Fue el brazo armado del gobierno de Lenin y sentó las bases de las siguientes fuerzas de inteligencia que rigieron en Rusia, como la temida KGB
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La policía secreta bolchevique, llamada Comisión Extraordinaria para la Lucha contra la Contrarrevolución y Sabotaje de Toda Rusia — o simplemente “Checa”-, persiguió y arrestó a cualquiera que apoyara un acto “contrarrevolucionario” o que no simpatizara con el régimen marxista que se instaló en 1917.
Gracias a sus amplios poderes, esta fuerza de seguridad -la primera de una sucesión de policías secretas de la era soviética-, es recordada hasta el día de hoy como una de las más brutales de la historia reciente rusa.
Pero, ¿en qué contexto se creó la Checa? ¿Cuál fue su misión realmente y por qué fue tan temida? Aquí te lo contamos.
Revolución rusa
Para entender la historia de la policía bolchevique, primero hay que remontarse a la convulsa situación política, económica y social que golpeaba a los rusos en 1917.
En aquel entonces, Rusia era un imperio pero al mismo tiempo un país rural y económicamente atrasado respecto al resto de Europa. El zar Nicolás II, último heredero de la dinastía Romanov, era un autócrata que concentraba en sus manos todos los poderes.
La población se dividía en dos clases sociales: la nobleza feudal y el resto del pueblo. Cuatro de cada cinco rusos eran campesinos obreros y las desigualdades eran enormes.
Pero Nicolás II se negaba a conceder reformas y periódicamente explotaban nuevas revueltas que las tropas del zar reprimían de forma violenta.
Por otra parte, desde 1914 el ejército ruso luchaba en la Primera Guerra Mundial. Tras 3 duros años de conflicto bélico, sus filas no sacaban cuentas alegres: habían más de 6 millones de muertos, heridos y prisioneros.
A esto se le sumaba una inflación desorbitada, el desabastecimiento de alimentos y el descontento político por la falta de reformas.
Es en este contexto que en febrero de 1917, el gobierno imperial fue debilitado por un conjunto de huelgas y por la presión de la oposición liberal y de los mandos militares. Al cabo de unos días, el zar Nicolás II, desacreditado e incapaz de controlar la situación, fue obligado a abdicar.
Los rebeldes, entonces, asumieron el poder a través de un comité provisional de gobierno dirigido por el social-revolucionario Alexander Kérenski.
Pero el Soviet, una asamblea popular formada por obreros, campesinos y soldados, también quería gobernar. Y dentro de esta fuerza política, estaban los bolcheviques, el grupo más radical guiado por Lenin y por León Trotsky.
La noche entre del 7 de noviembre de 1917, Lenin y Trotsky asaltaron el Palacio de Invierno de Petrogrado (hoy San Petersburgo), la sede del gobierno provisional. Capturaron a todos sus miembros e iniciaron un régimen comunista.
Entre sus primeras medidas figuraron la liquidación de los latifundios y entrega de la tierra a los campesinos, la nacionalización de los bancos, el control obrero sobre la producción industrial y la supresión de los privilegios de la nobleza y la Iglesia.
Como es de esperar, todas estas reformas basadas en las teorías económicas y sociales elaboradas por Carlos Marx y Federico Engels generaron resistencia en distintos sectores.
Se inició así una Guerra Civil entre los bolcheviques y el denominado Ejército Blanco -integrado por un grupo dispar, que iba desde los conservadores y liberales favorables a la monarquía, hasta los socialistas democráticos- que se extendió hasta 1922.
Y es en este momento cuando la policía secreta, llamada Checa, entra en escena, y juega un rol clave para apoyar el ambicioso plan de Lenin y Trotsky.
¿Qué fue exactamente la Checa?
La Checa comenzó como una pequeña agencia para investigar y hacer frente a las amenazas al nuevo régimen.
