Está ubicada en Memphis, Tennessee; “El Rey” la adquirió en 1957, cuando tenía solo 22 años y pagó por ella 100.000 dólares
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Lisa Marie Presley, la hija de Elvis, será enterrada cerca de su padre en la finca de la familia, la famosa Graceland, según un representante de la familia.
La cantante, de 54 años, murió luego de sufrir un paro cardíaco en su casa el jueves. Era la única hija del “Rey del Rock ‘n’ Roll”, Elvis Presley.
Graceland fue la residencia de Elvis Presley en Memphis, Tennessee (Estados Unidos) desde que tenía 22 años y el lugar donde murió aquel 16 de agosto de 1977. También es donde está enterrado después de que, en el cementerio de Forest Hills, alguien tratara de profanar el mausoleo familiar.
La mansión se convirtió en un lugar de peregrinación ineludible para los fans. Y, también, un lucrativo negocio: es la segunda casa más visitada de los Estados Unidos, por detrás de la Casa Blanca, residencia de los presidentes.
Cada año, alrededor de 600.000 personas acuden a esta meca del rock. Graceland es un fiel reflejo de Elvis Presley: descomunal, excéntrica, barroca y fascinante.
Una casa con verja musical
Originariamente, donde hoy está Graceland, era un extenso terreno de una familia de potentados de Memphis. En 1939, su heredero, S.E. Toof construye la mansión de estilo renacentista colonial y le puso el nombre en honor a su hija, Grace.
En 1957, Elvis Presley, con tan solo 22 años, compra la casa para que fuera la residencia de sus padres. Apenas tenía 22 años, pero ya tenía músculo financiero suficiente para pagar los 100.000 dólares que costó. Hoy su valor asciende a 100 millones de dólares.
Mientras Elvis grababa Jailhouse Rock, su tercera película, las obras en la casa avanzaban para reformar el total de 23 habitaciones, 8 de ellas dormitorios. Para aislarse y mantener su privacidad, puso una verja que él mismo diseñó. Pero, lejos de despistar a los fans, sirvió de identificativo y hoy es un ícono.
La “Sala de la Selva”
Tras la muerte de Elvis, en junio de 1982, Graceland abrió sus puertas al público, con el objetivo de darle provecho económico. La decoración con la que se encontraron los fans no era la misma que vio el rey del rock en sus últimos días. Priscilla Presley la redecoró al mismo estilo que tenía cuando ella vivía allá, antes del divorcio.
La esencia del lugar fue calificada de recargada y kitsch, llena de colores rojos, ornamentos dorados, alfombras, espejos, lámparas de araña o con motivos de pavo real, que era el estilo que le gustaba a Lisa Thompson, la novia que Elvis tuvo tras Priscilla.
De todos los rincones, uno que se conserva intacto es la cocina, con todos los muebles de madera y lámparas de Tiffanys.
Otra de las salas es la de la televisión... O, mejor dicho, televisores, porque a Elvis le gustaba tener tres pantallas a la vez. La habitación, de estética muy futurista, está llena de espejos, incluso en el techo, y un enorme sofá. Esto, el que haya salas “temáticas” era algo muy del gusto de Elvis y así se mantiene a día de hoy.
Pero, sin duda, la sala más famosa, llamativa y, por cierto, la favorita del cantante, es la que se denomina “Jungle Room” (habitación de la selva).
Los muros son de piedra natural, tiene una cascada incorporada, moqueta verde y está decorada con abundantes plantas. Esta sala se convirtió en el estudio de grabación del cantante y donde grabó buena parte de Moody Blues, su último disco.
El tour por la mansión, sin embargo, tiene una zona vetada: la parte de arriba de la casa. Allí estaban la habitación, el baño y el despacho de Elvis. Pero, también, la habitación de su única hija, Lisa Marie. Y, cada tanto, ella iba a la Graceland y se quedaba en esta parte.
Un salón de la fama y una colección de coches
En posteriores ampliaciones en los años 70 se hizo un edificio con una cancha para jugar raquetball, algo similar al squash. Aquí fue donde Elvis puso todos sus discos de oro. Antes los tenía en la sala de televisión.
Cuando el lugar se abrió al público se movieron a una sala de exposiciones, la Elvis Presley’s Memphis, que está dentro de Graceland. Allí se pueden ver, además de sus discos de oro, los tres Grammys que ganó.
Además de cosechar premios por su talento, el Rey coleccionaba coches, especialmente Cadillacs. Hoy, quien visite Graceland, puede ver hasta 30 autos, uno de ellos, el famoso Stutz Blackhawk negro, el último que condujo.
La tumba del Rey... y de su hija
Después del intento de profanación de la tumba de Elvis, su padre decidió trasladar sus restos a un lugar seguro, en Graceland. ¿Dónde ponerla? En uno de los rincones favoritos de la estrella del rock, el Meditation Garden (Jardín de Meditación), junto a la piscina.
Allí está enterrado no solo él, también sus padres y una placa conmemorativa a la memoria del hermano gemelo de Elvis, que murió al nacer.
El último familiar de Elvis Presley enterrado allí fue Benjamin Keough, su nieto e hijo de Lisa Marie, quien se suicidó en agosto de 2020 a los 27 años.
Ahora, junto a su amado padre y su hijo, estará también Lisa Marie.
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