incluidos Noruega, Finlandia, Francia, Perú, Ecuador y Chile– habían impuesto algún tipo de confinamiento a sus ciudadanos.
El 19 de marzo, el día en que el presidente argentino Alberto Fernández anunció el comienzo del aislamiento social preventivo, Rusia hizo obligatoria una cuarentena de 14 días para todos los que habían llegado del extranjero, una medida que ya había sido ampliamente implementada en el resto del mundo.
Cinco día después, Rusia finalmente decidió suspender las clases en todo el país y los vuelos internacionales. Putin también anunció vacaciones pagas para alentar a los ciudadanos a quedarse en casa.
A dos meses de la llegada del virus, el país cerró todas sus fronteras e impuso una cuarentena en Moscú, a la que luego se sumó San Petersburgo. En ese momento, el número de casos era aún bajo y las autoridades estaban convencidas del buen trabajo para frenar la propagación del virus.
Pero en abril se revirtió el prematuro éxito. Rápidamente la tasa de contagios comenzó a multiplicarse y para fin de mes, el país ya contaba con 106.498 casos positivos de coronavirus en sus 86 regiones.
En este contexto, Putin vio caer su popularidad en 4 puntos entre marzo y abril y en 10 desde enero, hasta situarse en 59%, según el barómetro mensual del instituto Levada.
Baja mortalidad
Sin embargo, es importante destacar que Rusia también es el segundo país que más tests ha realizado durante la pandemia (5,8 millones), un factor fundamental para explicar la gran cantidad de casos en comparación con otros países, ya que mitiga el efecto del subregistro.
Asimismo, la tasa de mortalidad sigue siendo baja en comparación con Italia, España, Francia, Gran Bretaña, Estados Unidos e incluso Alemania. Hasta el momento Rusia ha registrado únicamente 2116 muertes por la Covid-19.
El gobierno atribuye la baja tasa de mortalidad a su sistema sanitario, la amplia capacidad de camas de unidades de cuidados intensivos (27.000 disponibles únicamente en Moscú) y, por supuesto, a la impresionante cantidad de pruebas realizadas.
Pero algunas voces críticas dudan de la realidad de estas cifras. En marzo, Anastasia Vasilyeva, doctora y líder del sindicato Alliance of Doctors, afirmó en una serie de videos que las autoridades estaban encubriendo los números reales de coronavirus al usar la neumonía y la infección respiratoria aguda como diagnóstico.
"Verán, dijeron que la causa de la muerte del primer paciente con coronavirus que murió fue la trombosis", dijo Vasilyeva a CNN. "Eso es obvio, nadie muere por el propio coronavirus, mueren por las complicaciones, por lo que es muy fácil manipular esto".
Otros médicos han sido hostigados por denunciar la falta de elementos de protección en los hospitales.
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