Pero, a medida que creció la oposición a los bolcheviques, también lo hizo el tamaño y el poder de esta fuerza de seguridad, pasó de tener 40 agentes a más de 100.000. Así, se organizaron en distintos equipos que se traspasaban información entre sí y actuaban coordinadamente.
Un grupo era de Inteligencia que investigaba y llevaba el registro de los “contrarrevolucionarios”, así como el combate al sabotaje y la especulación. También había un equipo de ataque, otro de reclutas y otro de soldados.
Su fundador y primer líder, el revolucionario comunista Félix Dzerzhinsky, era conocido como “Iron Félix” (o el “Conde de Hierro”).
“Hay una razón por la cual el hombre que la creó era conocido como Iron Félix. Era muy rígido, muy centrado en lo que quería, lidió con los contrarrevolucionarios y protegió como nadie la revolución”, explica a BBC Mundo Stephen Hall, académico experto en Rusia de la Universidad de Bath, Reino Unido.
Pero la brutalidad de Dzerzhinsky sigue causando controversia en Rusia hasta el día de hoy: mientras algunos lo consideran un “héroe nacional” otros lo responsabilizan de haber reprimido cruelmente a miles de personas.
Durante sus cuatro años de vida, la Checa actuaba por su propia voluntad y realizaba arrestos masivos, encarcelamientos, torturas y ejecuciones incluso sin procesos judiciales.
“Era más eficiente que la policía secreta zarista. Y mucho más ofensiva, en parte porque los bolcheviques no controlaban tanto territorio en ese momento”, dice Hall. “Su brutalidad ciertamente generó mucho miedo”, agrega el académico.
También aplicaban medidas represivas como la confiscación de bienes, la privación de alimentos, asaltos a las casas, expulsión de los domicilios y la publicación de listas de “enemigos del pueblo”.
El terror rojo
Al período de atrocidades cometidas por la Checa se le conoce como “El terror rojo”. Algunos historiadores lo reducen a las ejecuciones y represión bolchevique ocurridas en 1918 mientras otros lo extienden desde 1918 hasta el nacimiento de la Unión Soviética en 1922.
“El propósito del terror rojo era asustar a la población para que, al menos, no conspirara en contra de los bolcheviques”, afirma Stephen Hall. “Buscaban a los contrarrevolucionarios para dar una señal, para que otras personas supieran que si hacían algo contra el régimen le dispararían”, agrega.
Según el académico, el intento de asesinato contra Lenin ocurrido en agosto de 1918 terminó por entregarle aún más poderes a la Checa. De hecho, muchos creen que fue este hecho el punto de partida del terror rojo: la excusa perfecta para comenzar con la campaña de represión hacia los “enemigos de clase” o cualquier persona alineada con el ejército blanco.
“Y así terminó siendo una unidad para controlar efectivamente a la población, al campesinado”, le explica Hall a BBC Mundo.
Uno de los líderes de la Checa, Martyn Latsis, explicó así la “esencia” del terror rojo: “No estamos librando una guerra contra personas individuales (…). Estamos exterminando a la burguesía como clase”, dijo.
El número de muertos de este período es discutido. Las estimaciones van desde las 50.000 personas hasta más de un millón. Entre quienes fallecieron en manos de la Checa, hay importantes figuras rusas como el destacado poeta Nikolay Gumilyov, acusado de tramar un levantamiento contra los bolcheviques.
¿Cómo se disolvió?
Cuando los bolcheviques salieron victoriosos de la guerra civil en 1922, y conquistaron definitivamente el poder, la Checa se reestructuró y cambió de nombre a GPU (Directorio Político Unificado del Estado).
Sin embargo, para muchos historiadores la primera policía secreta de la era soviética sentó las bases de las siguientes fuerzas de inteligencia que rigieron en Rusia. Muchas de ellas, dicen los analistas, replicaron las medidas represivas de aquella época.
De ahí viene, de hecho, la temida KGB, la última agencia de inteligencia de la URSS que llegó a tener más de 480.000 agentes además de millones de informantes que controlaban eficientemente a la población rusa.
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