Cómo es la estrategia de Portugal contra el coronavirus que sorprende a Europa
Con 17.448 contagios, según el último recuento de la universidad norteamericana Johns Hopkins, Portugal registra un número de casos de coronavirus 10 veces menor que España. Y las 567 muertes del país más occidental de Europa continental a causa de la enfermedad Covid-19 representan un número 32 veces menor al de su vecino.
Incluso si normalizamos los datos por millón de habitantes, las cifras en Portugal son sorprendentemente menores a las de España. Mientras el primero cuenta con 1697 infecciones y 55 decesos por millón de habitantes, en el segundo los valores ascienden a 3675 y 384, respectivamente, hasta la fecha.
De hecho, Portugal ha reportado menos casos que la mayoría de los países cercanos. Además de España, Italia, Francia, Alemania, Reino Unido, Bélgica, Holanda y Suiza superan en ese orden en número de contagios a la nación ibérica.
Esto llevó a muchos expertos a preguntarse: ¿cómo ha logrado este pequeño país diferenciarse de sus vecinos? La pregunta tiene múltiples respuestas.
Geografía privilegiada
Para empezar, la ubicación geográfica ha sido de gran ayuda. España ha servido como una suerte de barrera protectora, lo que retrasó la llegada del coronavirus al país.
Mientras que Italia y España detectaron sus primeros casos de la enfermedad el 31 de enero, exactamente un mes después del inicio de la pandemia en China, el virus arribó a Portugal el 2 de marzo, dándole un mes adicional de ventaja para elaborar un plan de respuesta.
"La diferencia en Portugal fue que tuvimos más tiempo para prepararnos", dijo el neumonólogo Filipe Froes, asesor de la directora general de Salud, Graça Freitas, en una entrevista para el programa Good Morning Europe de Euronews.
Esto, según el experto, le ha dado tiempo al país para alistar sus hospitales y aumentar la capacidad de sus unidades de cuidados intensivos (UCI).
Por su parte, Graça Freitas dijo que los hospitales no estaban abrumados y que contaban con más tiempo y mejores condiciones para seguir a los pacientes críticos en las UCI.
Respuesta veloz
A nivel nacional, el gobierno portugués también supo aprovechar esta ventaja y actuó con mayor celeridad. El 13 de marzo, once días después de la llegada del virus al país, el primer ministro António Costa declaró el estado de alerta, que implicó el cierre de universidades, escuelas, bares y discotecas.
El 18 de marzo, dos días después de la primera muerte por Covid-19, el presidente Marcelo Rebelo de Sousa decretó estado de emergencia por "calamidad pública", un grado superior al estado de alerta, en el que se sumó el cierre de todas las tiendas no esenciales. Asimismo, el decreto permitió que el Ejército intervenga para hacer cumplir las medidas de cuarentena, así como ayudar en la producción y logística de materiales de primera necesidad.
En España, el gobierno de Pedro Sánchez declaró el estado de emergencia que limitó la libre circulación de los ciudadanos recién el 14 de marzo, 43 días después de la llegada del virus al territorio. La vacilación inicial del mandatario frente a la crisis suscitó fuertes críticas de los medios internacionales como The New York Times, Bloomberg y The Guardian, que a su vez destacaron la gestión del primer ministro portugués.
Obediencia ciudadana
Además del rápido actuar de las autoridades portuguesas, la obediencia de los ciudadanos fue uno de los motivos por los que el virus no se propagó tanto como en otros países y por el cual el gobierno no tomó medidas de confinamiento tan severas como las de España, Italia o Francia, explicó el Dr. Froes.
Eduardo Cabrita, ministro de Administración Interna, dijo por su parte que los ciudadanos portugueses mostraron un "espíritu cívico sin igual" en el cumplimiento de las regulaciones durante el fin de semana de Pascua.
"Las fuerzas de seguridad informan niveles muy bajos de circulación de ciudadanos y una adhesión generalizada a las recomendaciones", agregó el funcionario en conferencia de prensa.
"Gracias a las medidas que tomaron, el brote está avanzando más lento que en otros países. Además, la gente está respetando la cuarentena. No hay demasiados controles en la calle pero aún así se ve muy poca gente", dijo a LA NACIÓN Eve Claros, una argentina que vive en Portugal desde hace un año.
Claros, quien nació en la provincia de Córdoba y tiene 30 años, trabaja en una empresa de alquiler temporal de apartamentos, que cerró momentáneamente debido a la crisis sanitaria. "Desde marzo empezamos a sufrir muchas cancelaciones de reservas, y cuando la empresa cerró me obligaron a tomar ‘vacaciones’, lo que acepté porque entiendo que la situación es muy complicada tanto para trabajadores como para empleadores", explicó.
Con respecto a la cuarentena, dijo que la está "llevando bastante bien" y que encontró varias actividades para hacer desde su casa pero mostró preocupación por aquellos que perdieron el trabajo y por sus amigos argentinos que están varados allí sin empleo.
"Tests, tests y más tests"
En lo que refiere a los análisis conducidos, Portugal se tomó seriamente las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS) de realizar "tests, tests y más tests". El 6 de abril, el secretario de Salud António Sales anunció que el país ha llevado a cabo 110.000 pruebas de diagnóstico para Covid-19 desde el 1 de marzo, una de las cifras más altas del mundo si se divide per cápita.
Sales destacó que la capacidad instalada actual para el diagnóstico es de 11.000 pruebas diarias, 7000 en el sector público y 4000 en el sector privado. "También es importante decir que Portugal tiene una tasa de prueba de aproximadamente 10.500 muestras procesadas por millón de habitantes, lo que está en línea y, en algunos casos, por encima de países como Suecia y Dinamarca y no lejos de Italia", subrayó.
Otros motivos
Otra de las ventajas de Portugal frente a España –y otros destinos de Europa– es la diferencia en el tráfico internacional entre ambos países. El Aeropuerto de Madrid-Barajas Adolfo Suárez es el sexto más transitado de Europa y El Prat de Barcelona el séptimo, mientras que el Aeropuerto Humberto Delgado de Lisboa no figura entre los primeros diez.
Además, España es el segundo destino turístico del mundo, con más de 83 millones de visitantes en 2018, según el Organismo Mundial del Turismo (OMT).
A pesar de los signos prometedores, los funcionarios advierten que aún puede ser temprano para evaluar la respuesta de Portugal al coronavirus. "El área de vivienda en hogares residenciales y sus trabajadores se identifica como de particular preocupación y prioridad para la acción", dijo Cabrita.
Las autoridades temen que la enfermedad se propague rápidamente a través de los hogares de cuidado, como lo ha hecho en otras partes de Europa.
Pero Portugal ha dado grandes pasos para contener el virus, repatriando a unos 4000 ciudadanos del extranjero. El gobierno portugués también ha otorgado derechos de ciudadanía a los inmigrantes y solicitantes de asilo que tienen solicitudes de residencia en curso, como una forma de garantizar que más personas en el país puedan acceder a la seguridad social y la atención médica, informó el Consejo de Ministros a fines de marzo.
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